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Paysandú, Domingo 19 de Junio de 2011

PRIMERAMENTE SE LLAMÓ PLAZA ARTIGAS

La plaza Acuña tiene su historia

Locales | 19 Jun Un relato de 1895 da cuenta que: “La Plaza General Artigas - Está situada entre las calles Colón, Río Negro, Asamblea e Independencia. Posee veinte bancos y faroles.
Se le denominó así en honor a la memoria del precursor de la Independencia Nacional.
Cuando fue creada en 1834 se le llamó Independencia”. (1)
Un pequeño error comete Setembrino Pereda --autor del relato--, ya que la calle lateral sur de la plaza, a propuesta del Maestro Carlos Catalá, la Junta Económica Administrativa en 1855, la denominó General Artigas: “en honor del decano de la Independencia Oriental”. Hasta ese entonces no tenía nombre y es una de las pocas calles que mantuvo su nombre original hasta nuestros días, como también lo mantuvo 33 Orientales, aunque es más antigua aún.
Fue Paysandú la primera ciudad del Interior en homenajear en un espacio público (una calle y una plaza) al Jefe de los Orientales. El gobierno de Oribe, en el Cerrito, lo había hecho en Montevideo con la Avenida que hoy se denomina 8 de octubre en 1849. La designación de Plaza Gral. Artigas se mantuvo hasta el año 1941, en que pasó a llamarse Francisco Acuña de Figueroa, y a su vez se le otorgó el nombre del Héroe Nacional a las dos manzanas contiguas al Monumento ecuestre en su memoria, ubicado sobre la calle 18 de julio. (2)
Acuña de Figueroa, fue el creador de la letra del Himno Nacional, considerado como uno de los himnos más bellos del mundo. También es autor de la letra del Himno Nacional del Paraguay.
Cuando Uruguay nace a la vida independiente en 1828, al firmarse la Convención Preliminar de Paz entre Argentina y Brasil, el nuevo país no poseía símbolos nacionales. El Gobernador Provisorio, José Rondeau, recibió entonces el ofrecimiento de Acuña de Figueroa, de colaborar en la redacción de un himno, proyecto que presentó para la Jura de la Constitución en 1830.
Recién tres años después se convirtió en el himno oficial.
En cuanto a la música aprobada por decreto del año 1848, durante muchos años hubo una polémica acerca de su autoría, dado que el decreto atribuyó la misma a Fernando Quijano, militar, actor y músico aficionado.
Sin embargo, es una música armónicamente compleja y muy bien construida desde el punto de vista sinfónico, por lo que no cabe duda que en la partitura hubo intervención de un músico nacido en Hungría y educado en Italia, que llegó a Montevideo con el título de maestro de bandas militares del Piamonte. Nos referimos a Francisco José Debali.
Actualmente existe cierto consenso en que Quijano habría esbozado la melodía y que Debali la habría orquestado y dado el carácter sinfónico. Quijano en sus últimos año vivió aquí, donde falleció. Hijos de ambos se radicaron en Paysandú. (3)
Monumento
al Himno Nacional
El 7 de diciembre de 1951, el Presidente de la República, Andrés Martínez Trueba, luego de asistir a un almuerzo popular en el local de Pescetto, Colombo y Cía. (hoy Club Social Sanducero), acompañado por el Intendente, Ing. José Acquistapace, y por el Presidente de la Junta Departamental, Don Lucas Sierra Porro, se dirigió a la Plaza Acuña.
El motivo era la ceremonia de inauguración del monumento “Canto al Himno Nacional”, obra del escultor Pablo Serrano. Actuó de madrina de ceremonias la vecina más antigua de la zona, la señora Catalina Castellano de Piaggio, de 92 años de edad.
Se trata de una única pieza de granito tallado. Un grupo humano encabezado por un obrero de vigorosa complexión, portando la bandera nacional, y con la mirada puesta en un horizonte que se desea lograr con ansias de superación. Lo siguen una madre con su niño en brazos, fruto del amor y confianza en el porvenir, y un joven estudiante como símbolo de la juventud y la esperanza. Por último, un gaucho que con sus manos porta un arado que se hunde en la tierra, abriendo surcos donde se han sembrado las semillas de nuevos sueños que se quieren alcanzar. Cantan las estrofas “…y que heroicos sabremos cumplir”, todos unidos y emergiendo con fuerza y vida de aquel trozo de roca símbolo de un suelo que dio hombres libres bajo la consigna: “Orientales, la Patria o la tumba” y “Tiranos Temblad”.
Pablo Serrano, que también es autor del busto de José Pedro Varela en la plaza del mismo nombre (antes Gral. Flores), vivió en Uruguay 20 años y en 1955 regresa a España, su país natal con una beca del Gobierno uruguayo, para no volver y proseguir allá con sus obras.
Se le considera uno de los artistas españoles más relevantes de la segunda mitad del siglo XX, a pesar de que su presencia en el panorama artístico español se circunscribe a un período bastante reducido de tiempo, ya que falleció en 1985. En la ciudad de Zaragoza, donde se educó, se ha inaugurado un museo con una completa colección de su obra.
Esta escultura es un digno homenaje al Himno Nacional, única en el país, que con justicia se ubicó en nuestro suelo sanducero, ya que la partitura completa se ejecutó por primera vez el 12 de octubre de 1915, en el Teatro Progreso, que después pasó a llamarse Florencio Sánchez.
LAS TIPAS CUMPLEN 100 AÑOS
En una crónica aparecida en EL TELEGRAFO (4), se invita al lector a imaginar el Paysandú de la primera década del siglo XX. Relata que una soleada tarde de agosto de 1911, la esquina de 18 de julio y Asamblea (hoy Setembrino Pereda) fue el encuentro de escolares que provenían de los cuatro puntos cardinales de la ciudad. Van llegando con sus blancas túnicas y moños azules, alegres y bulliciosos. El motivo: asistir a la fiesta del Día del Árbol, una fiesta que contribuía a inculcar el amor al árbol en la niñez y que ese año coincidía con los cien años del inicio de la Revolución Oriental liderada por Artigas.
La columna se puso en marcha, precedida por la Banda Popular avanzó hacia el sur para llegar justamente a la plaza que llevaba el nombre del Prócer. Los niños, distribuidos en grupos por toda la plaza y pala en mano se entregan a plantar 150 débiles varitas que luego se convertirán en árboles.
Son los hoy añosos y hermosos árboles que han convertido a la Plaza Acuña en una de las más bellas plazas de la ciudad. Son las “Tipas” (5) que aquellos niños plantaron hace cien años.
Qué buen ejemplo a imitar con motivo de este bi-Centenario. Si tuviéramos capacidad de imaginación, de propuesta y de concreción en el espacio público, de homenajes que trasciendan los actos recordatorios (que también son necesarios) y que se materialicen en pequeñas obras.
Justamente en esa plaza, de hermoso diseño, arbolada como pocas, con la presencia de una escultura maravillosa, hay una notoria ausencia: la del busto del Prócer, donado por los hermanos argentinos. (6) Manos anónimas lo destruyeron, como también han destruido otros importantes bienes culturales de la ciudad.
Un grupo de ciudadanos estamos invitando a Ud. estimado lector, a unirnos en una campaña para reconstruirlo y reponerlo en ese lugar, tal como lo hicimos con el Monumento a la Madre. Homenajeando al Héroe, para desde el arte de la escultura contribuir a rescatar su ideario. Pero también demostrando que no somos indiferentes ante el fenómeno del vandalismo, y que no estamos dispuestos a renunciar a los valores de respeto y preservación de los bienes culturales y patrimoniales, en los cuales nos formó esta misma sociedad sanducera y que es nuestro deber transmitir a futuras generaciones.
Como aquellos maestros de 1911, que educaron a los niños en el amor al árbol. ¡Y miren que belleza, lo que nos dejaron! Arq. Rubens Stagno Oberti

