Locales | 21 Jul La crisis en el sector citrícola, ante los problemas en los mercados internacionales, no es solo un problema de la región Litoral de nuestro país, donde están implantados los grandes montes y empresas citrícolas uruguayas, sino de toda la región, como es el caso del litoral argentino, donde la falta de colocación de la producción ha determinado el envío al seguro de paro de casi mil trabajadores del sector.
De esta situación da cuenta El Entre Ríos, que indica que la medida obedece a que las empresas aducen “razones de fuerza mayor” ante la imposibilidad de asumir los costos internos con los actuales precios internacionales, por lo que suspenden por treinta días corridos toda actividad laboral de cosecha y empaque.
Nobel S.A., Fama S.A y Citrícola Chajarí S.A., enviaron a sus empleados un telegrama que expresa: “comunicamos a usted que por razones de fuerza mayor no imputable a la empresa, imposibilidad de asumir los costos internos con los actuales precios internacionales, suspendemos por 30 días corridos a partir del próximo lunes 18 de julio toda actividad laboral de cosecha y empaque”.
La suspensión ya había sido confirmada por Carlos Sotelo, del Sindicato de la Fruta en Chajarí, quien señaló su preocupación por una decisión que entiende dejará en una situación muy frágil a más de 800 trabajadores, sólo de la parte de empaques, ya que si se tiene en cuenta el personal de cosecha, la cifra de los obreros que trabajan en el citrus se duplica.
Empresarios a la vez habían indicado que “con mucho esfuerzo pagamos el aguinaldo y todos los aumentos que fueron importantes, pero no se puede trabajar más así”, en tanto Mariano Caprarulo, director ejecutivo de la Cámara de Exportadores de Citrus, al anunciar la suspensión que se efectiviza desde el lunes 18, subrayó las dificultades que padece el sector, que imposibilitan la colocación de la fruta en los mercados internacionales por falta de competitividad.
En Paysandú
Como adelantara en su momento EL TELEGRAFO, la producción citrícola de nuestro país, que comprende fundamentalmente los establecimientos de Paysandú y Salto, atraviesa serias dificultades de competitividad, desde que se conjugan problemas como la relación cambiaria --es decir una moneda apreciada en relación con el dólar-- bajos precios en los mercados, sobre todo porque no se ha abierto el de Estados Unidos, y altos costos internos, a partir de la suba de salarios en dólares y encarecimiento de insumos como la energía.
Si bien a través del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca, el Poder Ejecutivo anunció que se analizarían eventuales medidas de apoyo, éstas todavía no han sido determinadas, por lo que la situación se mantiene incambiada para este sector.