Deportes | 20 Ago El presidente, molesto, tomó la decisión de que la fecha quedara por el camino en su totalidad, sin esperar si el domingo cambiaba la cara y dejaba atrás el mal tiempo. Nelson Manzor, presidente de la Liga de Fútbol, no podía creer las presiones recibidas por Centenario e Independencia (sobre todo de los gringos) para que no hubiera actividad en sus respectivos escenarios el domingo. Ante la presión, y más allá de que después de alguna discusión en la que se dice extraoficialmente que se llegó a tratar de dictador al presidente de la Liga, se le dijo en definitiva que hiciera lo que quisiera con respecto a la actividad del domingo.
Es más, el presidente tomó personalmente la decisión de no jugar el domingo, pese a que la jornada resultó ser espectacular para la práctica del fútbol. Y, para no chocar, dejó de lado la reglamentación del uso de las canchas.
Si bien nadie lo asegura oficialmente, esto fue lo que sucedió el pasado fin de semana, cuando Paysandú se quedó sin fútbol, justo cuando las recaudaciones dan la pauta de que la gente va creyendo nuevamente en volcarse a las canchas.
Por lo tanto, de aquí en más el Consejo será el que tome la decisión de suspender o no la competencia, sin tener en cuenta la postura o presión de los clubes. A tal punto, que quedó establecido que por más que una cancha presente barro en su terreno de juego, se jugará igual. Y, en definitiva, será el árbitro del partido el que tome una decisión final con respecto al terreno de juego. Podrá suspenderse por tal motivo algún partido de inferiores, para no poner en riesgo a los chicos, pero en última instancia, si en el fútbol de Primera o la UDA algún terreno de juego no esté en condiciones, se cambiará la localía. El tema, en este fútbol sanducero que pretende enderezarse pero que sigue siendo una cajita de sorpresas, dará para largo. Y éste, con seguridad, será el primer capítulo.