Paysandú, Miércoles 06 de Julio de 2011
Locales | 01 Jul De los 750 obreros con que contaba Paylana en 2009 (sin considerar mandos medios y jerárquicos) quedan solamente entre 360 y 380, debido a un masivo retiro voluntario, según confirmó a EL TELEGRAFO el presidente de la Asociación de Trabajadores de Paylana (Altrapay), Carlos Bermúdez. En tanto, la firma opera bajo concurso de acreedores, a pedido de la propia empresa, para ganar un mes de plazo, mientras continúa la búsqueda de un comprador que evite el cierre de la única planta textil de tejido plano del Uruguay. Los trabajadores, asimismo, opinan que la medida se tomó para evitar el embargo, pero subrayaron que “a nosotros eso no nos molesta”.
“Desde 2009 la planta sufre la pérdida de personal que ante la inestabilidad laboral busca otras posibilidades”, dijo Bermúdez. “El año pasado se incrementó el ritmo de renuncias, tanto que en un solo mes se fueron cincuenta obreros”. Pero en 2011, “cuando realmente enfrentamos la inseguridad quincena a quincena, la pérdida de personal ha sido grande; principalmente el personal joven y de mediana edad, los más capacitados, los electricistas, mecánicos, técnicos en diferentes áreas, esos han abandonado la empresa en cuanto pudieron hacerlo”, comentó el presidente de Altrapay.
Quienes aún se mantienen dentro de la empresa “son aquellos compañeros con 25, 30 años de trabajo en Paylana, porque para ellos el mercado laboral está prácticamente cerrado, en un país donde a los 35 años se es laboralmente viejo”. El primer alerta de los trabajadores, comentó Bermúdez, fue “en 2009 cuando la empresa comenzó a exhibir problemas económicos importantes, con desempleo y pase a Seguro por Desempleo”. De ahí en adelante “los que pudieron se fueron” en tanto los directivos del sindicato, con un promedio de edad de 27 años, “nos quedamos, porque fuimos elegidos para esta tarea y porque no podemos abandonar a los compañeros que ven complicado su futuro laboral si no se mantiene en operación a Paylana”.
Pero “ser trabajador de Paylana tiene muchos problemas. Si quiero sacar un crédito en una financiera u obtener bienes para pagarlos a plazo resulta imposible. Tengo un comprobante de ingresos de Paylana y eso para los comerciantes suena a desempleado. Nadie te da nada”, subrayó.
“Hay una carga emotiva muy importante. Probablemente quienes tienen un trabajo estable, como merece todo trabajador, no se den cuenta, pero hay un estrés permanente entre quienes trabajamos en una empresa cuyo horizonte es de apenas un mes cada mes. Eso afecta a cualquiera, por eso es que los obreros --lo mismo que mandos medios y jerárquicos-- se van en cuanto pueden”.
Reducción de
carga horaria
Bermúdez confirmó que “la carga horaria se ha reducido en varias secciones. En Hilandería, donde de 120 compañeros quedan 15, así como en Tintorería y Terminación, se trabaja de lunes a viernes. En Tejeduría, las tres primeras semanas se trabajó de lunes a sábado y luego de lunes a viernes”. Cuando la empresa no tenía dificultades, se trabajaba de lunes a sábado.
La principal dificultad sigue siendo “la falta de liquidez; hay pedidos, pero si no hay dinero para materias primas no se pueden tomar, por lo que muchos se rechazan. Es una situación muy muy negra”. Tampoco se están otorgando licencias anuales al personal “porque no hay plata para pagarlas”.
Concurso de Acreedores
Paylana tramitó ante la Justicia sanducera el pedido para ingresar en concurso de acreedores, lo que fue aceptado en las últimas horas. Con ello, la empresa deja en suspenso el pago a sus proveedores, lo que le permitirá mantener la escasa liquidez con que cuenta para financiar la actividad industrial hasta fines de este mes. Ese plazo, además, será utilizado para lograr la venta de la hilandería.
El gerente general de Paylana, Julián Medina, explicó que el concurso de acreedores permitirá “obtener un poco de oxígeno y mantener abierta la planta en julio para buscar una salida con alguno de los tres interesados que tenemos hoy en día”. Al mismo tiempo “estamos saliendo a mostrar nuestra colección para comenzar a vender en los primeros meses de 2012”, informó Medina.
