Nacionales | 13 Jul En medio de una fuerte discusión y los gritos provenientes de las barras, la Cámara de Diputados dio la media sanción que le faltaba a la votación del proyecto de ley de participación público-privada, que fue aprobado por 89 diputados en 89. Finalmente, el Partido Comunista no votó el proyecto pero actuó de forma que se contara con los votos.
Tal como había anunciado, el Partido Comunista decidió no votar el proyecto pero habilitó la licencia del diputado por el departamento de Artigas, Hugo Dávila, quien no ingresó a sala y sí lo hizo su suplente, Elsa Hernández. La legisladora de Compromiso Frenteamplista, que responde a Raúl Sendic, votó afirmativamente el proyecto.
Sin embargo, la licencia de Dávila fue criticada por el diputado nacionalista Javier García, quien se negó a votarla por considerar que se trató de una estrategia política para solucionar la crisis interna del Frente Amplio. Esto generó la reacción de algunos diputados oficialistas e incluso fue calificado de “cobarde” por Álvaro Vega.
Hernández dijo a radio El Espectador antes de la votación que estaba convencida de votar a favor el proyecto de contratos público-privados: “Apostamos al país productivo. Respecto al acuerdo con este gobierno decidimos apoyarlo porque la única manera de salir es produciendo. La productividad, la única manera de seguir adelante, el gran empuje es de esta manera. Es lo que creemos, siempre pensando en la gente”.
La ley establece que son contratos de participación público-privada aquellos en que la administración pública encarga a un privado por un período determinado el diseño, la construcción y la operación de infraestructura o alguna de dichas prestaciones, además de la financiación. El artículo 3º señala específicamente que quedan fuera de contratación en aquellos cometidos cuya prestación corresponde al Estado en forma exclusiva como por ejemplo los servicios educativos. También indica que queda fuera la explotación de los monopolios establecidos a favor del Estado. El proyecto contó con el apoyo de la oposición. Sin embargo, durante la sesión, criticó lo que considera un cambio de posición del Frente Amplio, que en otras oportunidades rechazó propuestas promovidas por blancos y colorados. Las barras fueron desalojadas cuando militantes y dirigentes radicales comenzaron a insultar a los diputados frenteamplistas por apoyar el proyecto.