Deportes | 02 Sep Está intratable. Irrespetuoso. Insoportable por donde se lo mire. No se puso pálido a la hora de jugar quizá su partido más importante en su corta historia dentro de la Primera División del fútbol sanducero, y terminó bajando al líder. Y, sin vergüenza, se quedó con la ropa de puntero, vestido todo de rojo.
Independiente dio la nota y le puso calor a la gélida noche en el Estadio Artigas. Tanto, que con su victoria por 1 a 0 frente a Bella Vista, el diablo prendió fuego el Apertura, rompió todos los pronósticos y, más allá de que todavía queda mucha tela para cortar, cerró esta cuarta fecha del Apertura siendo intocable: único líder con 10 puntos y único invicto.
El diablo la tuvo clara desde el comienzo, sabiendo que no la iba a tener fácil ante Bella Vista, el gran candidato al título. Y se aferró a una planificación infernal, con la que no cedió ni un centímetro de la cancha, no permitió que su rival se armara y plasmara su ánimo de ofender. Así, lentamente, Independiente fue cocinando a su rival.
Porque los papales intentaban exorcizar a la gente vestida de rojo. Intentaron jugar, pero llegaron solo hasta el área rival, como si existiera una pared invisible, como si quemara ingresar a esa zona de la cancha. Tanto, que un remate de Sampayo apenas comenzado el partido, y un tiro de esquina en el que el diablo metió la cola para salvarse milagrosamente, fue todo lo que pudo proponer Bella Vista en el primer tiempo.
Y, de yapa, un tiro libre bien rematado por Cairabú, contando con la complicidad de Rotundo, Independiente se puso arriba en el tanteador.
Después, el equipo revelación del Apertura, el que está haciendo sus primeras armas en Primera, no se puso colorado. Sabía que había que ponerse el overol, que había que aguantar a como diera lugar, y esperar con el tridente en la mano para golpear cuando el rival dejara algún espacio. Y si había que reventarla en forma poco ortodoxa, bienvenido sea.
Bella Vista, por el contrario, salió decidido a buscar la igualdad. Quiso, buscó, intentó, pero el ingresado Pons no tuvo demasiada compañía arriba. E Independiente colaboraba para ello. El segundo tiempo fue todo papal, teniendo incluso un par de chances desperdiciadas en forma increíble. Pero el diablo cumplió su objetivo, se aferró al libreto y terminó por poder dar el batacazo de la fecha, para poner el Apertura al rojo vivo. STB