Paysandú, Domingo 28 de Agosto de 2011
Rurales | 26 Ago El ingeniero agrónomo Gabriel Capurro, gerente del Secretariado Uruguayo de la Lana (SUL), expuso en el marco del seminario “La producción ovina en los próximos años”, organizado por la Sociedad de Criadores de Corriedale del Uruguay (SCCU) y desarrollado en las instalaciones del LATU, que en un escenario de escasez y demanda de lana, Uruguay “puede crecer en 20 millones de kilos para abastecer a la industria textil”. Aseguró que “la Unión Europea es clave para nuestras exportaciones” y enfatizó que ahora es “una zona de riesgo” por la crisis económica que vive. Al trazar un panorama de la situación, Capurro también mencionó que Brasil “es fundamental para la carne ovina” y también “hay riesgos” por la incertidumbre que genera saber hasta cuándo podrá sostener una moneda fuerte. Afirmó que China “es muy importante en lana”, al ser el principal comprador, y recordó “hubo una suba muy importante de precios” en dos años. Al concluir su análisis, que fue precedido por una visión sobre la evolución de la producción ovina en las últimas décadas, caracterizada por la caída del stock y la valorización de los productos, Capurro subrayó que “hay demanda muy firme y oferta muy limitada”.
Caída
Este año podría ser vital para evitar que el stock ovino continúe cayendo. A nivel de la producción, ya hay señales positivas. “Con estos precios los productores están reteniendo vientres y apuntando a producir más corderos. Esa es una señal de que se estaría apostando a producir más ovinos en la medida que estos precios resultan atractivos”, reflexionó Capurro.
“Uruguay vino apostando a la calidad, tanto en carne como en lanas. La oferta de carne ovina de Uruguay tiene un componente muy alto de producción de carne de cordero, que es la carne que más vale”, agregó. En lanas, “se apuesta permanentemente a la calidad, tanto en el sector productivo en lo que es la esquila, como en el sector industrial”. Ese camino posibilita acceder a mercados de mayor valor.
Posicionamiento
Eduardo Pietra, presidente de Central Lanera Uruguaya, hizo hincapié en la necesidad de “posicionar la lana en los mercados”, aseguró que la baja producción se mantendrá, con un piso de precios altos y sugirió mirar la marcha de las monedas en el mundo. Pedro Otegui, de Lanas Trinidad, dijo que “la productividad es cantidad, pero también calidad” y alentó a los corriedalistas a producir lanas de 28 o 28,5 micras para “defender mejor la producción”. La industria textil importa esa cifra “porque la capacidad de las peinadurías instaladas es superior a la producción de lana”, explicó a El Observador el presidente de Central Lanera Uruguay (CLU), Eduardo Pietra. El empresario agregó que “la industria tiene que trabajar a full para mantener los costos bajos y mantener la competitividad” y agregó que además de la caída del stock ovino también “en la actualidad se exporta más lana sucia que una década atrás”.
Alto valor
Para el investigador Fabio Montosi, director del Programa de Producción de Carne y Lana del Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria (INIA), hay que entender que la producción ovina genera productos para nichos de alto valor.
“El mensaje es que la carne ovina es un producto de élite y pese a las crisis económicas, hay gente en el mundo con mucho poder adquisitivo que está dispuesta a pagar por ese producto diferencial”, aseguró, al tiempo que recordó que a nivel de la investigación en el país, todavía hay tecnologías para optimizar más la calidad y para poder crecer. Sin embargo, consideró que “a nivel de nuestros sistemas productivos, todavía no le dimos al ovino el lugar que se merece, siendo que es un producto para un mercado de alto valor”. Desde su punto de vista, “el mercado y la situación de los sistemas de producción en el Uruguay, están marcando que se está alineando y que el viento viene a favor. Estamos en un proceso muy interesante de consolidar al rubro ovino, pero tendremos que modernizarlo, hacerlo más ejecutivo y lo más eficiente posible”.
MANO DE OBRA
En la ovinicultura del futuro, la mano de obra especializada seguirá siendo “escasa y cara”, puntualizó. “El gran desafío está en el área de la automatización, la tercerización de los servicios y el tipo de ovinos con el que se produzca en los establecimientos para poder seguir apostando a la calidad”, añadió Montosi.
También quedó demostrado que hay tecnologías de bajo costo que posibilitarán el crecimiento y que todavía no están siendo aplicadas masivamente por los productores.
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