Paysandú, Domingo 10 de Julio de 2011
Locales | 03 Jul Vivo en Pueblo Beisso, tengo 50 años y soy usuaria del Ministerio de Salud Pública con Carné de Asistencia otorgado en Guichón. El sábado 2 de abril de 2011, me acosté viendo bien y al otro día al levantarme no veía con el ojo derecho. Por tratarse de la vista consulté en forma urgente en forma particular a un oculista, quien me diagnosticó “desprendimiento de retina” lo que hacía necesario que me operara lo más pronto posible, antes de las 48 horas.
No tenía los medios económicos para afrontar la operación lo que hizo que llegara hasta el Hospital de Paysandú, para iniciar los trámites, los que además de complicados fueron lentos.
Había que coordinar con Montevideo hacia donde concurrí el día 6 y me operaron el 14 de abril. Antes de la operación me dijeron que no había garantía de éxito. El día 22 del mismo mes los médicos me dieron el alta con un ojo tapado, gotitas y la ilusión que volvería a ver en unos 40 días. Al mes siguiente volvía al control. Ahí me dieron la triste noticia que el ojo estaba perdido, que no vería más.
Me avisaron que el otro ojo también estaba comprometido con principio de desprendimiento y había que operarlo al mes siguiente.
Volví a mi pueblo llorando. Lloré y lloré por días en mi casa, donde vivo sola.
Era lo que iba a pasar. Desde el desprendimiento hasta la operación pasaron 12 días y el oculista me dijo que no debían pasar más de 2, dan fecha un solo día por mes de 7 a 16.
Para junio se daba fecha el 22, me dieron un 0800 al que pasé todo el día marcando y no pude entrar. Me vine a Paysandú pensando que tal vez desde el Hospital me podrían solucionar ante lo grave de la situación.
Voy a la ventanilla de Estudio y Traslados, la funcionaria hace unas consultas y me dice “ahora tiene que llamar el 20 de julio”, que ella no podía hacer nada, que yo hablara en la dirección....
Allí fui y el Director estaba en reunión, además de no atender usuarios. La secretaria ni se inmutó ante mi planteo y hasta se molestó por mi urgencia, sin darse cuenta de lo grave del asunto y diciéndome “su carné es de Guichón, tiene que ir allá a reclamar que le consigan fecha”.
Desesperada anta la insensibilidad de todos, me fui.
Ahí recordé cuando estuve internada en el Saint Bois que el número de teléfono interno de la sala es el 290.
Llamé y me atendió la enfermera Lucía, la única de la sala. Se acordó de mi y tan amable como solícita se ofreció a ayudarme. Me pidió el número de teléfono. ¡Que diferencia con el hospital local!
En menos de 15 minutos me llama y dice: “Ade, tenés fecha para el día 7 de junio a las 7 de la mañana con la doctora tal”.
Es la única funcionaria de la sala y única que atiende como persona. Un alma buena y mejor funcionaria pública.
¡Gracias Lucía, Dios te recompensará! Ojalá la retina no se me desprenda antes de esa fecha o quedaré ciega.
C.I. 2.757.674-1 Pueblo Beisso.
*****
Que el árbol no nos
impida ver el bosque
Ahora que se han calmado un poco los ánimos me voy a permitir opinar sobre la extracción del árbol que estaba destrozando el teatro de verano con sus raíces.
Este árbol nunca debió de llegar al tamaño en que llegó. Se debería haber cortado hace mucho tiempo, para que aparte de no destrozar su alrededor con las raíces, no resultara tan complicado y peligroso cortarlo.
Los árboles que están insertos dentro de la ciudad, tendrían que ser fáciles de sacarlos. Así, como cuando se considera necesario se plantan, también se deberían poder cortar de forma más simple cuando molestan.
No estamos hablando de talar un bosque autóctono, ni los que se encuentran en el parque. Pero estoy seguro que más de un vecino ha querido cortar un árbol que se encuentra frente a su casa, o tan solo podarlo porque le tapa los techos o peligra caérsele sobre su casa y es algo prácticamente imposible lograr una autorización, ahora entiendo el por qué. Si hay alguna gente que pretende crucificar al intendente que bastante ha hecho en su primer año de gobierno, porque un director se adelantó a su orden directa en un trabajo que estaba planificado para un poco más adelante, qué podemos esperar para un particular.
Me parece que están saliendo a cazar brujas.
¿Será que la oposición no encuentra nada para llevar aguas a su molino? Porque siempre vamos a encontrar algún abuelo que le recuerde su juventud un árbol que estuvo allí durante cincuenta años, o alguien que no quiera que se corte un árbol aunque crezca en el techo de su casa. Pero ojo, no dejemos que un árbol no nos deje ver el bosque, mucho menos si es un eucalipto, que ni siquiera es de nuestra flora autóctona, es casi un artículo de consumo, como las vacas, son plantados por cientos por las forestales para el consumo de las papeleras.
Resulta que como creció uno guacho en el medio del camino, se transformó en una vaca sagrada.
Que los sentimentalismos no nos nublen la razón. Javier Pizzorno
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