Opinion | 06 Sep Comienza mañana en nuestra ciudad la Feria Departamental de Ciencia, que este año tiene por sede anfitriona al Instituto Tecnológico Superior de Paysandú (ITSP), institución cuyos alumnos han tenido destacadas actuaciones en ferias anteriores e incluso ha representado al país en otras de carácter internacional en los últimos años.
En esta ocasión participarán unos 60 clubes de ciencias de Primaria, Secundaria y UTU, quienes presentarán investigaciones de distintas áreas del conocimiento pasibles de ser abordadas mediante la aplicación del método científico.
En años anteriores hemos visto como en instancias como éstas estudiantes de distinta edad presentan con igual entusiasmo y responsabilidad trabajos que van desde importantes desarrollos tecnológicos a investigaciones realizadas en el entorno de su propia comunidad educativa y en temas tan distintos como los hábitos de alimentación a las mortandades de peces en los arroyos, por citar sólo dos ejemplos.
Similar empuje y entusiasmo de los clubes de ciencia se repite en el resto de los departamentos del país, donde son promovidos por el Departamento de Cultura Científica de la Dirección de Innovación Ciencia y Tecnología. Este año, un total de 600 clubes de ciencia, en todas sus categorías, comenzaron a exponer sus proyectos en las ferias departamentales que se realizan en distintos puntos del país desde agosto y hasta mediados del presente mes.
Así, cada año, miles de niños y adolescentes uruguayos participan ya sea como protagonistas, espectadores o visitantes en distintas actividades referidas a la ciencia y tecnología y ello suele ser movilizador de inquietudes grupales o personales que luego podrán traducirse en actos tan simples como cuestionarse el por qué o el funcionamiento de cosas con las que convivimos, o la búsqueda de mayor información respecto a algún tema de interés o, aún mejor, la canalización de iniciativas propias.
Pero más allá de los aspectos específicos en cuanto a lo científico y curricular, no es menos importante pasar por la experiencia de mostrar a sus pares y al jurado y público en general el resultado de sus investigaciones, lo que de alguna forma será parte de una preparación útil para su vida: el compartir sus conocimientos y esfuerzo y exponerse a ser juzgado. Además, ser parte de un club de ciencias y desarrollar una investigación implica el desafío de asumir responsabilidades y emprender acciones con un propósito determinado. Significa además, creer que se puede. Que se puede comprender o descifrar mejor un problema, buscar alternativas y caminos de superación y que a cualquier edad se puede ser creativo y conseguir resultados. Y ése, será un aprendizaje fundamental para sus vidas como seres con capacidad de acción, creación e innovación en el medio en el que viven, cualquiera que éste sea.