Paysandú, Domingo 14 de Agosto de 2011
Policiales | 08 Ago Un agente perdió la vida, en tanto otro resultó herido de gravedad en la tarde de ayer cuando un hombre se atrincheró en su casa ubicada en la zona Este de la ciudad --cerca del monumento a la Virgen-- y permaneció en esa actitud por más de cuatro horas.
Mientras uno de los efectivos fue herido por el propio sujeto --que tiene antecedentes psiquiátricos y padece parálisis--, quien portaba un rifle calibre .22 con mira telescópica, el agente de Segunda Wilson García López fue alcanzado en su abdomen por una bala 9 milímetros de una pistola reglamentaria que empuñaba otro policía cuando arribaban para colaborar con el operativo.
Sobre las 17, el hombre por fin desistió de su postura y se entregó; en tanto, luego de ocho horas de luchar por su vida, García dejó de existir.
Según información extraoficial relevada por EL TELEGRAFO, pasadas las 12.30 Policía de la Seccional Tercera fue alertada que una chacra emplazada en calle 18 y Letra A un hombre se encontraba efectuando disparos con un rifle. Un móvil con dos efectivos se trasladó hasta el lugar y se entrevistó fuera de la casa con el padre del hombre, quien habría manifestado que el problema se había generado por una discusión familiar. Según pudieron establecer los efectivos, el hombre --postrado en una silla de ruedas-- había disparado contra su novia, su madre, su hermana y su padre, pero finalmente estaba descargando su arma apuntando en varias direcciones, por lo que los vecinos estaban atemorizados.
Mientras el personal policial dialogaba con el padre del agresor, manifestándole que debían tomar medidas de seguridad para resguardar la integridad de los presentes, el hombre, instalado detrás de un árbol a unos 200 metros al sur de la finca, apuntó a los funcionarios policiales y efectuó un par de disparos. Los uniformados se dispersaron y buscaron refugio, al tiempo que solicitaron apoyo a la comisaría.
Dos heridos
Uno de ellos --un cabo de 39 años-- se tiró boca bajo detrás de unos objetos y el agresor le disparó desde una distancia de 150 metros; la bala lo hirió en una mano --que tenía muy cerca de su rostro--, más precisamente en los dedos meñique y anular, para alojarse en la muñeca.
El policía esperó que volviera a cargar el rifle y aprovechó para trasladarse hasta el móvil y salir en busca de apoyo. Minutos después, varios vehículos policiales provenientes de la Dirección de Grupos de Apoyo (DGA), Seccional Segunda, Grupo Especial de Operaciones (GEO) y Dirección de Investigaciones arribaron al lugar y los efectivos armados rodearon la vivienda.
Uno de los móviles de la DGA era ocupado por el chofer, Wilson García López, de 40 años, y otros tres policías que descendieron empuñando sus armas de reglamento. Con el fin de delimitar el perímetro para salvaguardar la vida de terceros y la propia integridad, los efectivos subieron al patrullero para trasladarse a otro punto, por lo que García puso en movimiento el vehículo sin percatarse de que su acompañante no había ingresado completamente. Éste perdió el equilibrio y efectuó dos saltos para poder ingresar, momento en el que accionó su pistola calibre 9 milímetros. La bala ingresó en el flanco derecho del chofer, hiriéndolo en el abdomen. De inmediato fue trasladado al Hospital Escuela del Litoral y luego derivado al Servicio de Emergencia de Comepa, donde se le diagnosticó “herida de arma de fuego con orificio de entrada a nivel de hipocondrio derecho y orificio de salida en hipocondrio izquierdo”, con peligro de vida.
Durante el procedimiento no hubo disparos por los efectivos por orden expresa del jefe de Policía, Insp. May. (r) Roque Arámbula, quien se hizo presente en el lugar al igual que integrantes del Comando, comisarios y encargados de las referidas dependencias y efectivos de Policía Técnica.
Las negociaciones con el sujeto se extendieron por unas cuatro horas y media, hasta que el atacante depuso su actitud y se entregó. En el lugar se ocupó un rifle calibre .22 marca CBC con mira telescópica y varias cápsulas vacías. El sujeto fue identificado como L.I.G.A., de 26 años, y --según trascendió-- padece problemas psiquiátricos.
Por su parte, todo indicaría que hace algún tiempo había tenido un problema sentimental por lo que intentó autoeliminarse disparándose en la cabeza. En esa oportunidad resultó con una grave lesión que le provocó una parálisis en las piernas. García López fue sometido a una intervención quirúrgica y derivado al Centro de Tratamiento Intensivo, pero pese a los esfuerzos médicos, sobre las 21.30 dejó de existir.
En tanto L.I.G.A. permanece detenido en la Seccional Tercera y comparecerá ante el juez penal de Cuarto, Pablo Dalera.
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