Paysandú, Martes 20 de Septiembre de 2011
Opinion | 13 Sep Aunque sin adquirir especial relevancia para el ciudadano común, Paysandú fue sede el viernes de un evento de indudable proyección para el departamento y la región, desde que se ha enmarcado en el camino que debemos seguir todos los actores, tanto públicos como privados, en el sentido de trabajar para “vender” el departamento y la región, ya sea por acciones directas como por la difusión de nuestras posibilidades, en el área que sea.
Así, por un lado es notorio que en materia turística es vital no solo la incorporación de infraestructura en apoyo a los complejos que son la principal atracción de la zona, sino a la vez generar información y su difusión para hacerlos conocer en la región, incluso trabajando en conjunto –como se está haciendo— con Salto en materia termal, para conformar paquetes con los principales emisores de contingentes turísticos.
En el caso que nos ocupa, el evento a que nos referimos comprendió la visita de empresarios de varios sectores de actividad, vinculados a la logística de transporte en todas sus modalidades, los que se reunieron en la sala de actos de la terminal portuaria convocados por el empresario Mario Macri para integrar o dar forma a un pool de empresas cuyas actividades están vinculadas o deberían formar parte de la infraestructura de apoyo con eje en el puerto de Paysandú.
Debemos tener presente que estamos ya ante una incipiente sinergia que es consecuencia y a la vez realimenta el potencial de la terminal portuaria sanducera, y mucho más aún, de un sistema de puertos que en el caso de nuestro departamento también conlleva perspectivas como para incorporar alguna terminal privada a partir de otros perfiles de cargas, como sería el área de Casa Blanca.
En el caso del puerto de la ciudad, a partir de fines de este año, de acuerdo a los plazos que se manejan y la coincidencia de acciones que se están desarrollando, estaremos en condiciones de dar un salto de calidad al ponerse en condiciones de funcionamiento la grúa multicargas de cuarenta toneladas de capacidad adquirida por la Administración Nacional de Puertos (ANP) a un costo de cuatro millones de euros, a la vez de disponerse de un muelle reforzado para posibilitar el movimiento de contenedores y otras cargas, también en base al proyecto de inversión de la ANP para la terminal portuaria local, entre otras obras y mejoras que se han reclamado por muchos años.
Los empresarios de este pool de terminal de cargas tienen en común la vinculación e interrelación en aspectos como el transporte, pero además un gran campo de trabajo en la industria naval de construcción y mantenimiento, a partir de la reactivación del astillero, que es a la vez parte indisoluble de la infraestructura de apoyo al transporte fluvial del río Uruguay, además de despachantes de aduanas, operadores y productores.
Pero no debe perderse de vista que el corredor del río Uruguay tiene dos orillas, y que la reactivación del puerto de Concepción del Uruguay –la única terminal argentina de importancia sobre nuestro río— abre grandes posibilidades para la complementación de cargas, sobre todo de contenedores, al ampliar la capacidad de captación de volúmenes y por ende determinar un abaratamiento del flete para los buques portacontenedores (feeders) que puedan remontar el río hasta Paysandú.
Y aquí aparece una tercera pata que todavía tenemos pendiente, y que refiere a la necesidad de concretar de una buena vez las obras de dragado que se iniciaron en su momento, pero que han tropezado con mil y una dificultades inherentes a una modalidad de trabajo particularmente lenta y azarosa, al punto que la ANP, cuyas autoridades actuales y las anteriores han tenido un alto grado de compromiso con el proyecto del puerto de Paysandú, decidió, ante este escenario, encarar por su propia cuenta el trabajo de profundización del Paso Almirón, a cuenta de la solución definitiva de la apertura del canal de Casa Blanca en su momento.
Pero esta tarea aún no ha recomenzado, tras el cese de los trabajos iniciados con la antigua draga, y ya llevamos más de un año de atraso en una tarea que originalmente se estimaba que no insumiría más de doce meses. Por todo esto, es casi un hecho que para fines de año o principios de 2012 contaremos con el puerto con su potencial a pleno, pero todavía sin profundidad segura para la operativa de los buques portacontenedores que harán el salto diferencial que estamos esperando. Aún así, esto no cambia la proyección que reviste la creciente actividad de barcazas que año a año están superando el volumen del período anterior, al tiempo que los operadores se van sumando en la medida que se cuenta con el instrumento logístico idóneo en apoyo a sus objetivos.
Es decir, que estamos ante un panorama en el que felizmente son muchas más las luces que las sombras, y el interés de los empresarios en tomar parte de un pool de estas características pone de relieve que se está en el rumbo correcto, porque las fuentes de trabajo, la multiplicación de la riqueza y la creación de oportunidades, vendrán de la mano del trabajo y la perseverancia que pongamos de manifiesto en esta cruzada.
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