Paysandú, Jueves 28 de Julio de 2011

SOLICITADAS

Locales | 24 Jul El calvario de mi padre
El 9 de junio mi padre tuvo la mala suerte de caerse, tenía 72 años.
Ese mismo día se llamó a una emergencia móvil para saber si tenía alguna lesión, ellos lo auscultaron y dijeron que no. Coordinaba bien, todo era normal, pero no lo llevaron a hacerle una tomografía por el golpe en la cabeza.
El 10 de junio se llamó nuevamente a la emergencia y se les pidió que por favor fuera trasladado a urgencia. La respuesta que tuvimos fue que no, porque por el hecho de que a nosotros se nos ocurriera pedir una tomografía no se la iban a hacer. ¡Gracias a Dios tuvimos suerte! Finalmente le hicieron la tomografía la cual mostraba el traumatismo y más nada.
Mi padre tenía alucinaciones, entonces el día 11 llamamos al domicilio del doctor que lo atiende y nos respondió si la consulta sería particular, dándole como respuesta que si. Este doctor concurrió y le indicó tomar una medicación para que se le pasaran las alucinaciones y fue efectivo. El 13 llevé mi padre a su consultorio y luego de atender a sus pacientes, le formulé una pregunta: ¿qué debía hacer?, porque él estaba en un sueño permanente. Entonces le indicó más medicación. Pero ni siquiera se acercó a hablarle, ni a controlarlo. Le agradecí y nos retiramos. El 14 en la tardecita mi papá no tragaba, ni lo podíamos despertar. Nuevamente llamamos a la emergencia móvil y el diagnóstico fue: “este señor está en coma, tiene 5/4 de presión, tenemos que trasladarlo”.
Le pusieron oxígeno y nos fuimos. Llegamos al Monumento más importante de la ciudad de Paysandú, Comepa, nos atendieron y me dijeron que la situación era complicada. Un médico decía que no valía la pena entubarlo, otro decía que sí hasta que decidieron pasarlo al CTI. En el CTI justo era la hora de visita y no entiendo cómo pueden dejar pasar a las personas al “intermedio” desde donde los visitantes veían todo lo que le hacían a mi padre. Vino una persona y me dijo: “a su padre lo están operando ahí”. Yo entré a ver y aquello era una carnicería. Le habían cortado en la ingle del lado derecho e izquierdo, el piso lleno de sangre. Luego de un rato me llamaron para darme el parte médico. Un doctor que hace 22 años está trabajando en el medio, me dijo que no le interrumpiera con preguntas porque no podíamos estar hasta las 3 de la mañana hablando. Claro, la hora de ellos es sagrada. Entonces me dijo por arriba --porque no valía la pena explicar todo lo que le habían hecho--, que él estaba en coma, que se necesitaba una tomografía pero que en las condiciones en que estaba no llegaría al Trébol. Porque para variar, el tomógrafo estaba roto y no se sabía por cuánto tiempo. Entonces me pregunto: si no llegaba al Trébol, ¿por qué el familiar no puede decidir qué hacer, si judiarlo por si reacciona o dejarlo ir? Porque entonces ¿uno entrega un familiar y ellos son dueños de él, y no uno? ¿Hay que resignarse a que ellos hagan lo que quieran? ¿Que lo agarren de conejo de india? ¿Por qué no había un diagnóstico?
¿Entonces para qué se está pagando?
Pasaron los días y como el tomógrafo ni miras de arreglarse, decidieron llevarlo a Mercedes, con una tormenta eléctrica y una lluvia que no se veía nada. Me pareció una falta de responsabilidad, porque si a la ambulancia le hubiera pasado algo, ¿quién se haría responsable? Habían esperado un tiempo, así que daba para esperar un día más a que arreglaran el tomógrafo.
