Paysandú, Miércoles 17 de Agosto de 2011
Deportes | 15 Ago En 1958 jugaba en Boca de Sacra, hasta que en un momento le tocó colgar los botines y pararse en la línea de cal para dar indicaciones. A Julio César Coiro (83) le indicaron que tenía que dirigir la final con Litoral, y optó por iniciar su carrera de entrenador. “Me dijeron que tenía que dirigir, y fui claro: si dirigía, ya no iba a jugar. Perdí esa final, y a lo largo de mi carrera como entrenador tuve de las buenas y de las otras. Pero quizá más de las buenas”, recuerda quien, con el paso de los años, se transformaría en el entrenador más laureado del fútbol sanducero, ganando nada menos que siete Torneos del Litoral y tres Copas del Interior con la selección sanducera, además de la Copa Pencos. Su historia con la Blanca está ligada a los más grandes éxitos deportivos. Y eso que, como dice, no le tenían fe.
“Los recuerdos son muchos… La primera vez que dirigí a la selección fue en 1964, para la Copa Pencos. En 1965 lo trajeron a (Waldemar) Bentancour porque no me tenían confianza ya que era joven. Pero después las cosas se fueron dando. Estuve 11 años en Estudiantil (con el que fue tres años campeón del Interior) y en 1966 ya arranqué campeón”, recordó el entrenador.
Coiro nunca imaginó lo que le depararía el destino cuando comenzó a ejercer como técnico. “Creía que no iba a tener mucho futuro, porque era joven y la gente no me tenía mucha confianza. ¡Si hasta tuve que pelear en Salto con Artigas, en cancha neutral, en el ’66! Después no sabía si iba a seguir”, agregó.
“Una época de oro”
El técnico nos aseguró que aquellos años de gloria fueron inolvidables. “Nuestra época fue una época de oro. Tanto en cuanto a jugadores y dirigentes; en fin de todos los que andábamos detrás del fútbol. Creo que había más recursos, se podían mantener los clubes, no digo que haya sido más organizado, pero sí que había más comprensión. Y al estar mejor en lo económico, siempre hay más acuerdo”, aseguró.
Coiro repasó rápidamente aquellos recuerdos que le quedaron grabados a fuego. “En el ’76 salimos campeones del Litoral e Interior, y fuimos segundos en el Nacional, cuando (Alfonso) Lodeiro era el número 5. Fuimos a Montevideo y jugamos con Wanderers, Rentistas y Peñarol. Nosotros eliminamos a Peñarol, que jugó los dos partidos acá para no tener gastos allá. Ese equipo era dirigido por (Roque) Máspoli. Después, en Montevideo nos ganó Wanderers en el Estadio Centenario, pero el campeonato nunca terminó, ya que la final entre Wanderers y Nacional nunca se jugó. Pero ya en esa época se probaba un Nacional”, relata rápidamente.
Y deja constancia que ese primero recuerdo que le vino a la cabeza es de los más importantes de su carrera: “ganamos dos campeonatos y estuvimos peleando un tercero”. El entrenador siguió sumando títulos. Tantos, que tanto a nivel de clubes como de selecciones, suma unos 32 a lo largo de su carrera, obviamente no solo con la selección.
También Guichón y Soriano
Más allá de las perdidas, Coiro se acostumbró a ganar a lo largo de su trayectoria como técnico. Y no solo orientando a la Blanca, con la que ganó prácticamente todo lo que jugó.
Tanto es así, que el técnico se dio el gusto de hasta dirigir a dos equipos al mismo tiempo. “Me alegró mucho lo que me pasó en el ’88 y 89’, cuando dirigí a Centenario y a Ñapindá de Colón. Hacía un año que había sido campeón con Ñapindá, y terminé también dirigiendo a Centenario, porque me pidieron que lo orientara para salir campeón”, dijo.
Coiro rebobina y recuerda que esa no fue la única oportunidad en la que orientó a dos equipos al mismo tiempo. “En el ’75 estaba dirigiendo a la selección de Soriano y me fueron a buscar por unos partidos de Estudiantil. Y terminé siendo segundo con Soriano y campeón con Estudiantil”, recordó.
El técnico también dirigió a la selección de la vecina ciudad de Colón y también a la de Guichón. “En la selección de Colón no terminé porque el ambiente estaba raro con los jugadores, porque los dirigentes querían traer refuerzos de Concepción y no estaban de acuerdo. Y como eso no me gustaba, decidí irme. Con la selección de Guichón salimos campeones del Torneo Río Uruguay, el año en el que salió la televisión”, comentó.
El secreto
Tantos años de carrera tienen que tener un secreto. Así como el éxito. Y Coiro aseguró que “uno, estando en el fútbol, se fue adaptando a todas las épocas”. Y agregó: “no sé si antes era más fácil. Pero no había tanta cosa como ahora, tanta porquería, droga, baile. Antes alguno se emborrachaba, pero tuve la virtud de que, por más borracho que fuera algún jugador, siempre hay un lugarcito en el alma que es bueno. Es cuestión de buscarlo, descubrirlo. Creo que fue por eso que dirigí por tanto tiempo”.
TAMBIÉN CON ANARANJADA
Julio Coiro derrocha pasión con el fútbol, pero todo el deporte lo atrae. Y el básquetbol, no es la excepción, aunque en este caso estuvo integrando selecciones de Paysandú pero como preparador físico.
“Le había encontrado la vuelta a la preparación física que se necesitaba. A muchos no les gustaba porque decían que les iba a enseñar a los jugadores a patear penales”, comentó.
“En el fútbol casi siempre me desempeñé solo, y las dos veces que tuve preparador físico me fue mal” en cuanto a resultados, agregó sonriente. Pero Coiro también se dio el gusto de ser campeón con la Blanca pero en básquetbol: “tengo dos títulos del Litoral con Laviano, y en Juveniles con Dupont”.
"QUIZÁS A FIN DE AÑO..."
Superada una pequeña afección pulmonar, Julio Coiro sigue disfrutando de la vida. Y se da el gusto de seguir haciendo bicicleta y pesas, para mantenerse de la mejor manera y desafiar el paso del tiempo.
Y, el bichito del fútbol seguramente lo picará para volver a la actividad y hacer de las suyas, como con Wanderers, el último equipo al que dirigió (2007), con el que fue campeón del Clausura de Primera.
“Me desvinculé del fútbol el año pasado. Este año me vino a buscar Litoral, pero no acepté porque no estaba en condiciones. Casi que dejé todo, voy a ver algunos partidos cuando el tiempo está lindo, pero quizás a fin de año pueda dar una mano en algún club”, reconoció. Consultado sobre cómo ve el fútbol nuestro de cada día, indicó: “el fútbol fue cayendo, pero parece que de la mano de esta gente nueva que está en la Liga, va a revivir. Lo veo con buenos ojos, hay buenas intenciones y ahora hay neutrales como deben ser, porque de lo contrario los clubes levantan la mano a su favor y cada uno tira para su quintita. Lo que es un hecho es que, desde la Asociación de Entrenadores, la mano que podamos dar, la vamos a dar. Ojalá que esta gente aguante. Por lo pronto, ya la gente respondió en las recaudaciones, y se está recuperando esa afición que antes teníamos”.
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