Paysandú, Sábado 16 de Julio de 2011
Rurales | 10 Jul “Es un momento estratégico para mejorar la competitividad del rubro a través de la intensificación de la producción y la especialización, teniendo en cuenta el sistema de producción, los mercados y el valor país”, señaló el director del Programa Nacional de Carne y Lana del Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria (INIA), ingeniero agrónomo Fabio Montossi.
El profesional sostuvo que los mercados de carne y lana de calidad “son muy promisorios”, entendiendo que está dado el contexto, “ya que existe tecnología, experiencia y conocimiento científico para mejorar la competitividad de la producción ovina”.
Indicó que los números “son muy buenos, el ovino es muy rentable en diferentes escenarios de mercados y sistemas de producción. Se podrá tener un stock estable o en crecimiento, pero lo más importante es tener mayor productividad y eficiencia”, dijo. En el marco de la jornada de Agro en Foco 2011, desarrollada en el INIA Tacuarembó, explicó que si se analiza la evolución del stock ovino en Uruguay desde 2000 a 2007, “hubo una regionalización de la producción ovina”. Se observa que hubo una reducción del mismo en casi todas las regiones del país, pero hubo un crecimiento mayor al 20% en la región norte. En 2004, 40% de los ovinos estaban en el norte y hoy el 53%, y le sigue en importancia la región de cristalino del Este, con un 25% del stock.
En los próximos años habrá que desarrollar sistemas productivos diversificados, intensificados y especializados, que generen lana y carne ovina diferenciadas y de alto valor agregado, que respondan a las demandas crecientes de los mercados.
Dentro de las alternativas de aumento y diferenciación de la producción ovina de Uruguay, Montossi presentó los resultados de las acciones conjuntas que viene realizando INIA con otros actores de las cadenas cárnica y textil-lanera. Unas de las acciones conjuntas, que lleva diez años de trabajo, es el núcleo de Merino fino en la unidad experimental de Glencoe del INIA Tacuarembó, ubicado en el departamento de Paysandú. En las 500 ovejas de la unidad experimental se ha bajado el micronaje de 21 a casi 16 micras, sin perder producción de lana total.
Al mismo tiempo, si se analizan las tendencias genéticas de las 14 a 16 cabañas nacionales que participan en la Evaluación Genética Poblacional de INIA y SUL --que también incluye al núcleo--, se observa la tendencia a disminuir el micronaje sin ir en contra del peso de vellón, ni disminuir el peso corporal, ni la resistencia a parásitos gastrointestinales. Además, tanto dentro de los 37 integrantes del núcleo Merino fino como en el proyecto de Central Lanera (CLU) del Club de Merino fino, hoy en Uruguay ya se están registrando lanas con diámetros por debajo de los 15,6 micras --consideradas dentro de las ultra finas-- con precios excelentes.
En tal sentido, se firmó un nuevo proyecto con capital público y privado volcado hacia la producción de lanas ultrafinas --Consorcio Regional de Innovación en lanas ultra finas del Uruguay-- que tiene por objeto coordinar y complementar capacidades entre productores, industria lanera textil y organizaciones científico/tecnológicas para promover el desarrollo sustentable de la producción, industrialización y comercialización de lanas ultrafinas en Uruguay. Para ello se van a dar 43 cuotas de material genético que van a recibir productores de 10 departamentos (que tienen que pagar por cada producto que reciben). El sistema es abierto para los que quieran hacer uso de las tecnologías generadas por el consorcio.
Dohne
Por otro lado, dado el interés por la raza Merino Dohne en el país y la región, se empezó a generar información en 2003, a partir de la cual hoy se puede concluir que a medida que se incorpora sangre Dohne mejora un 10 a un 15% el peso a la esquila. Además, mejora el área del ojo del bife, disminuye el grado de engrasamiento pre faena y aumenta el peso final de las reses, siendo más magras. Como contraparte, disminuye la producción de lana y el largo de mecha, pero se afina sustancialmente el diámetro de la fibra, aumenta el brillo y disminuye el grado de amarillamiento.
Otras razas
INIA está trabajando también en el desarrollo de biotipos maternales con CLU y sus productores, utilizando ovejas Frisona y Finnish como parte de un programa de desarrollo. Aunque dentro de Corriedale y de las razas carniceras hay lugar para aumentar la productividad (en la medida que se mejora el tamaño del animal), la Frisona es superior en cuanto a los corderos nacidos/oveja encarnerada y la Finnish todavía más.
Diferentes sistemas
A través de diversas gráficas, Montossi mostró los resultados del trabajo de discusión del INIA con el SUL, CLU, Fucrea y la Cámara Mercantil de Productos del País, para poner números al impacto económico de diversos cambios en diferentes sistemas.
En una primera situación se puede observar el impacto en los ingresos, de cambios en la eficiencia reproductiva y finura de la lana en predios ganaderos extensivos, considerando una majada que en 1.000 ha de campo natural con 0,72 UG (Unidades Ganaderas) tiene 60% de destete, variando la finura, según la genética, entre 22, 20 y 18 micras. Los precios considerados son para lana, los de la zafra 2010/11, y para la carne los de junio de 2011. Si se aumenta la eficiencia reproductiva a 70 u 80% de destete, hay saltos en los ingresos, pero no tan importantes y cualitativos como al disminuir el diámetro de fibra, en este sistema que solo vende corderos livianos. Con 80% de destete y lana de 22 micras el ingreso neto es de U$S 80 por hectárea; con la misma eficiencia reproductiva, pero 20 micras, es de U$S 120 por hectárea y con 18 micras, U$S 180 por hectárea. En la lógica de este sistema, la contribución de la lana es la fundamental. Puede observarse que a un mismo nivel destete, el hecho de invernar los corderos provoca un salto cualitativo de casi el doble de ingreso. Con 85% de destete se pasa de U$S 45 por hectárea a U$S 80 al invernar los corderos.
Pequeños productores
En la jornada, también se brindaron los resultados de simulación para pequeños productores, en que se comparan cuatro modelos para 50 a 100 ha con 90% del área mejorada, realizando ciclo completo y vendiendo los corderos con 35 kilos. Se consideró un precio de venta de la lana a U$S 4 por kilo y del cordero a U$S 5,20 por kilo en segunda balanza. Con vientres y carneros Corriedale, y ovejas de 45 kilos, se llega a U$S 380 por hectárea de ingreso familiar, y con ovejas Corriedale de 60 kilos da muy parecido, a pesar del mayor porcentaje de destete por la menor capacidad de carga del sistema. Realizando cruzamiento terminal y con 10 ovejas por hectárea con ovejas de 45 kilos (mayor carga por aceleramiento del crecimiento de los corderos que salen antes del predio y justamente antes del invierno) se obtiene un ingreso familiar de U$S 500 por hectárea. Con los nuevos biotipos prolíficos de ovejas de 55 kilos, cruzamiento terminal con razas carniceras, 155% de destete en las adultas y 78% en las corderas, se genera un ingreso familiar de U$S 841 por hectárea.
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