Paysandú, Miércoles 20 de Julio de 2011
Locales | 17 Jul Entramos en el 7º año de gobierno del Frente Amplio.
Volvemos de a poco a la década del 60.
El 1º de mayo como en aquella época muros enchastrados con consignas del pasado que evocan la lucha de clases nuevamente, los sindicatos con demandas excesivas y desbordes vandálicos de los seguidores de Plenario Memoria y Justicia.
Insisten en derogar la ley de Caducidad. ¿Será hasta que el resultado les sea favorable? Cuidándose muy bien de no hablar ni tocar la ley de amnistía con sus privilegios, al amparo de la cual quedan un sinnúmero de homicidios, delitos y robos de mucho dinero sin aclarar.
En este mundo globalizado los EE.UU. le venden su déficit al mundo.
Nuestro gobierno, en vez de intentar atemperar sus consecuencias, las aumenta, respondiendo con aumento de circulante, de la inflación, de la tasa de interés para esterilizar el aumento de circulante y el consecuente aumento de caída del tipo de cambio real. El crecimiento continuo de estos años, hace cubrir con un velo de complacencia gran parte de los “desaguisados” que comete el FA, como el asistencialismo sin contrapartida y el reparto “solidario” de la totalidad del aumento de la recaudación dado el nulo “espacio fiscal genuino” y la falta de políticas contracíclicas.
Estas medidas hacen que más temprano que tarde el boomerang cambie de rumbo en su elipse con las consecuencias más duras para la población de ingresos fijos. Una parte, aferrada hoy a esta bonanza que no será eterna; artículos importados muy accesibles y sobre endeudada, que al no tener sustento de aumento de productividad generalizado, competitividad externa e interna, se le volverá insoportable mantener sus ingresos.
Con el agravante de que un gran porcentaje de ésta, es rígidamente dependiente del “estado benefactor”, con sus impuestos exorbitantes por sus precarios servicios deficitarios, cada vez más desalineados de la región y el mundo.
Solo sostenidos por el “confiable” Brasil mientras sus números todavía cierren.
La verdad económica se impone sobre el voluntarismo solidario, por no decir demagógico.
Medidas, propuestas y anuncios sin estudio previo ni cumplimiento de objetivos.
Nula en resultados, pero importante en términos de presupuesto, la reforma educativa. Ancap tratando de negociar con su “solidario amigo” Chávez, el pago de la abultada deuda que se acrecienta en cada embarque de “bleque” venezolano, cuyos derivados ya muchos vehículos no pueden usar.
La demora en implementar la ley de asociación privada pública que aumentaría la pobre e imprescindible inversión en comunicaciones, transporte, logística, energía, tan denostada por esta misma izquierda en los 90. como denostado fue la suspensión de cultivo de remolacha en Paysandú, por el costo que implicaba y que hoy importando crudo desde más de 2000 kilómetros, Azucarlito compite eficientemente con ALUR, esta última produciendo azúcar de caña subsidiada por todos. Hoy vemos que a pesar de la “política progresista” asistimos a serios problemas de viabilidad en Paylana y Paycueros; Metzen y Sena, Alpargatas, la industria frigorífica, los productores citrícolas, la producción de auto partes, etcétera, todas industrias que agregan valor a la materia prima. ¿Asistiremos a un proceso de desindustrialización?
La defensa de emprendimientos como Aratirí de gran impacto ambiental amañados --¡o sorpresa!--, por ex jerarcas de estos gobiernos de izquierda. ¡Qué diferencia con la encarnizada oposición a la forestación con sus industrias y su posterior defensa a ultranza!
Propuesta de privatización de la dunas de Cabo Polonio, para que “lagarteen los pudientes”, un Área Protegida y Reserva Ecológica.
La idea de mayores impuestos al agro, sin mayor análisis de cómo y cuánto, ni consenso en su propio partido.
Sus sucesivos ministros del Interior que en la búsqueda de las causas de aumento del delito, pasan de la liberación de presos por la raíz económica del delito, la manipulación de información de la prensa opositora, la “sensación térmica”, la sociedad de consumo donde todos “deben” tener las mismas cosas, a los operativos de saturación, en los desgraciados ghettos de la delincuencia y la droga en que se han convertido zonas de algunos barrios.
¿Qué hubiera pasado si no se hubiera iniciado la recolección de firmas para mantener los antecedentes, la creación de un instituto de reclusión y rehabilitación y la baja de la edad de imputabilidad de menores infractores? ¿Se estarían modificando las leyes respectivas?
¿Se seguirá protegiendo a los culpables y desprotegiendo a los inocentes? Si en la actualidad sufrimos por la delincuencia, ¿qué pasará en un contexto económico desfavorable?
Fiscales y jueces que no acatan decisiones de la Suprema Corte sobre hechos acaecidos durante la dictadura o sobre sus limitaciones de expresión ciudadana.
Con un presidente que por sus impulsivas y no debidamente estudiadas propuestas, es cuestionado peligrosamente por su propio partido. O que, como en el caso del famoso video “golpista”, no solo no comparte con nadie, sino que políticamente se ampara en su cargo y su esposa la senadora Topolansky, dice “preferí” no saber nada.