El día ... cuando llegó la hora de visita pasé a verlo y un doctor --que también ha hecho mucho por el CTI y hace años que trabaja--, dice: “yo por este gaucho mucho no me voy a preocupar y menos con el apellido que tiene”. El gaucho a quien hacía alusión el doctor, era mi padre y según él le faltaban algunos datos del paciente. Yo me dirigí a este educado y cordial doctor y le dije que yo era la hija, que le podía proporcionar los datos. La respuesta que tuve fue: “Usted encárguese de la hora de visita que yo me encargo de los datos”. Me pareció una falta de respeto pero es el Sr. Doctor el que da las órdenes. Cuando finalizó el horario de visita se me acercó una enfermera a pedirme los datos que parece este doctor no los pudo conseguir.
Cada vez que entraba a verlo eran más pinchazos que tenía por todos lados, moretones, pinchazos en los pies, en las manos, tenía una descubierta en el cuello con miles de caños y también en el brazo derecho tenía circuitos. Pero ni siquiera se tomaban el trabajo de sacarle la cinta y el algodón de donde le habían sacado sangre. Le sacaron la mitad de las cejas, se ve que se las arrancaron con alguna cinta. Tenía cascarones en la cara que serían de la máscara. Yo iba, lo perfumaba, le daba cariño. Lo acariciaba y le hablaba. Lo estimulaba. Le sacaba fotos.
Luego se agarro el virus sanatorial, que supuestamente estaba alojado en la sangre.
El sábado 25 de junio lo pasaron a una sala común. “Él iba a estar acompañado por un familiar, entonces se iba a sentir mejor”. Cada día que pasaba era venirse para atrás. Pero para los médicos no, porque para ellos eran 5 minutos la recorrida y nada más. Desde el lunes 27 de junio él no durmió más ni de noche, ni de día. Hasta el día en que Dios quiso que se fuera. El lunes 27 vino un enfermero a entregarme la aspirina que tenía que tomar a la hora 11. Yo le dije que él no puede tomar aspirina porque hace 3 años fue operado de una úlcera gastroduodenal y que se iría en sangre. El muchacho regresó y me dijo que en el CTI todos los días le daban una aspirina. Se ve que no tuvieron tiempo de leer la historia clínica en el CTI.
El miércoles de noche tuvo seis convulsiones, pero como todo ha cambiado son chuchos de fiebre. El jueves de noche tuvo 15 y se le torció la cara y el brazo derecho, se quejaba de dolor en la pierna y parecía que le iba a dar otra una hemiplejia. Trajeron agua en una palangana con hielo, con eso comenzamos a bajarle la temperatura. En la madrugada comenzó a pasar lo que yo ya sabía que ocurriría, no por bruja sino por haber estado este tiempo con mi padre y haber aprendido algo. Comenzó a movilizar los intestinos con sangre. ¿Por qué?
Solamente por no haber leído la historia clínica, que indicaba que no podía tomar aspirina. Así fue como empezó el lento final, con 5 deposiciones de sangre. Mi padre ya no tenía fuerzas para nada porque lo pinchaban y ya ni se quejaba.
Yo sé que puede que a nadie le interese esta historia, pero solo la cuento para que no se vuelva a repetir y que cuando tengan a alguien enfermo que “luchen porque ese enfermo, no es uno más del montón. Es su enfermo”. 
“Alerta roja”, si sos pobre. Porque quien tiene dinero, tienen otra atención que no la tenemos nosotros los pobres. Se los digo porque el doctor que hace 22 años trabaja en el CTI para mí, no tenía tiempo hasta las 3 de la mañana para hablar conmigo, pero con los familiares de otro paciente que estaba internado tenía todo el tiempo del mundo, y yo lo escuché decirles de que si les había entreverado alguna información sobre lo que le iban a hacer, él se lo explicaría todo de nuevo para que lo entendiera. ¿Dónde está la diferencia? Ese señor --que no tiene la culpa de nada, ni sus familiares tampoco, ni tampoco tengo nada en contra de ellos--, les explicó todo con lujo de detalles. Era de otra clase social. Lamentablemente “cuánto tienes cuanto vales”.
Disculpen si los aburrí. Pero fue el calvario que mi padre pasó para llegar al cielo el 2 de julio 2011.
