Deportes | 14 Jul Reina la tranquilidad, más allá de que se viene un desafío complicado. El más difícil si se tiene en cuenta que enfrentará a Argentina, el clásico rival, anfitrión de esta Copa América, y favorito a quedarse con el título.
Uruguay trabajó con normalidad en Casa Amarilla, el reducto de Boca Juniors, luego de que el técnico Oscar Tabárez decidiera quedarse en Buenos Aires tras el choque disputado en La Plata frente a México, en el último partido del Grupo C que le diera a los celestes la clasificación a cuartos de final.
El motivo es que en Buenos Aires no hay clima de Copa, y el plantel puede trabajar con tranquilidad de cara al gran desafío del sábado, cuando a las 19.15 y en Santa Fe se mida ante los albicelestes.
Tabárez reunió a sus jugadores en un sector del terreno de juego y, luego de una charla que terminó con un aplauso cerrado, llegó el momento de entrenar en forma distendida, y entre bromas y felicitaciones ya que Alvaro Pereira fue padre nuevamente en la mañana de ayer, y Sebastián Abreu llegó con uno de sus hijos al entrenamiento.
Fue tiempo de trotes, que incluyeron a Diego Godín y Edinson Cavani, aunque los dos dejaron poco después el campo de juego para retirarse al gimnasio.
Así, el plantel se dividió en dos. Por un lado quienes fueron de la partida ante los aztecas realizaron un trabajo regenerativo, mientras que el resto trabajó con pelota.
Hoy será tiempo de comenzar a planificar el partido ante Argentina, que ya revuela en la cabeza del cuerpo técnico y los jugadores. Del equipo titular no hay novedades, aunque está claro que Tabárez deberá realizar al menos un cambio obligado teniendo en cuenta que Sebastián Coates está suspendido por haber acumulado su segunda tarjeta amarilla. Pero además, el técnico podrá volver a contar con Martín Cáceres, quien cumplió con su fecha de sanción y podrá estar a la orden. Lo que sí parece estar definido es que Mauricio Victorino retornará a la zaga ya que Diego Godín está recuperado de la infección en la garganta que lo tuvo en cama y con fiebre durante varios días, pero está lejos de estar en el mejor nivel. Y Cavani, que evoluciona de su esguince de rodilla, tampoco llegará en las mejores condiciones y tiene un pie afuera del clásico del Río de la Plata. Mañana, a las 16, Uruguay dejará Buenos Aires para volar rumbo a Santa Fe, donde velará armas de cara al choque ante Argentina. El que puede darle una alegría inmensa, o sellarle el pasaje de vuelta a casa.