Paysandú, Sábado 02 de Julio de 2011
Rurales | 30 Jun Factores de manejo, tecnológicos y climáticos se sumaron para el agravamiento de un problema endémico de la cría vacuna en Uruguay. Los índices de preñez correspondientes a este año no son nada halagüeños, pues apenas sobrepasan el 70%, destacando la gran diferencia respecto a 2010: casi 7% menos, según los trabajos presentados en el anfiteatro del INIA Treinta y Tres, durante el IX Taller de evaluación de los diagnósticos de gestación vacuna.
Presentaron los resultados de casi 290.000 diagnósticos de gestación por tacto rectal o ecografía, que arrojaron un 70,5% de preñez, menor en términos generales al de los otros años y sustancialmente menor que el 77% del año anterior.
Hubo diferencias entre las zonas del país presentadas, debido fundamentalmente al tipo de productores analizados, la cantidad de datos y a los efectos particulares del clima en cada una, como en Cerro Largo donde la sequía fue mayor.
Los magros resultados generales estarían explicados principalmente por la baja preñez lograda en las vaquillonas de primer entore, que se adjudica a su mal desarrollo (generación nacida en la sequía de 2008/2009), y a la baja calidad de la pasturas durante los servicios.
El médico veterinario Santiago Bordaberry, que presentó los datos correspondientes al centro del país, recordó que buena parte del alto porcentaje del año pasado fue debido a la existencia de muchas vacas falladas del año de la sequía, mientras que este año, a pesar de que había muchas vacas que habían parido temprano, el porcentaje de preñez en la zona fue un 12% inferior. “Se observó menor celo en las vaquillonas y lo que no se alzó en noviembre-diciembre prácticamente no se preñó”, aseguró.
El técnico se encontró con un alto nivel de anestro en los diagnósticos de actividad ovárica de fines de diciembre y enero, lo que atribuye a que esas vaquillonas nacieron con la seca, se criaron casi sin leche y su siguiente primavera-verano fue con exceso de lluvia y tuvieron su segundo invierno con pasturas de muy mala calidad, con también muy malas ganancias diarias, siendo notable la diferencia obtenida por los productores que las suplementaron. Según Bordaberry, eso explicaría por qué lotes de vaquillonas con buena condición corporal y buena sanidad no mostraron celo.
Ello concuerda con la información nacional que demuestra que un mal manejo durante el primer año de vida de la ternera, puede presentar efectos negativos a largo plazo en aspectos reproductivos.
Alimentación
Guillermo de Nava, médico veterinario que presentó los resultados de Salto y que participara reciente de las Jornadas Uruguayas de Buiatría en Paysandú, recordó un trabajo de investigación realizado en Nebraska, en que se estudió el efecto de la alimentación de la madre en la fertilidad de las hijas. Resultó que la preñez fue mucho mayor en las vaquillonas hijas de las vacas suplementadas en el último tercio de gestación, lo que fue definido como un efecto de “programación fetal” durante el último tercio de la gestación, en la fertilidad de las vaquillonas.
El médico veterinario Gustavo Morales presentó los datos de Cerro Largo, adjudicando los bajos porcentajes de preñez a la sequía --que impidió que las vaquillonas se criaran bien-- y a la gran cola de parición. Destacó la gran diferencia en los resultados en los vientres con cría a los que se les aplicó alguna tecnología como el destete precoz.
El médico veterinario Norberto Paiva presentó los datos recabados en el Centro Médico Veterinario de Treinta y Tres y comparó los resultados obtenidos cuando se realiza algún tipo de destete. Encontró que en las vacas de segundo entore, cuando se realizó destete precoz, el porcentaje de preñez fue de 84%, 48% cuando se realizó destete temporario y 59% cuando no se realizó ningún tipo de control de amamantamiento; esto indica que el solo hecho de realizar destete no implica el éxito.
Ecografía de ovarios
En cambio, en vacas multíparas con destete precoz, obtuvieron 81% de preñez, con temporal 70% y sin destete 67%, demostrando que en esta categoría sí resultó efectivo el destete.
El médico veterinario Emilio Machado, que expuso los resultados de Rocha, destacó la importancia de realizar la ecografía de ovario en los primeros días de enero, como buena herramienta para saber qué destete realizar: precoz en lotes de cola de parición y con baja condición corporal, y temporal en lotes menos comprometidos.
Bordaberry destacó la importancia del diagnóstico de actividad ovárica en diciembre para la toma de decisiones, según el animal esté en anestro profundo, superficial o ciclando.
Al analizar los resultados, llama la atención las diferencias entre los máximos y mínimos encontrados, que todos los panelistas adjudican principalmente a la adopción o no de las tecnologías de manejo disponibles para la cría.
Paiva destacó que dentro de los resultados presentados hay, por ejemplo, un productor que con 9.230 vacas, aplicando los manejos recomendados (destete precoz a vacas de segundo entore y vacas con baja condición corporal, entore en fecha, suplementación de las vaquillonas en el primer invierno, etcétera), obtiene siempre porcentajes de preñez por encima del 90%.
La pregunta que planteó es, si ese 90% justifica los costos que implican, por ejemplo, la queratoconjuntivitis o la diarrea viral que aparecen en los terneros destetados precozmente, o si sólo habrá que ajustar la carga y suplementar en los momentos críticos.
Por su parte, Machado diferenció dos grupos de productores con resultados disímiles: uno que ha adoptado un manejo diferencial de las categorías ciñéndose a él, que prioriza la recría y siempre logra un buen porcentaje de preñez, y otro grupo que no ha adoptado tecnología y cuyos resultados fluctúan en función del clima. En años difíciles las diferencias se amplían y en los buenos se acortan. Este año las diferencias entre ambos grupos fueron de 26%, tanto en vaquillonas de primer entore como en las de segundo entore o vacas lactando. El año pasado la diferencia fue de 13%. “El productor que aplica la tecnología tiene resultados similares año tras año, independientemente del clima”, afirmó.
Los médicos veterinarios Pablo Nieto y Gustavo Sacco, que presentaron los datos de Soriano, Colonia y Florida, pusieron como ejemplo un productor con campos en Paysandú, Durazno y Soriano que durante los últimos ocho años siempre obtuvo una preñez por encima del 85-88%, realizando un buen manejo: revisación de los toros 60 días antes del entore, palpación de las vaquillonas preservicio, clasificación por condición corporal preparto, destete temprano en primíparas y precoz en las de cola de parición. Además, realiza dos destetes temporarios de 12 días cada uno durante el entore, encierra los vientres cada 48 horas durante el entore, suministra sales minerales todo el año y no aplica ninguna vacuna reproductiva.
De Nava también señaló la diferencia en los porcentajes de preñez entre los predios con y sin asesoramiento, que fueron de 89% y 77% de preñez, respectivamente.
Machado enfatizó que las claves para obtener buenos porcentajes son el manejo apropiado de la recría, para lograr una preñez temprana y concentrada en el primer entore y el manejo diferencial de las primíparas.
Para Bordaberry las tres claves fundamentales para un buen resultado son la condición corporal al parto, el balance nutricional de la lactación y el control del amamantamiento.
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