Opiniones

Locales | 26 Jun Paysandú Nuestro
Cuando el viernes de la semana pasada todos aquellos que de alguna manera formamos el equipo de Paysandú Nuestro resolvimos convocar a la movilización, que se realizó el domingo 12 en la tarde, pusimos mucho de nosotros; en la medida que pasaban las horas y se acercaba el momento nos ganaba la ansiedad: ¿Nos acompañaría la gente? ¿Quiénes de nosotros iban a atender a la prensa? En definitiva, somos simples ciudadanos sin experiencia en estas lides.
Llegamos, colgamos nuestros carteles y cuando estábamos armando la mesa se acercó una pareja de ancianos, manifestando su necesidad de firmar porque entendían que en esa firma estaban plasmando su dolor; los recibimos con emoción, ¡no éramos los únicos heridos en nuestra sensibilidad!
En unos pocos minutos comenzó a llegar gente, a la mayoría no los conocíamos pero vimos que se acercaban al propio Teatro de Verano, lo señalaban en sus heridas... Y seguían llegando... Nos volvió el alma al cuerpo, y de ahí en más fueron dos horas de charla, recolección de unos cuantos cientos de firmas y constatar que los sanduceros somos celosos custodios de nuestro patrimonio.
La jornada finalizó y lo que había comenzado con ansiedad y dudas, terminó con un intransferible sentimiento de haber cumplido con lo que nos habíamos propuesto, pero por sobre todas las cosas la satisfacción de comprobar que podemos actuar sobre la realidad y modificarla y eso, ¡les aseguramos vale la pena!
Cuando a la mañana siguiente leímos EL TELEGRAFO, encontramos un artículo en referencia a nuestra actividad y a su derecha, en la misma página vemos con sorpresa al anuncio de que el Sr. intendente Bertil Bentos ordenó detener los trabajos y suspendió por cinco días al director de Turismo Marcelo Tortorella. Eso evidentemente no constituía nuestro objetivo, como ya lo aclaramos nuestra acción no es contra la Intendencia Municipal ni contra la administración del intendente Bertil Bentos, sino contra la forma que se hicieron las cosas; no nos arrogamos tampoco ser los únicos responsables de estos acontecimientos.
Nos preocupa sí, en nuestra calidad de defensores de nuestro patrimonio, las declaraciones del intendente manifestando desconocer lo que se estaba realizando en el Teatro de Verano; no dudamos de su buena fe, pero sí nos preguntamos si este funcionario que en estos días retomó sus actividades logró en tan breve plazo desarrollar esa sensibilidad que le permita percibir nuestros valores patrimoniales y actuar en consecuencia.
Gracias a todos aquellos que eligieron abrir los ojos y con una mirada crítica trabajar para modificar nuestra realidad.
Para todos aquellos que quieran firmar, pueden hacerlo en Florería Clavarino -Leandro Gómez entre Montevideo y 19 de Abril- que amablemente colabora con nosotros, pueden bajar un archivo con las papeletas desde Facebook Paysandú Nuestro o desde el Facebook con un sistema de adhesión en línea, para acompañar nuestra propuesta y darle la mayor difusión posible y que realmente se potencie el mensaje.
Por el equipo Paysandú Nuestro, les saludan Guiliana, Cecilia, Hugo, Leticia, Darío, Marilyn, Javier, Noella y Rubens.

*****
A quien corresponda
Escribo en defensa de los eucaliptos de la costa: Hace 70 años que voy a la playa todos los días, nunca vi cómo se secan estos árboles; no sé, algunas personas dicen que mucha agua, cuando las crecientes, otros que son viejos. Hace ocho meses veo que se caen las hojas por causas que no son naturales, pienso que las personas responsables de estas playas se den cuenta y actuarán en consecuencia.
Veo que empezaban a rebrotar, pero cuando llegaban a los 30-40 centímetros les entraba un hongo blanco en las hojas y empezaban a secarse nuevamente; pienso que es una peste que traían los pájaros, una lluvia ácida, o alguna sustancia que largan algunas “fábricas”. Tengo la esperanza que con algunas heladas puedan salvarlos. Los responsables no sé si consultaron con técnicos de las forestales que hay en Paysandú. Lo del Teatro de Verano ya es un hecho consumado. Es muy triste. Walter Ruiz

*****
No alcanzaba con la “sinfónica” de motos que teníamos que soportar los sanduceros, que además le debemos agregar la insoportable vecindad del Centro Hemato-Oncológico de Comepa de calle Florida. No obstante las reiteradas quejas que hemos efectuado a su Dirección, del escándalo perpetrado por sus empleados “desocupados” entre 8.30 y 14 horas. Para quienes llevamos unos cuantos años a cuesta como es general en la vecindad, esto es insoportable, pudiéndose solucionar fácilmente con apenas un poco de respeto, educación y tolerancia hacia los demás. Gracias.

