Paysandú, Sábado 02 de Julio de 2011
Opinion | 01 Jul Las obras en el teatro de verano Eduardo Franco fueron detenidas debido a la repercusión a nivel popular que tuvo la tala de algunos árboles; las obras en el arroyo Guaviyú, en el centro termal, fueron interrumpidas debido al impacto en la población, preocupada por un supuesto ataque al medio ambiente.
En ambos casos, todo parece indicar que se esperará a que “pase la tormenta”, para luego proseguir con las obras inicialmente planteadas, proyectadas o al menos imaginadas. La Administración, que fue convocada a sala por la Junta Departamental en demanda de explicaciones, no ha podido demostrar hasta ahora cuáles son los planes concretos, reales, de los trabajos en uno y otro lugar.
Debe quedar claramente establecido que una administración municipal no puede ser tan frágil como para ser balanceada por el viento de las protestas de la oposición o las manifestaciones de algunos residentes. Por el contrario, toda obra debe ser concienzudamente estudiada y una vez tomada la determinación, aun cuando no se entiendan las razones de su realización, debe ser llevada adelante, porque para eso la población optó por ese modelo de gestión y no por otro, hoy relegado a su condición de oposición.
No es razonable ni le hace bien, ni a la comunidad ni a los propios gobernantes, que una obra se detenga, se deje en el limbo, porque se han recibido críticas en contra. Por ejemplo, conviene preguntarse qué pasará con el teatro de verano. ¿Es que se planea que quede así, y llegue el verano y la zona costera toda sufra? Si fue necesario talar algunos árboles, más allá de las críticas recibidas, que esa tala no resulte en vano y que se concluya la obra prevista, porque si así no ocurriere, entonces sí se estaría incurriendo en un indiscriminado como inútil ataque a la naturaleza. Lo mismo ocurre en Guaviyú. Si solamente fue para tareas de limpieza, parece excesivo el trabajo realizado, todo el material que fue quitado de la vera del arroyo. Ahora, si hay otra obra en mente, pues entonces habría que hacerla pública, presentar el proyecto y llevarla adelante.
La temporada estival está a la vuelta de pocos meses. Es el momento para comenzar tareas de recuperación de centros termales y de la zona de playas, y continuarlas sin pausa. Es imprescindible que, un año después de los aplausos de la toma de poder, se demuestre coherencia en cada obra, en cada emprendimiento, en cada proyecto, y firmaza para defenderlos. No siempre habrá aplausos, pero ahí está la historia para poner las cosas en su lugar.
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