Opinion | 20 Jul En varias localidades del interior del departamento quedó claro en la reciente gira “Pueblo a Pueblo”, que realizó el intendente Bertil Bentos, que uno de los problemas principales es la disposición final de los residuos de esas comunidades, que aunque pequeñas, igualmente acarrean peligros para la salud y el bienestar, en lugares donde --para colmo-- la atención en salud, incluso la primaria, es deficiente.
Sin dudas que el problema mayor en este tema está en la propia ciudad de Paysandú, que desecha cada día 45 toneladas de basura, en la medida que el Vertedero Municipal, otrora ejemplo de buena gestión, que ostentaba una valoración ISO, ahora está en malas condiciones ambientales y necesita una solución de fondo.
Sin embargo, y este es el aspecto interesante de un problema que se extiende por buena parte del departamento, es que la solución puede ser única. La gestión de residuos domiciliarios, actualmente, es una fuente de recursos antes que un gasto crónico como otrora.
El Congreso de Intendentes, entre tantos otros proyectos, estudia la posibilidad de regionalizar la administración de residuos domiciliarios, instalando, tras los correspondientes acuerdos entre las Intendencias de una misma zona, mega vertederos, capaces de recibir entre 100 y 150 toneladas diarias, para poder de esa manera financiar sin problemas un emprendimiento, por ejemplo la producción de energía eléctrica y la recuperación de plásticos, que perfectamente pueden coexistir.
Seguramente, la Intendencia de Paysandú, como otras, está esperando que se llegue a una “solución final” en el Congreso, para poder tomar una decisión al respecto, siguiendo el camino que se defina en el cuerpo que reúne a todas los ejecutivos de los gobiernos departamentales.
No obstante, conviene preguntarse hasta cuándo los vecinos pueden esperar, hasta cuándo una definición en el tema puede alargarse, porque se está poniendo en riesgo la situación sanitaria de cientos, quizás miles de sanduceros, especialmente aquellos que viven cerca de los vertederos, lo que ocurre especialmente en el interior del departamento. Paysandú debería hacer uso de su autonomía, especialmente porque en el propio Departamento de Servicios hay una veintena de propuestas productivas que lejos de significar costos traerían recaudación. Asimismo, hay una muy buena relación con los departamentos vecinos, especialmente Salto y Tacuarembó. Qué mejor entonces. Hay región, hay entendimiento entre gobernantes, y hay suficientes residuos domiciliarios. Falta entonces actuar hoy, en defensa del medio ambiente, de la salud de los habitantes y de los recursos de estos departamentos.