Paysandú, Jueves 25 de Agosto de 2011
Opinion | 18 Ago Científicos de seis países de América Latina acaban de forjar una red para promover estudios de adaptación al calentamiento global, con énfasis en los bosques, y esperan adhesiones de toda la región. En América Central la temperatura se eleva y los bosques demoran en crecer. Más al sur, las selvas amazónicas aún no se calientan y se entiende que este es sólo un ejemplo de que el cambio climático se manifiesta de maneras diferentes en cada región.
Un grupo de investigadores de Chile y Argentina determinaron que, por efecto del cambio climático, bosques con árboles de la especie Nothofagus pumilio situados en la austral Patagonia de ambos países, crecerán y ampliarán su superficie, mientras se verán menguados los de otra especie del mismo género Nothofagus que se encuentran más al norte. Los pobladores cercanos a esos bosques, principalmente en la zona norte del área estudiada, beben el agua que genera el ecosistema forestal y también se benefician del turismo. Por lo tanto, su disminución afectará sus vidas.
En Ecuador, el producto agrícola estudiado fue la papa, principal fuente de energía en la dieta de las familias campesinas, y se entiende que en un lapso de 25 a 50 años caerán de manera drástica los cultivos de este tubérculo y se reducirá en 50 por ciento el aporte energético de esas poblaciones.
Es una buena cosa que después de haberse perdido tanto tiempo a nivel de la comunidad científica internacional hoy se considere que el cambio climático es real y que el aumento de temperatura de la superficie terrestre tiene un fuerte componente antropogénico. También es bueno que los conocimientos a los que lleguen los cientificos sean conectados entre si, de manera de tener una visión global no sólo de los resultados a los que llegan sino también de las áreas en las que están trabajando.
La contribución de Uruguay al cambio climático es realmente escasa, sin embargo, al igual que otros países de la región sufre las consecuencias. Hay estudios nacionales que hablan de impactos costeros, en los ciclos de lluvia --sequías e inundaciones- que deben ser tomados en cuenta en múltiples aspectos por lo que es necesario que la información circule no sólo en el ámbito científico sino entre los que toman decisiones sobre asuntos estratégicos para el país pero también el resto de la población puesto que se trata de un que, de una forma u otra, nos afecta e incumbe a todos.
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