Locales | 27 Jun Por unos 300 metros de extensión, y hasta cinco metros de ancho en algunos casos -como lo constató EL TELEGRAFO-, una empresa contratada por la Intendencia de Paysandú (IdP) realizó trabajos en el cauce del arroyo Guaviyú, en termas de Guaviyú, aunque la obra quedó temporalmente detenida por “las protestas levantadas”, al decir del director general de Promoción y Desarrollo, Ramiro Díaz, quien además recordó que “ahora hemos incluso explicado a cabalidad, con nuestros técnicos, las intenciones de la obra y por qué la habíamos iniciado”.
Tal como fuera informado tras la sesión en la Junta Departamental, Díaz indicó que “lo que queríamos era limpiar el cauce y la solución técnica encontrada fue esa”. Aseguró que “los taludes de tierra que hoy están a la orilla del arroyo serán retirados una vez que recomencemos las obras, pero si quedaron así fue porque preferimos tomar un paréntesis, hasta tanto se pudieran dar las explicaciones correspondientes”. De acuerdo a Díaz, “habrá que continuar limpiando hacia abajo, pero ahí si necesitaremos el permiso de la Dirección Nacional de Hidrografía”.
Consultado sobre el objetivo final de la obra, desde que comerciantes de las termas indicaron a EL TELEGRAFO que “se va a construir una playa” o -según dijeron otros- “se hará una piscina”, Díaz dijo que “hoy el objetivo es de limpieza, para mejorar el caudal del cauce y amortiguar el impacto de inundaciones” pero también indicó que “tenemos si la idea de hacer una suerte de embalsamiento, una piscina natural, digámoslo así, para que los visitantes tengan en verano la opción de bañarse también en el arroyo”.
Fuentes del lugar expresaron que “la Intendencia gastó en esta obra que dejó tirada 8.500 dólares, que pagó a una empresa que le cobró 80 dólares por hora”. Los comerciantes consultados, si bien se mostraron cautelosos a la hora de brindar informaciones, se animaron a indicar que “la administración de termas es un verdadero desastre, el turista llega acá, ve destrozos por todos lados y no entiende nada”.
Junto al centro comercial “fue destruida en medio de pésimas condiciones laborales, porque los trabajadores no tenían siquiera casco protector, una edificación allí existente y ahora solamente se dejó una gran superficie de tierra, que cuando llueve se convierte en una laguna y provoca problemas adicionales a todos”, se agregó.
Pero también hicieron hincapié “en el muy mal estado de los moteles. Hay varios televisores rotos, muchos controles no funcionan, hay problemas serios que nadie repara”.
Para colmo “hace muy poco se retiró el desayuno incluido en el caso de los moteles A, pero se sigue cobrando lo mismo. Eso también pone en peligro otro comercio y se han ido unos cuantos ya, pero especialmente los turistas ya no cuentan con el servicio de desayuno, aunque siguen pagando por él. Es terrible”.
“No entendemos este afán de romper y romper, no entendemos por qué trabajar en el cauce del arroyo, aunque hay que decir que esta es la tercera vez que esto ocurre sin que nadie diga o haga algo. Lo más importante es recuperar los moteles por ejemplo. Hay turistas que vienen, ver como está esto y se van para Daymán, donde tienen mejores servicios al mismo precio”, expresaron comerciantes del lugar.
Ramiro Díaz, quien le restó trascendencia a los trabajos realizados, que además incluyeron tala de algunos árboles, dijo con énfasis que “esto es para mejorar las termas, eso tiene que quedar claro, estamos trabajando para embellecer y darle mas posibilidades a las termas. Ese es el objetivo y el propósito”.