Rurales | 19 Jun Datos del Departamento de Control Comercial Agropecuario del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP), establecen que la exportación de ganado en pie en el ejercicio 2010/11 (julio-junio) crecerá alrededor de 85% respecto al período anterior.
Restando el dato de junio, sumaron 287.886 vacunos que cruzaron vivos la frontera.
De acuerdo a los datos del Anuario 2010 de DIEA, en el ejercicio 2009/10 sumaron 161.000. Se trata del mayor volumen al menos desde el último episodio de aftosa, a principios de siglo.
El fuerte aumento refleja la irrupción de Turquía en el mercado, país que mantuvo hasta el año pasado una producción interna muy protegida pero que decidió desde entonces reducir fuertemente los aranceles a los animales en pie y a la carne con hueso (manteniéndolos altos para la carne desosada).
El dato no es menor si se tiene en cuenta que, paralelamente, la faena se contrajo fuertemente. Proyectando el corriente mes de junio en 2010/11 se habrán faenado apenas por encima de 2 millones de vacunos, 400.000 menos (-16,7%) que en 2009/10. Es la faena más baja desde el ejercicio 2003/04. Sin embargo, si se suma faena y exportación en pie, la extracción en 2010/11 es 10% inferior a la de 2009/10, pero supera en 140.000 animales a la de 2008/09.
Desde el sector frigorífico se observa con gran preocupación la situación actual de escasez relativa de oferta y crecimiento de la salida de animales en pie.
Desde la exportación de animales vivos se advierte que el gobierno está demorando los permisos para la salida en pie. Aseguran que trámites que deberían estar prontos en 72 horas están demorando --en algunos casos-- más de dos meses. Para el corto plazo, cerrar la exportación en pie (o demorarla) podría beneficiar al sector frigorífico.
No hay duda que los animales que se van son tropas que engordarían la actividad de faena, más tarde o más temprano.
Sin embargo, pensando en el mediano y largo plazo y en el desarrollo de la ganadería como sector (y en su competitividad con rubros alternativos muy pujantes, como la agricultura o la lechería), cerrar esta puerta sería nefasto.
La ganadería perdería pie respecto a esos otros rubros y se contraería para pesar de todo el complejo.
Argentina
El ejemplo de lo que sucede cuando sólo se tienen en cuenta metas de corto plazo está muy cercano, indica el informe de Negocios Ganaderos de Tardáguila Agromercados. Los Kirchner, para ganar las siguientes elecciones, decidieron tener carne barata para la población.
La medida fue, en efecto, efectiva en el corto plazo: el precio de la carne bajó y los Kirchner ganaron las elecciones. Pero en el largo plazo la ganadería perdió la batalla con la soja.
Se produjo una brutal desinversión en el sector y los analistas argentinos aseguran que le llevará años su recomposición, con poco ganado y carne cara. Es el precio de los resultados inmediatos, cueste lo que cueste.