Nacionales | 03 Sep Arana se desnuda
No es que el ex intendente Mariano Arana se quite la ropa pero si dejará mostrar sus finanzas. Arana hizo públicas sus declaraciones juradas de bienes e ingresos entre 2002 y 2009. Manifestó su voluntad de que se levante su secreto bancario y dijo a La República: “Que investiguen todo lo que quieran, no tengo nada que ocultar”. Esto fue en respuesta al dictamen del fiscal Diego Pérez, quien se solicita su procesamiento con prisión por los delitos de fraude, concusión y abuso de funciones, por presuntos ilícitos cometidos entre 2000 y 2005 en los casinos municipales.
El ex ministro y ex senador frenteamplista presentó entre 2002 y 2009 cinco declaraciones juradas de bienes e ingresos, según lo previsto en la ley 17.060. Según el matutino capitalino, las declaraciones revelan que el patrimonio declarado por Arana se mantuvo prácticamente inalterado durante su pasaje por la Intendencia y el Ministerio de Vivienda.
“Los datos muestran que Arana no se enriqueció durante toda su gestión en la administración pública”, dijo su abogado Daoiz Uriarte. El abogado cuestionó la posición adoptada por el fiscal porque “hace dos años” que Arana habilitó que se analice su patrimonio. “Queremos otorgar nuestro consentimiento anticipado a todas las medidas que se entienda realizar, colaborando con la remoción de todo obstáculo legal y reglamentario que pueda requerir el concurso de nuestra voluntad”, expresa el escrito presentado.
La deseducación
Al gobierno no le queda otra que admitir que la educación no va por buen camino. El vicepresidente Danilo Astori aseguró que el país necesita una “conducción nacional en materia educativa” y abrió el debate con el líder herrerista Luis Alberto Lacalle, quien le reclamó que se derogue la ley de Educación para eliminar los “corporativismos”.
Informa Últimas Noticias que, durante el debate “Uruguay 2030: proyecto de nación”, Astori planteó la necesidad de discutir los contenidos del proceso educativo “en forma integral” para definir una estrategia que “fortalezca” la materia. Subrayó la necesidad de “fortalecer una conducción nacional” que permita definir un “proyecto nacional” y el desarrollo de nuevas estrategias. “En materia educativa debemos luchar por superar los francamente malos resultados. La sociedad uruguaya ha hecho un gran esfuerzo fiscal. Ahora falta alcanzar niveles de calidad más altos”, acotó.
“Intervención desmedida”
El ex presidente Lacalle sostuvo que “el concepto de conducción nacional es importantísimo” pero advirtió que un requisito indispensable es la derogación de la ley de Educación. “La parte que les confiere a las corporaciones implica una intervención desmedida y ajena al control político”, Agregó: “Es que Uruguay cuenta con un Ministerio de Educación que poco y nada tiene que ver con ese rubro”.
“El ministro Ricardo Ehrlich es totalmente impotente frente a la ANEP, y más esta ANEP, que está teñida de corporativismo a través de la elección separada y distinta de jerarcas”, manifestó. Sostuvo que si el gobierno tiene intención de avanzar en una conducción nacional de la educación, se debe reasumir el control que tenía el Codicen, un organismo al que “no iba cualquiera” porque en el régimen anterior “se tenía la precaución de nombrar a gente idónea”. Anunció que presentará en el Parlamento un proyecto de ley para crear el consejo asesor de la UTU integrado por representantes del sector empresarial, con la intención de que “las empresas le digan a UTU en una proyección de cinco años qué se está necesitando como especialidad”. Además, señaló que es necesario que los docentes universitarios sean evaluados para mejorar el nivel educativo y que la Universidad de la República actual “se separa abismalmente del país real”.
“Un poco de orden”
Mientras que el ex presidente Jorge Batlle, también presente en el debate, dijo que hay que fortalecer a las instituciones. A su juicio, lo primero que hay que hacer “es poner un poco de orden”. Acotó que la disciplina en la educación “es buena y necesaria y nos hace bien a todos”. Alertó que “el país se encamina hacia una República corporativa donde el que manda es el sindicato”, y que falta “capacidad de autocrítica”, advirtiendo que “estos casos terminan mal”. Batlle provocó la risa de los empresarios presentes al relatar dos anécdotas de su infancia sobre la disciplina. Contó que iba a un colegio alemán y una de las profesoras antes de iniciar la clase escribía en el pizarrón: arrest y debajo tres o cuatro nombres de alumnos candidatos a ir a la dirección por mala conducta. Admitió que su nombre siempre estaba escrito en el pizarrón y que al final del día, dependiendo de la conducta, podían evitar la sanción. “Ella nos hacía la guerra preventiva”, dijo. Relató además que él y su hermano subían la escalera de la casa “corriendo” para evitar que los alcanzara “alguna zapatilla preventiva” de su madre. “Eso nunca nos traumó”, afirmó.