Opinion | 08 Sep A menos de un mes de su aplicación, vuelve a levantarse la polémica por el adelanto de la hora que regirá por sexta vez consecutiva en el país desde el próximo 1º de octubre cuando los relojes deberán adelantarse 60 minutos. Los operadores turísticos reclaman que se suspenda el cambio y un informe de la Cámara Uruguaya de Turismo afirma que el adelanto de la hora genera “disminución” de facturación y menor tributación.
El documento fue entregado por la Cámara a las autoridades del Ministerio de Industria, Energía y Minería da cuenta de que solo en el sector gastronómico de Punta del Este --que nuclea a más de 200 establecimientos-- las pérdidas suman U$S 10,8 millones por concepto de facturación, que traducido a impuestos significan una disminución del IVA de U$S 2,4 millones y de IRAE del orden de los U$S 810.000, según informó Últimas Noticias.
Alegan que el cambio de hora determina que la gente permanezca más tiempo en la playa y que se pierda un turno de clientes (el de las 21 horas), el cual no se repone en un horario más tardío y que aunque lo que se pierda sea medio turno, eso supone un promedio 40 clientes por establecimiento y por día, con un gasto promedio de U$S 30.
Asimismo, los operadores calculan que la propina estimada que los empleados dejan de percibir oscila U$S 1 millón. La nota agrega que sólo en este rubro y en Punta del Este se produce una disminución de recaudación cercana a los U$S 4.200.000 sin considerar la pérdida de horas o puestos de trabajo que esto implica y por ende la baja en los aportes sociales correspondientes. En otro ejemplo, señala que los cines de esa ciudad disminuyeron en 40.000 la venta de entradas durante el último verano y que las rentadoras de autos y el transporte en general también se ven afectados porque la gente se traslada menos.
Desde el Ministerio de Industria se informó que la instrumentación de la medida desde 2006 permite postergar inversiones de 50 Megavatios (MW) anuales equivalentes a U$S 100 millones. Méndez afirmó “que no hay razones” para suspender la ejecución del decreto, agregando que los beneficios no son meramente económicos ya que se vinculan también a una concepción del uso eficiente y responsable de la energía. Atendiendo a estos argumentos ambas partes tienen razones valederas para plantarse en su posición pero tampoco se puede desconocer el importante aporte que el sector turístico está realizando a la economía del país ni el hecho de que ha pasado a generar más divisas que la exportación de carne, por ejemplo. Tampoco debe perderse de vista los inconvenientes que genera para la gente del Interior, así como la pérdida de rendimiento en el trabajo –que no está cuantificado—debido al descanso insuficiente de los trabajadores, principalmente en el norte donde debido al calor es casi imposible dormir hasta muy avanzada la madrugada.