Paysandú, Domingo 17 de Julio de 2011
Locales | 10 Jul De personas Ilustres y del Patrimonio histórico sanducero
Me alegró muchísimo por la elección de Walter Belvisi y de Idalia Nardini para el reconocimiento como personas destacadas en nuestra ciudad: Idalia por su extensa labor como formadora de los que hoy son los pilares de nuestra sociedad, y Walter, por su enorme labor en beneficio de nuestra ciudad. Para mi criterio, las mejores intendencias del último cuarto del siglo XX. Una persona que sabía trabajar en equipo, que escuchaba y respetaba la opinión de sus asesores y que todo lo hizo pensando en la gente y en embellecer la ciudad.
¿Y por qué lo uno al Patrimonio histórico? Porque parece que, desde hace unas décadas todos los gobiernos departamentales se han dedicado a destruirlo. Belvisi cerró calle Montecaseros para resaltar la majestuosidad de la Basílica. El gobierno siguiente volvió a abrir la calle... Eso fue solo un hecho, pero puedo seguir: la destrucción de la fuente de la Plaza Constitución (contra la opinión de todo el pueblo), la construcción del “Hormiguero” (contra la opinión de todo el pueblo) y ahora ¡la destrucción del Teatro de Verano! Y por no nombrar la destrucción del Hospital Galán y Rocha, o el edificio del Banco Hipotecario, cuya mejor fachada debió estar sobre 18 de Julio y no sobre 33. (Y ni hablar del hermoso Pasaje Laurenzo, primera galería comercial del país, para ser convertida ¡en un galpón! Pero al menos esos no eran sanduceros). ¿Es que no son capaces de construir sin destruir? ¿Ninguna de estas personas que elaboran estos proyectos han visitado Europa y visto como modernizan edificios sin cambiar la estructura histórica de las ciudades antiguas? Yo estuve en el hotel de Florencia, con todas las comodidades del Siglo XX acondicionado en un edificio del 1400, al cual se entraba en un patio por un enorme portón de madera que daba acceso a las antiguas caballerizas; subíamos por una escalera del 1400 y desembocábamos en el Siglo XX; el comedor estaba decorado al estilo Siglo XVIII, y el dueño nos servía el desayuno acompañado de música del Siglo XVIII. Eso es saber cuidar el patrimonio histórico, y eso es cultura. En Roma, frente a la fuente de Trevi, los comercios no tocan la fachada ni ponen carteles: les alcanza con exhibir la mercadería en sus vidrieras. Esto se repite en Venecia, en París, en Madrid, en Segovia, en Ávila... y podría seguir. Aquí en nuestra ciudad hay ejemplos de grandes reformas que conservaron la estructura original: el Shopping, con el frente de Famosa y del Cine Gluksman, la ORT en la casa de Beraldo, el ITP, anexo de la UTU, UCEM, la nueva Emergencia de Comepa, que se modernizó sin cambiar el frente del Sanatorio Modelo... y creo que se me olvidan ejemplos.
“Para muestra basta un botón”. Es de esperar que las próximas generaciones sepan conservar lo poco que va quedando. Una vieja ciudadana de Paysandú
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Teatro de Verano: mucho más
que un exótico árbol guacho
Se han dado a conocer informes del Arq. Nicolás Fuccaro, de la Ing. Soledad Peirén, y de la Ing. Paola Migliónico, los que sirvieron de soporte técnico para los trabajos que comenzaron con el corte de 14 eucaliptos, sin un proyecto en el Teatro de Verano. Se constataron: grietas en muros de piedras del escenario, desprendimientos de revoques de un alero sobre columnas circulares, etcétera. A lo que la Ing. Migliónico agrega que se encontraron “personas en situación de calle viviendo en el interior del teatro”.
Si se visita el sitio, se verá que los vestuarios no tienen puertas y se han convertido en letrinas, basurero y refugio nocturno.
Solucionar este problema, es sí de real urgencia. Sin embargo a 5 meses del informe todo sigue igual. Pequeñas obras que debieron ser un natural comienzo de los anunciados y necesarios trabajos de mantenimiento. Dijimos en nuestra nota publicada el 8 de junio que se había empezado de atrás para adelante, no existe un proyecto de las modificaciones a realizar, que incluya planos, perspectivas o maquetas, y memoria descriptiva. Lo expresó con total sinceridad el intendente cuando, asumiendo el error cometido, expresó: “...la obra se encuentra prevista en el presupuesto, pero eso no habilita a comenzar los trabajos sin los debidos estudios, sin el proyecto respectivo, sin un organigrama de ejecución”. La Ing. Migliónico, quien aconsejó el talado, no presenta fundamentos válidos para intervenir en una obra de tanto valor paisajístico, urbanístico y arquitectónico. Según imágenes que muestra, dice que el árbol del escenario no estaba en el momento de la construcción. No podía estar, pues en toda obra, finalizados los trabajos de albañilería, se procede a la limpieza y recién se incorporan los elementos vegetales, árboles, césped, plantas florales. Agrega que pudo haber nacido guacho. Para que ocurra, el suelo no puede estar compactado como es el escenario. Ni es posible hallarlos espontáneos naciendo a más de 20 a 30 metros de distancia de los padres. Aquí, los más próximos están a unos 100 metros.
