Locales | 07 Jul En la víspera operó en el aeropuerto internacional “Tydeo Larre Borges” un Cessna 206 --descripto por los fabricantes como “el utilitario deportivo del aire”-- desde el aeropuerto de Melilla en Montevideo.
La novedad fue que quien lo pilotaba era una de la decena de mujeres piloto con licencia en Uruguay y una de las pocas que está en actividad. Leticia de Angelis vuela desde el año 2000. Emula de la baronesa francesa Raymonde de la Roche, la primera mujer en el mundo en obtener una licencia de piloto de avión, en 1910, de las estadounidenses Harriet Quimby y Amelia Earhart, que atravesaron por primera vez el canal de la Mancha y el océano Atlántico respectivamente, así como de la argentina Amalia Celia Figueredo, quien en 1914 obtuvo su brevet, convirtiéndose en la primera piloto en Latinoamérica, sostiene que “volar es un placer enorme”.
Con un hermano piloto en Pluna, una hermana azafata en la misma aerolínea y un hermano comisario de a bordo en la British Airways, “mi acercamiento con la aeronáutica fue un hecho natural” a la temprana edad de 17 años.
En Montevideo, donde reside con su familia, estudió aviación y dio máxima potencia para el despegue desde un Cessna, que “son los aviones con que se empieza en la instrucción”. Con un título de piloto privado “comencé a realizar algunos trabajos, con la intención de sumar horas y poder así pasarme a piloto comercial”, curso que desarrolló “gracias a una beca” del instituto de aviación.
Actualmente trabaja en la empresa de taxis aéreos SAS, con sede en Montevideo, y tiene en su currículo 500 horas de vuelo certificadas.
“En Uruguay somos muy pocas las mujeres pilotos y de las que tienen licencia no todas están en actividad. Pero es una profesión fantástica. A mí me gusta mucho. Y todavía me pagan. En realidad en cualquier trabajo donde se pueda hacer lo que a uno le gusta es un placer, un sueño”, concluyó Leticia de Angelis.