Paysandú, Miércoles 14 de Septiembre de 2011
Rurales | 13 Sep MONTEVIDEO (Por Pablo Blanc). La mañana de este lunes fue muy especial para los ovinos de condición carnicera en nuestro país, ocasión en que la evolución y el avance de la genética de la cabaña nacional se vio claramente reflejada en las razas que desfilaron por pista.
La 106ª Expo Prado, organizada por la Asociación Rural del Uruguay (ARU), también considerada la “fiesta del campo en la ciudad”, reunió a todas las razas “que están creciendo constantemente en número de productos que se presentan en la rural, ante el similar número de animales que tienen en estos últimos años las razas tradicionales”, dijo a EL TELEGRAFO el presidente del Secretariado Uruguayo de la Lana (SUL), Joaquín Martinicorena.
Aclaró que los nuevos criadores que aparecen en las razas carniceras “están muy incentivados y entusiasmados”, lo que “no sucede con otras que no tienen un resurgimiento de esas características”.
Precisó que el marco de público para la jura de ovinos “ha sido muy interesante con gente de otros países que llegaron a Uruguay para observar lo que aquí se exhibe”. Para el titular de la institución lanera, “el rubro ovino no puede llegar mejor a una Expo Prado: demanda firme por lana y carne, precios altos y una perspectiva de que la mejoría experimentada en los últimos dos años continúe y se consolide. Para lograrlo, la genética que se exhibirá en las pistas del Prado es uno de los pilares”.
Sostuvo que “hay un proceso de mejoría en la producción ovina que abarca varios aspectos. Por un lado, la tasa de señalada se ubicó en los últimos siete años en 73%, cuando había registrado 59% entre 1996 y 2004. Esa es una señal clara del empuje del rubro y la mayor producción”.
La buena demanda de carne ovina elevó el número de cabezas faenadas, encabezada la estadística por la categoría de cordero pesado, el producto premium del rubro. Esa fue una de las causas por las cuales no creció el stock, que en realidad bajó.
Un dato interesante surge de la producción de corderos pesados, que se inició 15 años atrás con carcasas que pesaban 10,5 kilos y pasaron a 15,7 kilos en 2010. Ello constituye un ejemplo de mejora, vale decir la capacidad de producir más con menos animales.
Para Martinicorena, la genética tiene una responsabilidad mayor en el proceso de la producción, al permitir más kilos de carne con igual dieta. La genética que, más allá de la belleza de los animales expuestos, es lo que se ve y se califica en la Expo Prado, tiene varios componentes y sus objetivos”. Por ejemplo, si tuviera que explicarse a un extranjero hacia dónde va la genética ovina en Uruguay habría que decirle que hay una tendencia de doble propósito, esto es, producir un vellón y un cordero. “Uruguay es líder en genética ovina”, afirmó Martinicorena, de manera rotunda. Y agregó que “somos el único país con tres instituciones que trabajan unidas: la Asociación Rural, el Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria (INIA) y el SUL”.
Esa genética uruguaya puede ahora exhibir otro logro: una página web –www.geneticaovina.com.uy– que se inauguró el 2 de agosto con la evaluación genética de seis razas.
Es una nueva herramienta para avanzar, en especial para el productor comercial. Para Diego Gimeno, técnico del SUL y uno de los responsables de la página en Internet, la marcha de la genética “depende de cada raza, pero puede afirmarse que un objetivo es afinar el diámetro de la fibra”.
En Merino Australiano, que es sinónimo de lana, el esfuerzo se basa “en afinar, aumentar el peso del vellón o no y el peso corporal”, explicó Gimeno. En las razas doble propósito, como Corriedale, Ideal y Merilin, “es lo mismo, con más énfasis en peso de vellón, diámetro y peso corporal”, acotó.
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