Si no formaba parte del proyecto original, ¿cómo fue que el Arq. Garrasino, que ocupó la Dirección de Urbanismo hasta el cargo de intendente, toleró durante más de 30 años de su vida que este atrevido árbol guacho se le colara en su obra? En el mismo lugar que, siendo sus alumnos, nos llevaba --con tablero y lápiz--, para enseñarnos a croquizar del natural.
Resulta muy claro en la foto aérea que aparece en el Álbum del Bicentenario, a 11 años de inaugurado el Teatro (1945), que es un árbol de porte similar a los del fondo (todos plantados en el mismo momento), y que en la composición juega su rol desde el punto de vista espacial, como un elemento vertical en el centro del semicírculo de la planta y también acompañando la ondulación del muro de piedra. Era parte de la concepción estética del escenario y del conjunto, que incluye también 8 columnas circulares, unidas en su parte superior por una viga ondulada, como jerarquizando el acceso de los artistas. Se dice: “un árbol no tiene justificación técnica para estar en un escenario por el motivo acústico”. ¡¿Quién pudo argumentarlo desde ese punto de vista?! Comprendemos a la ingeniera, al no valorar en su informe ninguno de los rasgos de la composición arquitectónica, pues por algo existen dos Facultades, Arquitectura e Ingeniería, que forman profesionales con muy diferentes objetivos. Hay que tenerlo muy en cuenta a la hora de asesorar. El muro del escenario no tenía ningún riesgo de derrumbe y es una belleza en sí mismo por la diversidad de piedras, en color y formas, que se dispusieron con gran calidad de ejecución. Se pudieron tratar las raíces, y como propone el Arq. Fuccaro, corregir las grietas con llaves de hormigón. Se optó por cortar el árbol. El remedio fue peor que la enfermedad. Le tiraron encima el pesado tronco, lo aplastaron, rompieron, y quedó con una gran fisura, fruto del brutal golpe. ¡Si sería noble que no lo derrumbaron! ¿Quién se hace responsable de tanta impericia? Lo cual es demostrativo de la escasa sensibilidad para el manejo del espacio público y de sus elementos constitutivos. En cuanto a los del fondo, había secos, pero la mayoría gozaban de buena salud actuando esos sí como caja acústica y verdaderos parasoles en el verano. Se cortaron para ampliar a 1.000 espectadores más e incluir otros servicios, para lo cual habrá que construir un talud hacia el río, y cortar tipas, algarrobo, jacarandá, etcétera. ¿Existirán los recursos para esta cuantiosa obra, cuando se anuncia la ejecución de tantas otras en 4 años?
Si el intendente se expidiera positivamente, esta intervención a nuestro criterio exigiría llamar a un concurso entre arquitectos y artistas plásticos, lo cual garantizaría una obra de real valor, tan digna como fue la hoy mutilada obra del Arq. Garrasino.
El descuido del patrimonio cultural, natural, construido o intangible, es un síntoma de una sociedad que se empobrece aceleradamente. Arq. Rubens Stagno
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El 24 de junio usando de mi tiempo en la “media hora previa” de la Junta Departamental, expuse advirtiendo sobre problemas de gestión en el refugio “La Heroica” que funciona en nuestra ciudad, mediante convenio de cooperación entre el Ministerio de Desarrollo Social (Mides) y la Intendencia de Paysandú, dentro del Programa “Atención a los sin techo”. Eso parece que despertó el descontento de las cúspides locales y capitalinas del ministerio, que el 1º de julio salieron a contestarme, echándole la culpa a la Intendencia de los problemas que puse en evidencia. Me guiaba el interés de que se subsanen esos problemas para que el refugio y su meritorio personal, pueda seguir asistiendo eficientemente las urgencias de “las situaciones de calle”. Que es lo verdaderamente importante y por lo que me preocupé.
