Rurales | 10 Jul La trazabilidad, o mejor dicho la historia de vida del vacuno desde que nace hasta que es faenado en una planta frigorífica, se transformó este año en la gran diferencia para ingresar con carne bovina al mercado de la Unión Europea. De esta manera, Uruguay logra su objetivo de tener todo el stock vacuno trazado y registrado, convirtiéndose en el primer y único país del mundo que lo consigue. A partir de ahora, solo se identificarán los terneros nacidos cada año.
Días atrás, Gabriel Osorio, director del Sistema de Identificación y Registro Animal (SIRA), precisó que tenemos un sistema de trazabilidad que está cubriendo todo el rodeo bovino del país y en la región somos los únicos que lo vamos a tener”.
De todas maneras aclaró que en el caso de Australia, otro país que está bastante adelantado en esta materia, “no todo el ganado está trazado, porque se identifican sólo los movimientos. Por ahora el sistema de Uruguay es único en el mundo”, aseguró el jerarca.
Pero hay más: uniendo los datos de la trazabilidad individual del animal con los generados por las “cajas negras” instaladas en los frigoríficos, se puede trazar cada vacuno desde el bife hacia atrás y esa es otra gran ventaja del país al momento de vender carne, en un mundo donde los consumidores exigen cada día más seguridad.
El director del SIRA remarcó que “a partir de ahora, la idea es que la diferencia que haya entre el ganado identificado y la Declaración Jurada de Dicose, sean aquellos terneros que por tener menos de 6 meses no están identificados”.
Para Osorio, haber cumplido la meta de identificar todo el stock bovino en el plazo previsto por la ley, “es un logro de todos los sectores de la cadena cárnica. Todos pusieron su granito de arena y se repartieron más de 16 millones de caravanas”. También destacó la gran labor de la Dirección de Correos que se vio desbordada de pedidos y pudo cumplir con la entrega. En caso de Uruguay, el viejo continente es el principal nicho comercial para este producto, porque a él se destinan los cortes de mayor valor de la res (lomos, bifes y cuadril) con beneficios arancelarios, en el marco de un cupo anual por 6.300 toneladas.