Papá, te extraño mucho. Fuiste una muy buena persona. Te extraño mucho. Un beso de tu hija. Rosario Nerón Fernández


Mujica hace la “refugisación” forzosa de los pobres y la
impone con el Ejército
y la Policía
No es noticia para nadie que el INAU y el Mides desarrollan sus actividades dentro de un submundo conflictivo y caótico. Entre sus tareas está la de hacer funcionar los Refugios. Pero parece que no les sale del todo bien. Tanto es así que el Presidente, enojado porque hay pobres que duermen en las calles de Montevideo y se mueren de frío, ordenó a su partido que el Parlamento le hiciera una ley obligando a meter esa gente en los refugios, ¡por las buenas o… por las malas! Que no se vean. Que nadie pueda decir que en el auge económico de “su gobierno progresista” hay gente que muere de frío por tener que dormir en la calle. Hubo orden de tapar esa realidad. Puso al mando del operativo al Servicio Nacional de Emergencia con colaboración del INAU, el Mides, el MSP, ASSE e Interior. Decididos a cumplir a rajatablas, alrededor del miércoles 6 y jueves 7 del corriente se pudo ver en la televisión a los camiones y soldados del Ejercito junto con la policía, puestos en la tarea de apoyar la recolección de indigentes “en situación de calle” para depositarlos en los refugios. El subsecretario del MSP, viendo el corte castrense que tomaba la cosa, salió al paso diciendo que también había ambulancias con equipos de personal idóneo tratando de lograr los mismos propósitos.
Esa “ira del Olimpo”, hizo que Senadores y Diputados aprobaran el 06/07/2011, la Ley que imponía esas “internaciones” a buenas o malas. Y al jueves 7 ya llevaban 185 personas metidas en los refugios por el Servicios Nacional de Emergencia a cargo del Presidente.
Todo el Frente Amplio volvió a mostrar su ignorancia, improvisación e ineficiencia. Porque los objetivos que dice perseguir el Presidente con esa Ley sacada “a los ponchazos”, ya son de cargo del Estado como indica el Artículo 44 de la Constitución cuando dice: “Todos los habitantes tienen el deber de cuidar de su salud, así como el de asistirse en caso de enfermedad. El Estado proporcionará gratuitamente los medios de prevención y de asistencia tan sólo a los indigentes o carentes de recursos suficientes”. Si tuvieran el nivel que normalmente se espera de un gobierno, podían haber solucionado el problema en forma menos compulsiva y beligerante.
Justo en esos días se desarrollaron los “megaoperativos” en Montevideo con enfrentamientos de policías y vecinos, donde actuó la policía montada “armada a guerra”. Eso y los camiones del Ejercito mostrados para la “refugisación”, hicieron que mucha gente recordara las razzias del gobierno militar. El Frente Amplio se cansó de criticar al ministro Gianola cuando en 1993 reprimió a los frenteamplistas en el Hospital Filtro, quienes con la presencia de Seregni y Vázquez, organizaron una asonada para obligar al Presidente Lacalle a que no cumpliera el mandato de la Suprema Corte de Justicia, que le ordenaba la extradición de cuatro criminales de la ETA requeridos por España. El mayor cambio del Frente Amplio es el de sus opiniones. Antes estaban contra Gianola y Lacalle porque usaron las fuerzas armadas para echar los criminales de ETA que los frentistas defendían. Y ahora usan las mismas fuerzas, pero, para conducir compulsivamente hacia los refugios a los pobres “sin techo”. Para rematar este drama con toques de sainete, la ex ministra del interior Tourné, salió a criticar los operativos de saturación en barrios conflictivos que hace la policía de Bonomi. ¡Justo Tourné, que si Bonomi no da en la tecla, ella no encuentra ni el piano! Es doloroso ver tanta decadencia frente a las necesidades agudas de los indigentes y los problemas de inseguridad grave que se vive en barrios periféricos, donde hay gente honesta cuyos escasos recursos le impiden mudarse y solo pueden esperar de la capacidad del Estado para que los defiendan aplicando el orden con inteligencia dentro de la ley. Ing. Ramón Appratto


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