Opinion | 24 Jun Mañana la Intendencia de Paysandú inicia una gira por todo el interior del departamento, la que denomina “Pueblo a pueblo”, que llegará a todos los rincones y a todas las poblaciones, incluso aquellas más pequeñas, de menos de cien habitantes. Hasta el más pequeño asentamiento recibirá la visita del intendente Bertil Bentos y de algunos de sus directores, que realizarán cuatro agotadoras jornadas recorriendo cientos de kilómetros cada día, desde que sale el Sol hasta después que se oculta, para poder cumplir con una visita a todos los centros poblados.
Probablemente sorprenda que el principal gobernante departamental ocupe no solamente cuatro días enteros, sino que recorra hasta los más recónditos caminos vecinales para estrechar la mano de los pobladores del Paysandú profundo, para escucharlos.
Desde 1990 se instauró la costumbre de que el gobierno con sede en la ciudad de Paysandú realice giras por el interior, primero tomando como centro las sedes de las Juntas Locales y posteriormente, con el paso de los años, haciendo también algunas giras “Pueblo a Pueblo”.
Un buen administrador de recursos debe tener en cuenta de dónde provienen estos. Por ejemplo, el grueso de recursos genuinos proviene de la propia ciudad de Paysandú, que a su vez es la que más obras de mantenimiento y nuevas demanda. Pero al mismo tiempo, también es su obligación impulsar la justicia social, por lo que también debe contemplar a quienes menos aportan porque en general son los que más necesitan. Y son los que menos aportan porque poco tienen.
Por eso resulta sumamente positiva una gira de estas características, porque el Intendente y los directores que lo acompañen, pueden así apreciar in situ, cuál es la situación real del departamento, tanto de sus rutas, caminos y vecinales, como de sus habitantes, tanto en grupos etarios como económicos. Se trata, ni más ni menos, que de un estudio de situación. Hasta ahí, solo merece plácemes la idea del Ejecutivo municipal. Ahora bien, para que realmente tenga efecto, debe ser seguida por una serie de reuniones concretas para definir planes de acción tomando en cuenta lo apreciado. No debe quedarse en el apretón de manos o en el oído atento. Una gira de estas características, con el esfuerzo que le demandan a sus participantes -que además generalmente tienen apretada agenda- debe ser una oportunidad para definir un plan de mejoras general que beneficie a todos los sanduceros, independientemente de nuestro lugar de residencia dentro del departamento.