Locales | 12 Sep ME PELO POR VIVIR, de Bruno Gea, por Teatro La Farola, de Colonia. Dirección: Sergio Lazzo. Con: Bruno Gea. Sala Imaginateatro. Sábado 10 de setiembre de 2011.
Llevar a la escena teatral un texto sin dramaturgia, es decir darle forma a una historia de manera que pueda ser interpretada y escenificada por uno o por más actores, es prácticamente trabajo para Tom Cruise: misión imposible. La dramaturgia da a la obra y a la actuación una estructura. En verdad, un dramaturgo es un diseñador. Gea, a juzgar obviamente solo por esta obra, no es un dramaturgo, por lo que de ahí en adelante todo lo que ocurre en escena está lejos de poder ser considerado teatro.
Gea cuenta una historia, presumiblemente la propia. Desde el útero materno hasta el último suspiro, pasando por la niñez, la adolescencia y diferentes etapas de la edad madura. Tiene especial relevancia la etapa del exilio durante la dictadura, así como el amor por una mujer ya fallecida, con la que culmina la obra, cuando el personaje también fallece.
No puede decirse que lo que Gea cuenta no sea interesante. Lo es, ciertamente. Son vivencias personales a través de un personaje en la escena que recorre prolijamente su vida, contando lo que le alegrado y dolido a lo largo de los años. Pero no es suficiente. En teatro no es suficiente decir o declamar un texto dado, por más profundo e interesante que resulte. Es imprescindible interpretarlo. El teatro es el arte de interpretar, de meterse en los personajes, de vestirse como ellos y desde allí, contar una historia.
Lo que hace Gea es contar, incluso a veces aconsejar a la platea, pero está lejos de protagonizar una puesta en escena teatral. Quizás el argumento sea interesante, pero necesariamente habría que reescribir desde el comienzo el texto, procurando transformarlo en uno teatral. Esta propuesta no está a la altura de los requerimientos mínimos que deben exigirse para participar de la Bienal de Teatros del Interior. E.J.S.