Opinion | 24 Ago En los años setenta, cuando el Campeonato del Litoral de Fútbol llevaba a miles de sanduceros al entonces Parque Artigas y movilizaba varios ómnibus repletos de hinchas cuando el equipo jugaba en otro departamento, los partidos con la selección de Salto eran a “matar o morir”. Y el Lobo Feroz arengaba a los sanduceros, a la “blanca”, que peleaba por el honor deportivo. Aunque nunca fue explícitamente aceptado, aquellas batallas deportivas entre cerveceros y naranjeros dejaban huella en la vida diaria y cotidiana.
Los años pasaron, el campeonato futbolero fue reconvertido, y aquella vieja rivalidad quedando en el olvido, como jocoso recuerdo de otros tiempos.
Ahora, en otro siglo, en otra realidad, sanduceros y salteños no solo se dan la mano, sino que se abrazan para compartir fortalezas y para combatir debilidades. La firma en la víspera de un acuerdo de integración, complementación y cooperación entre ambos departamentos, abre el camino a la unidad de un cuarto de millón de habitantes. Una unión que obviamente respetará las independencias de cada departamento, pero que pone en camino el concepto de unidad regional en la búsqueda de objetivos comunes, como el desarrollo del turismo, donde Salto lleva ventaja. También habrá espacio para la integración a través de la cultura y el deporte, tanto como el uso racional de los recursos de vialidad, que podrán utilizarse de manera coordinada en el área fronteriza entre ambas intendencias.
Los dos departamentos comparten un producto turístico único en el país, el termal. Ese fue el punto de partida para el sueño de una región trabajando en coordinación, que rápidamente se extendió y que puede ser facilitador para la incorporación de industrias que puedan usar los recursos de ambos departamentos.
Del mismo modo, los dos gobiernos departamentales, llevando a cabo actividades conjuntas, podrán --como los Intendentes lo expresaron-- luchar por conquistas regionales, como el puerto y el carácter binacional para el aeropuerto de Paysandú, o la Facultad de Medicina y IMAE cardiovascular en Salto, todos emprendimientos fundamentales para el desarrollo regional y la sociedad de ambos departamentos.
Tras la firma del convenio, las Intendencias destinarán personal para llevar adelante periódicas reuniones, sin que ello implique nuevas erogaciones, detectando no solamente oportunidades de cooperación entre los gobiernos departamentales, sino especialmente entre los diferentes sectores de la población.
La oportunidad está firmada, a partir de este convenio. Sanduceros y salteños podemos juntos progresar. Depende de todos aprovechar esta oportunidad.