Paysandú, Jueves 04 de Agosto de 2011

Para dar contenido a la integración

Opinion | 04 Ago El encuentro de las últimas horas en Casa Rosada, con presencia del presidente José Mujica, ministros, asesores e intendentes, y de sus pares del vecino país encabezados por la mandataria Cristina Fernández, conlleva un avance muy significativo en el relacionamiento bilateral, más allá de los avances reales que en puntos concretos se pueda lograr en estas instancias, desde que como en tantos órdenes de la vida, subsisten desencuentros que se suscitan por conflictos de intereses que por un lado se magnifican y por otro se minimizan, de acuerdo a las circunstancias, por ser países limítrofes y con muchas cosas compartidas.
Pero sobre todo, tenemos una historia común que es el cimiento de la relación, de la buena vecindad, y que sobre todo se da de manera sólida con nuestros hermanos entrerrianos, con quienes tenemos muchos objetivos comunes, e integración pendiente también, más allá de las palabras y las buenas intenciones, que no se ha podido consolidar pese a contar con instrumentos físicos formidables, como los puentes internacionales, y con mucho por hacer.
Pero la Argentina es un país muy grande, muy diverso, y lamentablemente, desde el punto de vista político, aun con la ventaja que conlleva un ordenamiento federal, diferencias políticas y los modos en los que se procesan conspiran contra un manejo racional de un país que tiene un potencial enorme en recursos naturales. Con esta realidad los uruguayos debemos convivir y relacionarnos --incluyendo naturalmente nuestros propios problemas, que no debemos desestimar--, y es positivo que a través de estos encuentros, que pasan en este tiempo por una relación personal muy fluida entre ambos presidentes, podamos ir poniendo los temas comunes sobre la mesa, procesarlos y tratar de acordar salidas para las diferencias e intereses encontrados, con buena voluntad y una dosis de confianza mutua imprescindible.
En realidad, tras el conflicto por la instalación de la planta de UPM-Botnia y el fallo de la Corte Internacional de Justicia de La Haya, se abrieron los canales necesarios que permitieron dejar atrás el condicionamiento que imponía al gobierno del vecino país la actitud fundamentalista y excluyente de los activistas de Gualeguaychú, y pasar a los grandes temas pendientes, los que realmente importan para ambos pueblos, que necesitan mejorar su calidad de vida y para ello se debe apuntar al desarrollo, a crear riqueza y buscar la mejor forma de redistribuirla, con el imprescindible ámbito de sustentabilidad que ha estado faltando en muchos emprendimientos. Pero es preciso “aterrizar” los grandes enunciados, los mensajes, los buenos deseos, y generar acciones concretas que respalden el verbo, porque incluso salvando el período de cuatro años del conflicto por la planta de celulosa, uruguayos y argentinos estamos hablando desde hace décadas de integración, del destino común y de lo mucho que nos une, para encontrarnos con que en la zaranda se ha ido prácticamente todo y nos queda poco para rescatar, con mucho ruido y pocas nueces. De ahí que la expectativa por este encuentro presidencial, que ha tenido el aderezo de la presencia de actores de ambas orillas que integran el recreado ámbito de la Comisión Binacional de la Hidrovía del Río Uruguay, que incluye a Paysandú, refiere más que nada a las concreciones a que pueda llegarse en plazo razonable, antes que a la grandilocuencia de anuncios sobre objetivos y procesos de integración.
No puede soslayarse en este contexto la proyección de un acuerdo para la instalación de una planta regasificadora, que demanda infraestructura y seguridades sobre demanda, mercados y precios, que Uruguay podría estar en condiciones de dar, pero que en el caso de la Argentina son siempre una interrogante, teniendo en cuenta los antecedentes de frecuentes incumplimientos y manejos políticos de subsidios que han desalentado inversiones y cuya consecuencia es hoy la escasez de aprovisionamiento de gas, electricidad y petróleo en la vecina orilla, pese a sus grandes reservas.
La disposición al dragado del Canal Martín García, siguiendo por el río Uruguay hasta Paysandú, es un aspecto de gran relevancia para el gran corredor litoraleño uruguayo-argentino, donde se vive un boom productivo que impulsa la inversión en infraestructura que ha estado ausente durante décadas, y todo indica que efectivamente esta vez hay poderosos intereses comunes que obrarán como catalizador para realizaciones que están en proceso, de la misma forma que todo indica habrá de promoverse la reactivación del ferrocarril entre ambos países, ya con el anunciado retorno por Salto Grande a partir del viaje reinaugural del 29 de este mes.
Es decir que tenemos un panorama más alentador respecto al pasado reciente para afianzar las relaciones bilaterales y dar así contenido a un proceso donde a una mano de cal le ha seguido una de arena, que ha sido una constante que es preciso revertir en beneficio de ambos pueblos.


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