Locales | 12 Jun En treinta minutos una treintena de chefs y estudiantes de cocina prepararon en la sede de Cocinarte, el gimnasio del Colegio María Auxiliadora, el chivito más grande del mundo, que midió -certificado por escribana pública- diez metros con trece centímetros, un metro y trece centímetros más que lo inicialmente previsto.
Se utilizaron dos panes de alrededor de cinco metros cada uno, quince centímetros de ancho y otros tantos de alto. Alrededor de 21 kilos de carne vacuna de lomo (unos 150 bifes), veinte plantas de lechuga, 150 huevos duros, tomate y decenas de fetas de jamón y de queso.
Tras los preparativos iniciales, los dos panes ingresaron al gimnasio a las 20.39 ante el aplauso y la expectativa general. Fueron horneados en un horno de 4.70 metros de largo, de una panadería local. Primero fueron cortados al medio y luego separadas las mitades. Se colocó a cada una abundante mayonesa, ketchup y mostaza (en ese orden) y luego se procedió al armado. Primero la lechuga, luego el lomito, después el jamón rodeando una feta de queso, tomate, huevo duro. A las 21 exactamente, se colocó la segunda tapa, con lo que quedó terminado el chivito más grande del mundo. Como decoración se colocaron aceitunas atravesadas por mondadientes.
Posteriormente, el chivito fue cortado en alrededor de trescientas porciones, que se repartieron entre los concurrentes que habían adquirido el tique correspondiente. En total, unas cuatrocientas personas siguieron con atención la preparación del chivito más grande del mundo.
“El pan salió espectacular y nos permitió hacer un chivito más grande de lo que nos habíamos propuesto”, dijo Horacio Spingardi, director de Cocinarte, minutos después de terminarse la preparación del chivito más grande del mundo, y mientras este era cortado en porciones. “Se hicieron tres panes, uno de reserva, por las dudas, pero salió todo muy bien y el largo final fue bastante más de los cuatro metros y medio solicitados”, agregó.
Destacó que se decidió hacer el chivito más grande del mundo porque “es típicamente nuestro y en Cocinarte hacemos una apuesta a la cocina nacional, a su promoción. Y además, porque queríamos hacer algo diferente, algo que llamara la atención. Lo logramos, solo basta ver al público, y cómo aplaudió cuando cerramos el chivito”.
La anterior marca
Se había preparado el viernes 19 de setiembre de 2008, en Colonia, durante el festival gastronómico “Colonia está en tu plato”. Midió 4.32 metros de largo, 44 centímetros de ancho y 12 de alto. Trabajaron en su confección 22 chefs y lo armaron en menos de 30 minutos. Fue la tercera edición del festival y tuvo lugar en Colonia Shopping.
Auténticamente
uruguayo
Fue creado en los años 1944 por Antonio Carbonaro, propietario del desaparecido restaurante “El Mejillón” de Punta del Este, ubicado entonces en la esquina de la calle 31 y la rambla Claudio Williman. El invento del chivito se produjo por casualidad. Una noche de primavera, una señora argentina llegó al restaurante con deseos de cenar. Pidió un chivito y recibió la negativa, de que “en Uruguay no hay chivitos”.
La cliente igualmente deseaba satisfacer su apetito y dejó en manos del propietario que le preparaba el plato.
Mirando lo que tenía, decidió hacerle un sándwich, con dos panes, lomo, panceta, muzarella, mayonesa, lechuga, tomate y un huevo frito. Así quedó creado el chivito, un plato típicamente uruguayo. La idea se transformó en un éxito, llegando el restaurante a vender mil chivitos por día. Nunca se llegó a registrar como marca.