La realidad es que hasta mediados del año pasado el refugio del Mides era gestionado por una ONG y funcionaba solo en turno nocturno. Los usuarios ingresaban a la caída del sol y se les daba baño, cena y cama. Y a la mañana siguiente debían abandonarlo. En el 2010 el Mides hizo un llamado a interesados para sustituir a esa ONG. Como resultado del llamado seleccionó otra ONG (de Salto) que luego no pudo desempeñar el servicio por incompatibilidades detectadas por el Tribunal de Cuentas de la República. Así fue que por culpa del Mides que había hecho una mala selección, no pudo contar con el gestor que él había elegido. Pero como estaba sobre el filo del vencimiento del contrato de la ONG que venía gestionando el refugio nocturno, “optó como solución rápida solicitar a la Intendencia que se hiciera cargo de la gestión administrativa transfiriéndole el dinero que permite su funcionamiento” según dice la crónica de este diario del 1º de julio.
Y así fue que este nuevo gobierno departamental firmó con el Mides del nuevo gobierno nacional, el 8 de octubre de 2010 –con vigencia al 1º de setiembre- un convenio de cooperación para la gestión de un centro que atendiera situaciones críticas emergentes Las 24 horas de los 365 días del año, ampliando así al triple el horario de servicio y atención del refugio. Allí se convino que el Mides se comprometía a transferir a la Intendencia $1.800.000 destinados a la cobertura de salarios del personal afectado a la prestación del servicio, los que se harían llegar en partidas iguales trimestrales, sujetas a rendición, debiéndose abonar la primera en oportunidad de la firma del convenio. También aportaba el equipamiento (electrodomésticos, camas, colchones, frazadas etcétera) e insumos (artículos de limpieza del local e higiene personal, etcétera). Y la Intendencia se comprometió a proveer: el alquiler del local adecuado, el pago del suministro de servicios de UTE, OSE, supergas, mantenimiento edilicio, proveer el equipo técnico y además distribuir los alimentos aportados por el convenio Mides-INDA y complementarlos a los efectos de asegurar una correcta nutrición a los usuarios especialmente con carne y verdura fresca. Después cláusulas de rigor referentes a incumplimiento, mora automática y fijar el plazo y vigencia: un año a partir del 1º de setiembre de 2010, renovándose automáticamente por plazos similares etcétera, etcétera.
Lo que pasó después: el convenio tiene vigencia desde el 1º/09/2010 y se firmó el 08/10/10. Ese día según convenio se debió pagar la primera partida trimestral de $450.000 por los 3 meses del 1º de setiembre al 1º de diciembre. Pero se pagó el 21 de octubre (a los 13 días). Consecuencia los sueldos de setiembre los pagó la Intendencia y luego reembolsó. La primera rendición de cuentas por esos $450.000 que envió la Intendencia en marzo (atrasada) tuvo observaciones del Mides las que se aceptaron como levantadas el 5 de mayo. Pero aún así, la segunda partida por $467.310 (sueldos reajustados) vino recién entre el 21 de junio ($450.000) y el 23 de junio ($17.310) ¡a los 49 días de la rendición que tan estrictamente exigía el Mides!
El 15 de mayo la Intendencia, aunque todavía no había recibido la segunda partida, que terminó de venir el 23 de junio, envió la segunda rendición de gastos por el segundo trimestre y dicen de Montevideo: “se procedió a revisar dicha rendición y habiéndose detectado diferencias se procedió a solicitar el envío nuevamente de la misma o aclaraciones correspondientes de por qué dichas diferencias”. Y dijeron que cuando se las devuelvan corregidas pagarán la tercera partida.
Mientras la contaduría del Mides sigue encontrando “diferencias”, la Intendencia con sus recursos pagó a los funcionarios del Mides los sueldos de enero, febrero, marzo, abril y mayo. Y seguirá pagando. Por sensibilidad y conciencia de que el refugio no puede cerrar justo ahora que vivimos temperaturas bajo cero. Máxime cuando ya hay cinco muertos de frío en el resto del país.
Lo realmente preocupante es que el próximo 1º de setiembre se vence el año de convenio. Escribo esto el 5 de julio, estando a 56 días del fin del primer año del convenio. Y el Mides pagó el 21 de octubre de 2010 y el 23 de junio de 2011. En diez meses pagó dos partidas separadas en el tiempo en ocho meses. ¡Qué fácil disponen el destino de los “sin techo” desde las oficinas calefaccionadas de Montevideo! En el fondo la tecnocracia del frente capitalino sabe que Paysandú, aunque tenga que hacer una colecta pública, no va a dejar de asistir las “emergencias de calle”. Son diferentes idiosincrasias por las que vivimos distinto. Por suerte y gracias a Dios. Edil Ing. Agrim. Ramón Appratto Lorenzo
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