El mismo que estuvo, después no estuvo y después volvió a estar, del lado de la anulación de la ley de Caducidad, de Aratirí y otras minucias. El mismo que cada vez informa menos a los ministros de las carteras involucradas: Defensa, Interior, Relaciones Exteriores, Economía, Agricultura y Pesca, Medio Ambiente, Transporte, que después tienen que salir a explicar lo que dijo o quiso decir.
¿Qué diría la “sesuda e ‘impoluta’” izquierda de estos y otros temas actuales, si hubieran sido ideados y desarrollados por los “neoliberales”, entre otras incongruencias de estos alquimistas de la retórica solidaria?
Parte de las nuevas generaciones adormecidas por el aumento de su capacidad de compra, mal informadas y prescindentes, optan por los que les viene cómodamente digerido y no les implica mayor esfuerzo.
Nuestro presidente rehén de los compromisos con buena parte de sus seguidores sigue sin atinar a desactivar la bomba del pasado y de una vez por todas, planificar y mirar hacia el futuro. CI 2.837.857-0
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A los usuarios de Comepa
Cuento una historia verídica, la mía, por la cual todavía estoy sufriendo.
El 28 de mayo del 2009 tuve un accidente de tránsito, el cual aún está sin resolver. Esto derivó a que me condujeran al servicio de emergencia de la citada mutualista. Allí, me cocieron los cortes que había sufrido y me derivaron al sanatorio modelo donde me hicieron una placa y una tomografía. Me operaron del hombro, colocaron en esta intervención un tornillo y me derivaron a sala común, contando con otras fracturas.
Esto sucedió el mismo 28 de mayo, y en los cuatro días que estuve ahí no fue a verme ningún médico; fue un fin de semana.
Mi señora, al ver como estaba, comenzó a insistir, pues no me veía bien y le contestaban que eran los síntomas por la abstinencia al cigarro. En ese momento concurrió un médico amigo a visitarme y le dijo a mi señora que él tampoco me veía bien, que lo dejara ver qué podía hacer, y lo que pudo conseguir fue que me otorgaran una noche más de internación, incluso teniendo el alta ya firmada por otros médicos sin haberme visto ni haberme realizado ningún otro estudio sabiendo que la mayoría de las veces los síntomas se manifiestan a las 48 horas después.
Esa noche, internado, de casualidad, gracias a la intervención del médico amigo --que es traumatólogo--, hice un paro cardiorrespiratorio. Si hubiese estado en mi casa, como lo habían dispuesto, no estaría contando esta penuria; tenía además en el bazo todo un hematoma, el abdomen lleno de sangre, costillas rotas y los pulmones muy mal. Obviamente no lo habían notado, pues desde que me habían ingresado en sala no me habían realizado ni siquiera un examen físico, ecografía o algo más sencillo todavía, simple examen de sangre (un pinchazo en el dedo) donde se contabilizan los glóbulos blancos y rojos.
Con cualquiera de estas cosas se determinaba lo que me estaba pasando, que no era abstinencia al cigarro sino lo ya narrado.
“Muchas” de estas fallas son por culpa de la institución, puesto que los médicos son empleados de la misma, tienen que cumplir con los reglamentos de la mutualista.
Debo destacar, que dentro del equipo de médicos, hay también los que trabajan con tesón y preocupación por sus pacientes y no solo los que lo hacen por dinero y formar parte de una clase social de nuestra ciudad: “Doctores” (unos pocos).
No creo que sean más que valiosos, como personas, que un plomero, un diariero, un bancario, etcétera; las diferencias están en el saber de cada uno y lo que valen como persona y aprecian al prójimo.
Dentro de estas buenas personas y profesionales, deseo agradecer la dedicación de los doctores otorrinos Gloria Messone, María Puche, Francisco Pesenti, y su enfermera Cecilia Pintos, la doctora Gianela Pita y a todo el grupo del CTI , además del grupo de enfermeros y funcionarios del sanatorio.
Para terminar, quiero agregar que llevo desde esa fecha atendiéndome, cuatro microcirugías, dos cirugías y 26 internaciones. No pueden imaginarse las cosas que vi y escuché ahí, muchas de ellas aberrantes e imposibles de creer, solo hay que vivirlas.
--Sr/a usuario, por favor, no se queje más en los pasillos, en la sala de espera, o con su vecino. Utilice los medios que hay para estas situaciones, como lo son la Oficina del Usuario de Comepa ubicada en la misma institución antes de llegar a la farmacia, la Oficina Técnica que está ubicada en el primer piso de la misma, Aduss en Zorrilla de San Martín 738 bis, en la Dirección Departamental del MSP que está en Ituzaingó 1082, por Internet en www.msp.gub.uy y también, ¿por qué no? a nuestro Intendente como representante de la ciudad y las cosas que aquí vivimos.
Pienso que si todos ponemos nuestro granito de arena, algo podemos lograr, y hacerles sentir que estamos luchando por nuestra salud y bienestar, por lo cual, además, debemos pagar todos los meses y todo los que nos hagamos.
Apoyándonos nos sentiremos más fuertes y capaces de obtener nuevos logros, en paz de sentirnos atendidos y que le preocupamos a alguien que tiene los medios y conocimientos para ayudarnos. Federico Beceiro
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