Paysandú, Lunes 29 de Agosto de 2011
Opinion | 26 Ago Los cancilleres de los países de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) aprobaron un plan de acción para dar una respuesta efectiva a la crisis internacional, haciendo lugar a las conclusiones del Consejo Suramericano de Economía y Finanzas. Las reservas internacionales del grupo se calculan en 600.000 millones de dólares, y este acuerdo implica enfrentar conjuntamente los desafíos de la crisis económica internacional y de profundizar la integración regional para preservar el crecimiento económico, la estabilidad, la inclusión y la cohesión social.
Uno de los ejes precisamente de este plan es aumentar el intercambio de pagos en moneda local para evitar el uso de las reservas en dólares de cada Banco Central, plan que deberá ser redactado por Uruguay y Venezuela y presentado en la venidera Cumbre de Presidentes del bloque a fines de octubre en Paraguay.
La idea de alejarse del dólar como moneda de referencia --lo que implica que cada vez que se usa parte del pago o cobro va al gobierno de Estados Unidos-- en la práctica implica la creación de una banca de desarrollo regional propia, capaz de asumir esa función. Eso puede proteger a la región de la volatilidad financiera extramuros, pero en ningún modo le otorga inmunidad ante crisis regionales o mundiales. Cualquiera de esas crisis puede afectar una o más monedas locales del grupo, lo que a su vez arrastraría en cadena a las otras, involucradas en ese registro de referencia monetaria.
El bloque, con el 6% del PBI mundial y un intercambio comercial regional de 120.000 millones de dólares, debe estudiar con mucho detenimiento la postura a tomar en la búsqueda de un blindaje anticrisis que parece bastante más una expresión de deseo que algo posible, en la medida que el comercio mundial se encuentra tan interrelacionado, que la caída de una región produce inevitablemente magullones en otra.
Hoy por hoy, el dólar es una referencia probada y confiable, más allá que sí, es cierto que en cada transacción se tiene como “socio” a la gran nación de 50 estados al norte del continente. No hay dudas que en un terreno teórico el comerciar usando las monedas locales es lo mejor, pero también es cierto que esta región aún se muestra financieramente inestable, a lo que deben sumarse en algunas regiones inestabilidad política.
Por otro lado, el formar un supra banco, puede resultar un seguro al cual recurrir precisamente ante caídas de las monedas locales. Pero una cosa siempre llevará a la otra en la medida que resultará difícil unir economías tan disímiles como las de Brasil, Guyana, Paraguay, Surinam y Venezuela, a modo de ejemplo.
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