Opinion | 16 Jun La Encuesta Nacional sobre el Trabajo Infantil 2009-2010, presentada esta semana por el Instituto Nacional de Estadísticas indica que el 11,6% de los niños uruguayo trabaja.
Las actividades en las que se concentra el trabajo infantil son el comercio, donde se los contrata como peones, en la construcción, y para tareas domésticas. También es mayor en el área rural que en la urbana.
Para realizar esta estadística el INE siguió las directivas de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y la Comisión para Erradicar el trabajo infantil, considerándose como tal no a todas las actividades productivas realizadas por niños sino a las formas de trabajo prohibidas y que es preciso eliminar por ser mental, física, social o moralmente peligrosas para los niños y adolescentes, o porque interfieren con su educación. En este sentido, cabe recordar que en 2006 el INAU estableció que entre los trabajos ilegales están los vinculados a la ganadería, viveros y gasolineras.
Según informó Ultimas Noticias, los resultados mostraron que el 11,6% de los niños o adolescentes desarrolla alguna actividad económica. En cuanto a lo que se considera trabajo peligroso dentro del trabajo infantil, la cifra se ubica en el 8,5% de los niños y adolescentes de entre 5 y 17 años y aclanza al 11,7% de los varones en el área rural y el 4% en el área urbana. Los más comunes son el de peón de la construcción o de la industria manufacturera (27%), vendedores ambulantes y vendedores a domicilio, cuida coches, limpiadores y hurgadores, así como el peón agropecuario y forestal en el área rural (63,4%).
En el caso de las niñas y adolescentes, los trabajos más frecuentes son el comercio al por menor (28%), servicio doméstico (19,8%) y agricultura y ganadería (17%).
Los resultados de este trabajo del INE arrojan luz sobre la situación actual de los niños y adolescentes uruguayos en relación al trabajo infantil y dejan en claro que es un tema importante a integrar al debate público ya que constituye un asunto a veces invisible pero existente y de gran impacto en la vida de cada uno de estos niños y niñas. Que uno de cada 10 menores de 17 años trabaje en nuestro país es algo que debería preocuparnos y ocuparnos. Asumamos el compromiso de que, en la próxima medición, realmente sean muchos menos.