Opinion | 14 Ago Dejemos por un momento que nuestra imaginación vuele. Permitamos que construya en nuestra mente una sucesión de escenas que muy pronto podrían plasmarse en realidad.
Un barco de pasajeros impulsado con ruedas de paletas remonta el Río Uruguay. Transporta un abigarrado grupo de turistas que es atendido por guías y camareros vestidos a la usanza del ‘900.
Cuando ya está a la vista el Puerto de Paysandú, una simpática guía los reúne en la cubierta superior y les ofrece una reseña de las actividades que cumplirán en los próximos días.
“Ya está apareciendo ante ustedes la capital sanducera –dice la joven— comienzo de la visita de varios días que realizaremos a Paysandú, un verdadero conglomerado de atractivos tanto históricos como naturales. Vean, en aquel sector del río se aprecia la Isla de la Caridad, así llamada porque durante el conocido Sitio de 1864/65 allí se refugiaron las familias, especialmente damas y niños, para escapar de los bombardeos y ataques que durante treinta y tres días resistió esta ciudad. Frente a ella, en la otra margen, vemos el sitio donde fue embicado y luego incendiado el vapor Villa del Salto”.
“Prosiguiendo con nuestra visita, recorreremos el puerto que tuvo una trascendente actividad y que ahora ha ‘despertado’ nuevamente gracias al dragado del río. No podemos detenernos en los detalles pero digamos que hacia el norte encontraremos playas, que, según el programa, disfrutaremos y en la cual se podrán bañar, si así lo desean, con las vestimentas que se usaban allá por 1882. Eso si, deberán respetar las disposiciones de la época y un sector será para damas y otro para caballeros, y atención porque se aplicarán las disposiciones policiales de aquel momento y si un caballero es hallado observando a las damas que se bañan, deberá pagar una multa”.
“Para continuar --dice la guía imaginaria--, nos desplazaremos por la avenida que llega al puerto en un tranvía tirado por caballos como los que se usaban a fines del Siglo XIX. Que quede claro que sólo estoy haciendo un relato somero de todo lo que visitaremos en el correr de todos estos días de excursión que tenemos por delante”.
“Visitaremos luego el complejo ‘Basilio Pinilla’ compuesto por la antigua Jefatura de Policía, un majestuoso edificio inaugurado en 1860 y que fue pieza importante de la ‘Defensa’ y que hoy alberga el museo que atesora los recuerdos de aquel heroico hecho. En ese lugar pueden apreciarse desde un lienzo que cubría una de las paredes del edificio perforado por más de un centenar de disparos, desde armas a divisas de los defensores y hasta el cuadro que Juan Manuel Blanes realizara en base a apuntes tomados a pocos días de la caída de la plaza y, muy cerca, observaremos el nuevo edificio de la Policía de Paysandú, diseñado por profesionales sanduceros y considerado una ‘obra de arte’ de la arquitectura del Siglo XXI”.
“Conoceremos la plaza, hoy ‘Constitución’, escenario de varios hechos heroicos y la majestuosa Basílica que aun tiene en sus muros que miran hacia el norte proyectiles de cañón. Cambiando de tema, visitaremos el portentoso taller de mantenimiento del Ferrocarril Midland que data de unos ciento treinta años atrás. También estaremos en la zona de establecimientos industriales que constituyeron la llamada ‘Revolución industrial’ de mediados del siglo anterior”.
“Ya irán a los numerosos atractivos de la ciudad pero no puedo dejar de recordarles que visitaremos las batallas de Guayabos, los combates de la Revolución del Quebracho, así como las ruinas del enorme Saladero Guaviyú, la Meseta de Artigas, y fundamentalmente, el hoy Parque Nacional donde estuvo emplazada la Villa de la Purificación mismo lugar donde Artigas emplazó la Capital de la Banda Oriental y del Protectorado de los Pueblos Libres”.
“En otro aspecto, disfrutaremos de las aguas de las termas sanduceras y recorremos bellezas naturales como el Río Queguay y la Zona Protegida de Rincón de Pérez”.
Y así podemos seguir imaginando, porque hay mucho más, y crear un hermoso y atractivo sueño. Un sueño que no es imposible. Por el contrario, un sueño que puede perfectamente concretarse. Sólo es necesario que los distintos organismos nacionales y departamentales accionen de común acuerdo para que todos podamos disfrutar de las maravillosas muestras históricas y los grandes atractivos naturales de Paysandú.