*****
Paysandú Nuestro saluda a los vecinos de
Guichón en su lucha por el Medio Ambiente
Paysandú Nuestro tiene en su declaración de principios la defensa de nuestro patrimonio, y eso por supuesto incluye nuestro medio ambiente. A cualquier ciudadano con un mínimo de información no le es ajeno que nuestro medio ambiente está en problemas y que éstos se agravan acelerando su degradación. Por eso no podemos menos que alegrarnos cuando los vecinos de Guichón deciden organizarse y movilizarse reclamando por su salud, por la salud de su entorno, para sí mismos y para las generaciones que vienen. Estamos convencidos que solamente la presión de la sociedad civil será capaz de exigir a nuestro gobierno que responda a las inquietudes de los vecinos y obligue a ésta a desarrollar políticas serias que le permitan hablar con propiedad de sustentabilidad.
Es sabido, a través de los medios de prensa, que los vecinos de Guichón están teniendo problemas con la aplicación indiscriminada de agrotóxicos. Decimos que es indiscriminada, porque a varios meses de promulgada una reglamentación del MGAP estableciendo una zona de exclusión para la aplicación de agrotóxicos respecto a centros urbanos y escuelas rurales (300 metros para aplicaciones terrestres y 500 metros aéreas). Hoy, los vecinos están siendo fumigados a 25 metros de sus casas en el barrio Sur. Sería importante que una reglamentación como la promulgada fuera acompañada de los recursos materiales y humanos generando un cuerpo de inspectores que actuara de oficio y no por presión de los vecinos; eso sería una demostración de voluntad política. Otro problema planteado en la zona, es el referente a la calidad del agua que consume la población a través de la red de OSE. Este organismo toma buena parte del agua del arroyo Guayabos, cuya cuenca está fuertemente cultivada con eucaliptos y agricultura intensiva en el uso de agrotóxicos. Los vecinos vienen reclamando desde hace tres años el análisis del agua tomada de este arroyo, que no se limite al bacteriológico y que permita evaluar los niveles de agrotóxicos que realmente existan. ¿No es posible llevar a la población la tranquilidad que se merece en algo tan sensible como el agua que consume? ¿Tres años no es suficiente para analizarla y hacerle el seguimiento correspondiente? Estos hechos no hacen más que reforzar nuestra convicción que una sociedad civil organizada y bien plantada frente a estas problemáticas es el camino para proponer y exigir soluciones a estas cuestiones, que no admiten postergaciones. Por eso, cuando los vecinos de Guichón eligen abrir los ojos y con una mirada crítica trabajar para modificar su realidad, desde Paysandú Nuestro no podemos menos que felicitarles y enviarles nuestro saludo.
Por el equipo de Paysandú Nuestro (en Facebook Paysandú Nuestro) les saludan Giuliana, Cecilia, Hugo, Leticia, Darío, Marilín, Javier, Noela, Rubens.

*****
Sobre la minoridad inimputable
Tal parece que la delincuencia juvenil es algo imposible de solucionar, cuando alguien quiere hacer algo se responde que eso no es la solución. Es que desde hace tiempo se piensa primero en el delincuente y luego en la persona de bien, que cumple con sus deberes diarios, trabajando para ganarse el pan de cada día.
Es cierto que no se va a solucionar el problema de la delincuencia bajando la imputabilidad a los 16 años, como también es cierto que no va a evitar que roben su casa porque le coloque rejas, pero los que roban al boleo ya no la van a robar; tampoco va a evitar que la roben si pone alarma, pero el que ingresa a su casa dispondrá de cinco o diez minutos para llevarse lo que pueda.
De esta misma forma hay que ir tomando medidas que vayan ajustando la tuerca hasta llevar la delincuencia a su mínima expresión.
Cuando se habla de llevar a la cárcel a un menor de 17 o 16 años no piense en su hijo, criado en un hogar de amor y educación, lamentablemente le educación que han tenido la mayoría de estos menores es para delinquir, y si son o no culpables de la suerte que les tocó vivir es un tema para otro capítulo y sí, a solucionar a más largo plazo, el hecho es que una persona que tiene más de dos delitos graves es prácticamente irrecuperable, más allá de sus 16 o 17 años. Tal vez es más recuperable uno de 20 que es primario y debería ser más considerado que uno de 17 con una gama de antecedentes graves que ni siquiera se mantendrán al cumplir los 18, o según parece ahora los 20.
Por esto considero que debería bajarse la edad para ser imputable a los 16 años.
Si el gobierno considerara que debe darles un trato especial, que le construya una cárcel solo para ellos, mientras tanto que vayan al Comcar, que esto no debería ser un problema ni un temor, el verdadero problema a solucionar sería transformar el Comcar en una verdadera cárcel donde se impusiera el orden, la disciplina y el respeto. Porque es muy fácil decir que se respetan los derechos humanos imponiendo normas estrictas a la policía y lavarse las manos con lo que pase dentro de la cárcel, dejando que la anarquía y la ley del más fuerte prevalezca.
Tal es la autonomía de los delincuentes dentro de la cárcel que hace poco tiempo atrás nos enteramos por los noticieros que un delincuente preso mató a otro con nada más y nada menos, que con una pistola 9 mm, algo realmente insólito.
En política siempre hemos convivido con mucha hipocresía, pero deberíamos ir cambiando y ser más pragmáticos. Los derechos solo existen dentro de la ley y el orden. Javier Pizzorno