MALDITA INSEGURIDAD

Policiales | 18 Jun Gran sorpresa se llevó un sanducero la noche del jueves, cuando fue intimidado por tres jovencitas --en apariencia menores-- que a punta de cuchillo intentaron robarle, tras haber intentado sin éxito que les diera dinero. El hecho tuvo lugar próximo a las 21 en Florida y Dr. Luis Alberto de Herrera.
De acuerdo al relato brindado por Alfredo a EL TELEGRAFO, conducía su auto por Florida al Oeste y unos metros antes de la intersección mencionada --tras recibir un llamado a su celular-- detuvo la marcha contra la acera Sur.
Mientras hablaba por teléfono, notó que tres muchachas pasaron contra el vehículo, pero no les prestó atención. “Cuando terminé de hablar por celular, vi que volvían en dirección al auto. Mientras una de ellas me golpeó la ventanilla pidiendo veinte pesos, las otras dos se sentaron en el capó del auto. Les dije que no tenía plata, que por favor se bajaran del vehículo porque iba a retomar la marcha, pero no hicieron caso”.
Alfredo mencionó que tuvo miedo de encender el rodado y que alguna de las jóvenes se tirara adelante, se lesionara y lo culparan por atropellarla. Así que les pidió nuevamente que se fueran.
“En ese momento la que siempre me había hablado se ‘calentó’. Me dijo que era un ‘viejo de m...’ y sacó un cuchillo, amenazándome con agredirme sino le daba plata. Lo que repetía era: ¡‘No vas a tener plata vos que andás en auto’!... Las otras dos solamente se quedaron sentadas en el capó”, dijo.
Ante esto, Alfredo se bajó del auto y con tono mediador intentó calmar a la que portaba el arma. “No me salió otra cosa que decirle ‘¿qué hacés, mi negra?’, porque en el momento no podía entender la situación. Segundos después se fueron corriendo hacia la esquina de De Herrera. Lo único que atiné a hacer fue responderle a una señora que estacionaba en la otra acera, que gentilmente me preguntó si me encontraba bien”.
Tras relatarle la situación vivida, la víctima intentó comunicarse con la línea 911 pero no fue atendido.
“Llamé dos veces y nadie atendió, así que recordé que en el Casino había policías apostados. Fui hasta allí y pedí a un muchacho que se encontraba en la puerta que por favor llamara a algún efectivo. Cuando uno salió me dijo que él y sus compañeros no podían moverse del Casino, pero que fuera a la Dirección de Investigaciones”.
“Llegué, conté lo sucedido y me mostraron varias fotos de jovencitas. Ahí me enteré que aparentemente hace algún tiempo que vienen realizando ese tipo de ataques, que serían mayores pero que físicamente parecen adolescentes. También supe que algunas de las víctimas no se animarían a denunciar porque ellas dicen ser menores y que si la Policía se entera ellas dirán que intentaron hacerles algo”.
“La verdad es que nunca me había pasado nada malo y si bien no fue grave, la sensación que a uno le queda es horrible”, resumió Alfredo.