Sindicato quiere
gestionar la empresa
Bermúdez subrayó que “el contacto con la empresa sigue siendo fluido, prácticamente día a día evaluamos la situación”, pero el problema es “que no vemos una salida clara”. Desde el punto de vista del sindicato, el pedido de concurso de acreedores fue “para evitar el embargo”, porque “no hay volumen de negocios para mantener la industria saneada”.
Reconoció que “la caída de negocios está relacionada con la competencia de India, China, Turquía y Pakistán”, pero aseguró que “Paylana perfectamente tiene un buen nicho de mercado, no apostando al volumen de producción y ni siquiera apostando a la buena calidad. La única salida es apostar a la excelencia, eso es lo que necesitan los mercados más poderosos y que mejor pagan”.
El sindicato está dispuesto a “gestionar la empresa por los trabajadores, como co gestores con empresarios o continuar como hasta ahora, respondiendo a una gerencia”, pero “haremos todos los esfuerzos para salvar la fuente laboral”. La gremial mantuvo una reunión con un empresario privado uruguayo que oficia de nexo de una textil italiana que pretende quedarse con la empresa, que ya cuenta con un acuerdo con el Banco República para hacerse cargo de la deuda que tiene la firma. Para los próximos días hay agendada otra reunión bipartita, en la que se espera contar con la presencia de jerarcas de la empresa italiana.
Pero el sindicato incluso tiene problemas para cumplir con la agenda de entrevistas con éste y otros interesados, pues al reducirse la plantilla de trabajadores también pasó lo mismo con la de afiliados al gremio. Ante eso, Altrapay realiza diferentes actividades como “un Té Bingo el próximo domingo en el sindicato de Paycueros, a partir de las 15”. Tras la reunión en Montevideo, si los inversionistas mantienen interés “estarán visitando la planta, recorriéndola para tomar una última impresión”.
Qué es un Concurso
de Acreedores
El concurso de acreedores es el procedimiento que se inicia cuando una persona o empresa se encuentra en situación de insolvencia, es decir, no puede, o prevé que no va a poder pagar a sus acreedores. La solicitud de concurso ha de realizarse ante el Juzgado de lo Mercantil y puede realizarla el propio insolvente, o cualquier acreedor de éste.
La intención primordial es reconducir la empresa hacía una situación de viabilidad y si ello no es posible, obligar a que los pagos se realicen en el orden marcado por la Ley. Para ello se toman varias medidas: se nombra a uno o varios administradores concursales, que desde ese momento, solos o junto con el administrador de la empresa, dirigen la misma; se suspende la obligación de pago de las deudas anteriores al concurso hasta que se consiga un plan de viabilidad; sí es obligatorio seguir pagando a los trabajadores o acreedores que trabajen para la empresa a partir de la fecha del concurso. Además se negocia con los acreedores (y entre ellos los bancos) para conseguir refinanciación, aplazamientos de pagos o reducción de la deuda.
El resultado puede ser que se considere viable a la empresa gracias a los aplazamientos y la refinanciación, por lo que podrá continuar su actividad; o se definirá como no viable debido al alto volumen de deudas o a los pocos ingresos previstos y se procede a liquidarla.
En este segundo caso se cobran todas las cantidades pendientes y se pagan las deudas en el orden establecido por la Ley. Los créditos preferentes son los de los trabajadores, la representación procesal, el 50% de las deudas de hacienda y seguridad social, y similares.
Aquellos créditos (normalmente hipotecas o préstamos) que tengan una garantía, se pagan con el bien garantizado. Los demás acreedores cobran proporcionalmente a su deuda, del saldo restante.
Quienes dominan
el mercado
En los últimos años, la producción textil ha sufrido cambios tanto en los principales mercados exportadores como en los importadores. China es el mayor exportador de textiles y vestimentas del mundo, y también uno de los mayores consumidores. Su crecimiento se basa en sus ventajas comparativas, en particular el bajo costo de su mano de obra, ubicado en 0,69 dólares por hora, comparado con los 26,10 dólares por hora de Japón o los 14,24 dólares por hora de Estados Unidos. Al ingresar en 2002 a la Organización Mundial del Comercio (OMC), mejoró su acceso a los mayores países desarrollados.
En India, la industria textil y de prendas de vestir representa el 14% de las manufacturas, cerca del 30% de sus exportaciones y emplea alrededor del 28% del total de trabajadores en manufacturas. En Indonesia, Turquía y la República de Corea, el crecimiento de los últimos años ha sido particularmente intenso en el sector. En Sudamérica, Brasil es el mayor productor de textiles, y en el mundo se ubica en el séptimo lugar.
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