Deportes | 27 Jun Hubo lógica dentro de la ilógica situación: River Plate jugará, por primera vez en su historia, en la Primera B Nacional del fútbol argentino. Los millonarios no pudieron superar a Belgrano de Córdoba en el mismísimo Monumental, y el empate 1 a 1 terminó por condenarlos al peor papelón de sus 110 años de historia, al dolor más grande que puede sentir el equipo que más torneos festejó en Argentina.
Hubo lógica porque este River solo pudo concretar dos goles en otros tantos partidos a lo largo de la temporada. Y justamente necesitaba ganar por dos goles de diferencia ante los cordobeses, que de locales habían vencido por 2 a 0 en el choque de ida, por lo que el desafío era más que complicado.
La historia dirá que Pavone llenó de esperanza a una multitud, anotando la apertura cuando iban apenas 5 minutos. Alguno se acordará que el árbitro Pezzotta (de mal arbitraje) desestimó un claro penal que podría haberle dado a River esa diferencia que necesitaba para manejar lo que quedaba del partido. Muchos recordarán que Pavone desperdició un penal luego de que Belgrano aprovechara un error defensivo para anotar el empate, para sentenciar la suerte de su equipo.
Pero todos recordarán cómo, con la presidencia de una gloria del club como lo es Daniel Pasarella, River se fue a la B y tiene que absorber el trago más amargo de su historia, producto de las pésimas conducciones dirigenciales de los últimos años. Mientras los hinchas millonarios deshacían la sede del club y los alrededores, Gimnasia y Esgrima perdió de visita ante San Martín de San Juan por la Promoción, y se jugará su permanencia en Primera el próximo jueves, cuando en La Plata deba remontar el 1 a 0 en contra cosechado anoche.