Paysandú, Miércoles 17 de Agosto de 2011
Deportes | 13 Ago Cuando el año pasado fui invitado a integrar la comisión organizadora de los festejos del centenario de la Liga de Fútbol, me sentí muy halagado y me dispuse a trabajar con otros ex dirigentes amigos. Con ellos nos reunimos tres o cuatro veces hasta que la llegada de la Semana de la Cerveza obligó a un receso, tras el cual quedamos solo “los compadres con el cura y el cantor”, como diría mi muy querido Aníbal Sampayo.
Ello trajo como consecuencia que quienes intentamos llevar adelante algo de lo conversado, optáramos por dejar que fuesen los directivos de turno quienes nos volvieran a citar.
Como ese hecho no se concretó, decidí por las mías hacer esta nota de homenaje a la Liga Departamental de Fútbol de Paysandú en su primer centenario de vida.
No sé si el título que elegí para encabezar esta nota es el más adecuado. De lo que sí estoy seguro es que la misma no es otra cosa que la realidad de una organización que tiene sus matices, y que como tal no deja de ser una feliz como excepcional circunstancia para rendir mi personal homenaje a la Liga.
“Yo sé que muchos dirán que peco de atrevimiento, si largo mi pensamiento p´al rumbo que ya elegí; pero siempre he sido así, galopeador contra el viento…”. Parafraseo a don Atahualpa Yupanqui para dejar en claro mis intenciones de testimoniar mi admiración y respeto a la Liga de Fútbol, de la que me siento orgulloso de haber sido parte durante casi tres décadas.
Algo de Historia
Después de integrar los principales cuadros directrices de la Liga de Fútbol durante 27 años ininterrumpidos (1973/2000), creo tener motivos suficientes como para adherir a tan significativa celebración. Quiero además expresar mi sincera gratitud a todos quienes me ayudaron a cumplir con la tarea asignada, a entera satisfacción.
En el año 1973, siendo yo secretario de la Liga de Básquetbol de Paysandú, fui propuesto y elegido por la unanimidad de las instituciones, para integrar el Consejo Superior de la Liga Departamental de Fútbol de Paysandú, como realmente se llamaba.
El Consejo estaba integrado por las 10 instituciones, y nueve neutrales elegidos por los clubes de las cuatro divisionales: A, B, Intermedia y Extra.
Las tres divisionales de ascenso (B, Intermedia y Extra) elegían además sus miembros neutrales y cada una de ellas debía ser estatutariamente presidida por un neutral del Consejo Superior. Así las cosas, me transformé sin pensarlo en titular de los dos órganos rectores de los deportes más populares del medio.
Transcurrido algún tiempo, y por imperio de las circunstancias (léase: desinteligencias internas de los clubes), dejé de ser segundo vocal del Consejo Superior, para transformarme en presidente de la Liga de Fútbol.
En varios años alternados presidí la Liga seis veces; fui presidente de la Confederación de Fútbol del Litoral (¡la más añeja y linajuda!), y después resulté electo consejero titular de OFI (Organización del Fútbol del Interior) en dos ocasiones, representando a la querida Confederación.
Ello no significó obstáculo alguno para integrar la directiva local de la subsede del Campeonato Mundial Universitario (1976), ni presidir el comité ejecutivo organizador de la sede (única del Interior) del Campeonato Sudamericano Juvenil de Plata (año 1979).
Cabe consignar que ambos torneos reportaron a nuestra Liga excelentes resultados deportivos y económicos. Pero, más allá de eso, sendas competencias catapultaron internacionalmente a nuestra Liga de Fútbol, y a Paysandú todo, deportivamente hablando.
En el año 1995 fuimos una de las sedes más destacadas de la Copa América (de allí lo dicho párrafos más arriba), jugándose en nuestro añejo Estadio Artigas partidos de singular jerarquía. Y este pasaje de la historia lo señalo para “empatarlo” con los resultados vividos (y de qué forma) por todos los sanduceros. Cuatro hijos dilectos de este querido solar nuestro protagonizaron jornadas excepcionales tanto en Sudáfrica 2010 como en México y Argentina en estos últimos meses.
Walter Gargano, Nicolás Lodeiro, Egidio Arévalo y Guillermo Méndez, han sido figuras destacadísimas en esta historia reciente que nos enorgullece a todos.
La Liga Departamental de Fútbol de Paysandú, por su parte, tiene materializado en sus vitrinas en la sede de Baltasar Brum 872 toda la riqueza moral, espiritual y material que estos triunfos conllevan en sí mismos. Y en lo personal, con mi modesto archivo, atesoro parte de esta gloriosa historia que hoy cumple la friolera de 100 años.
Indudablemente queda muchísima tela para cortar. Pero mi objetivo era homenajear a los futbolistas y dirigentes de ayer y de hoy, y convocar a los que vendrán a seguir por esta senda gloriosa. Simplemente…lo del título.
Ernesto Pauletti Lancieri
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