(1) Tomado de Setembrino Pereda: “Paysandú y sus progresos” editado en 1895.
(2) Con respecto a la actual plaza Artigas, recordemos que cuando se ubica el Monumento a Artigas, en 1925, al medio de la calle 18 de julio, existía un predio baldío al sur que se denominó Plaza Centenario, en tanto la manzana al norte estaba totalmente edificada. Fue entonces recién en 1941, que se denomina Plaza Artigas, a las dos manzanas aunque no habían concluido aún la totalidad de las demoliciones.
(3) Quijano (h) Benjamín, fue presidente de la Junta Económica Administrativa y Debali (h) José, fue contratado por Basilio Pinilla para dirigir la banda de la Compañía Urbana, razón por la cual hoy lleva su nombre la Banda Municipal.
Además fue presidente de la Junta Económica Administrativa, Juez de Paz y fundador de la Sociedad Lírica Garibaldi y del Ateneo.
(4) EL TELEGRAFO, 22 de agosto 2004: “Ayer frágiles y tiernos… hoy robustos y frondosos”. Antonio Fidel Comín.
(5) Tipa es su nombre común, Tipuana tipu es su nombre científico. Especie originaria del norte de Argentina, Bolivia y Brasil. Floración color amarillo - anaranjado, en los meses de noviembre y diciembre.
A fines del siglo XIX e inicios del XX, el gran urbanista paisajista, Carlos Thays, que en la capital diseñó el Parque Batlle, el Parque Rodó y el barrio de Carrasco, difundió el uso de esta especie y de otros árboles autóctonos para el adorno de parques, paseos y avenidas.
(6) Fue donado por el Rotary Club de Boedo (Provincia de Buenos Aires) en 1981. Solo quedó la placa recordatoria.


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