Opinion | 29 Jul En reunión de las últimas horas con directores de empresas del Estado, el presidente José Mujica planteó su profundo malestar por el tratamiento que realizan medios de comunicación –sobre todo televisivos-- con las noticias policiales, y hasta transmitió la idea de reducir la publicidad oficial en los medios durante un mes como una forma de presionarlos para que se amolden a dar un tratamiento más moderado a este tipo de noticias, según da cuenta el matutino El Observador.
Para el gobierno la información policial que dan estos medios está distorsionada y se transmite a la población un escenario que para el presidente no responde a la realidad que viven todos los días los ciudadanos, por lo que presentó a los titulares de las empresas públicas la idea de utilizar la publicidad oficial como vehículo para “llamar a la realidad” a los órganos de comunicación que considera en falta.
Los integrantes de los directorios de las empresas por lo general tuvieron una visión distinta a la del mandatario, con argumentos más o menos coincidentes respecto a que por la estrategia publicitaria de mediano plazo perderían treinta días en la continuidad que necesitan para llegar al público, a la vez que una medida generalizada de este tipo sería injusta con quienes no le dan la misma trascendencia a estas noticias que determinados medios capitalinos en los que estos hechos prácticamente monopolizan informativos.
Pese a que no se llegó a ninguna decisión sobre el tema en esta oportunidad, Mujica indicó que habrá de replantear el tema en próxima reunión y consideró del caso “filtrar” este malestar para que los medios que se sientan aludidos vayan poniendo las barbas en remojo sobre la posibilidad de que les sea reducida la publicidad oficial.
Por cierto que no es el primer gobierno, ni será el último, al que no le gusta el tratamiento de determinadas noticias por los medios de prensa, pero evidentemente esta medida que se promovería habla de mucha soberbia y distorsión manifiesta en el uso del poder, mediante el expediente del premio y castigo alternado entre quienes son obsecuentes y quienes desobedecen los lineamientos o verticalazos del gobierno de turno. Lo que sí cabe reconocerle a Mujica, es expresar públicamente lo que significa para el gobierno la publicidad oficial, que desde siempre ha sido manejada a discreción por intereses políticos asignando cuotas de acuerdo a la simpatía del jerarca con cada medio. Es así que sin criterios técnicos que lo sustente, se distribuyen cada año millones de dólares en publicidad oficial, donde por supuesto la parte del león la llevan los medios montevideanos, que captan el 97% en el caso de la prensa escrita, contra el 3% que se derrama a las más de 80 publicaciones del Interior.