Paysandú, Martes 09 de Agosto de 2011
Opinion | 09 Ago Desde que en Uruguay se prohibió fumar en áreas de trabajo y lugares públicos cerrados, se ha registrado una sensible disminución en la cantidad de fumadores. Ésta, junto a otras medidas impulsadas por el gobierno nacional desde la administración del ex presidente Tabaré Vázquez, como la inclusión de imágenes en las cajillas de cigarrillos y advertencias en mayor tamaño sobre el riesgo de fumar, puede decirse que ha dado sus frutos.
Por otra parte, todos los centros asistenciales, en el marco de las denominadas metas prestacionales del Ministerio de Salud Pública, están obligados a tener policlínicas de cesación de tabaquismo. Sin embargo, datos surgidos de la 2ª Encuesta Nacional de Prevalencia de Tabaquismo a Médicos del Uruguay, realizada este año entre 600 profesionales de todo el país por el Sindicato Médico del Uruguay (SMU), la Federación Médica del Interior (FEMI) y el Centro de Investigación de Cesación de Tabaquismo (CIET), indica que el 59% de los médicos no receta tratamientos farmacológicos para dejar de fumar y sólo la mitad los deriva a programas especializados.
El informe, publicado por Últimas Noticias, asegura que casi seis de cada diez médicos no indican tratamiento con medicamentos a sus pacientes fumadores para dejar de fumar, aunque descendió la cantidad de médicos que fuman al 9,8%. Una primera apreciación que podría realizarse sobre estas cifras es que a pesar de existir las denominadas policlínicas de cesación del tabaquismo, no están siendo utilizadas en todo su potencial. Seguramente existe desconocimiento de esta asistencia entre los usuarios del sistema de salud que son fumadores, lo que no sería extraño dada la escasa difusión que se ha hecho de la existencia de las mismas y los datos que ahora revela el informe en cuestión respecto a los tratamientos y derivaciones que hacen los médicos.
Por otra parte, es alentador que el tabaquismo esté disminuyendo entre la comunidad médica puesto que, como señaló el presidente del CIET, Eduardo Bianco, la investigación científica ha demostrado que los médicos dejan de fumar antes que la población general pero que si los médicos no dejan, la población tampoco. El tabaquismo es una de las adicciones más frecuentes entre los uruguayos aunque por ser de las denominadas “drogas sociales” no lleva el implícito el estigma de otro tipo de drogas. La existencia de nuevos instrumentos y apoyos para dejar este dañino hábito debe ser promovida y divulgada con mayor énfasis.
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