Paysandú, Jueves 22 de Septiembre de 2011
Locales | 21 Sep A juicio del ex intendente Julio Pintos, la auditoría realizada por el Tribunal de Cuentas de la República (TCR) a pedido del intendente Bertil Bentos, “reafirma muchos conceptos que transmitimos cuando dejamos el gobierno. Allí aparecen todos los fondos que dejamos en el Banco República (BROU), tanto municipales como extrapresupuestales, y confirma que a esta Intendencia le quedaron 116 millones de pesos en caja, y, las deudas con proveedores suman menos del 50 por ciento de esa plata”. Describió las obras hechas con fondos extrapresupuestales como las del PIAI, “algunas que se inauguraron en esta administración y otras que están en marcha” y que esos fondos estaban todos en las cuentas del BROU.
Ocho áreas estudiadas
Pintos dijo que “el intendente pidió auditar ocho aspectos. Uno fue en Tránsito, donde se confirmó que todo estaba bien y con la documentación correspondiente; se pidió auditar un pago al BPS por una empresa que dejó la obra en el barrio Curupí (Mir S.A.) y el Tribunal dijo que no hubo irregularidades; auditar sobre intereses que se le debían a Ancap, y el Tribunal dijo que estaba bien. Sobre otros tres puntos el Tribunal no se pudo expedir: uno fue un balance al 30 de julio que pidió el intendente Bentos, pero la Intendencia no le brindó la información para hacer el balance. Nosotros habíamos hecho uno antes de irnos, a diciembre de 2009. Hubo un par de preguntas sobre la Rendición 2009, pero tampoco el Tribunal recibió la información necesaria”.
Desayunos en guaviyú
Uno de los puntos más polémicos fue el relativo a gastos en desayunos y comidas en la termas de Guaviyú, y por compras de frutas y verduras. En ese sentido, Pintos dijo que “en el caso de las termas de Guaviyú, cuando entramos a la Intendencia, aparte de colocar una caja registradora --que no había--, empezamos a regularizar todo. Los desayunos los servía una empresa hacía muchos años, y no estaban regularizados. Se presentaron tres empresas, dos que no estaban al día con BPS, DGI ni los pagos al municipio. El restaurante ‘Carlitos’ estaba al día en BPS y la Intendencia pero tenía una pequeña deuda con DGI, por eso no se le adjudicó. Se declaró desierta y cuando solucionó la DGI se le adjudicó el servicio de desayuno. Esa cifra millonaria de $ 1.300.000 de desayunos, que seguramente incluye también almuerzos de invitados de la Intendencia o funcionarios de Alumbrado o de obras que iban a trabajar a las termas y se le pagaba la comida. Pero lo mayor es el desayuno, y eso no lo paga la Intendencia, lo paga el turista. Y ese año ingresaron casi 14 millones de pesos por concepto de motelería, por lo tanto de ahí se pagó el desayuno, porque está incluido en la tarifa. Y ahora sabemos que los desayunos se sacaron pero no se bajó el precio de los moteles”.
Frutas y verduras
En cuanto al caso de la compra directa de frutas y verduras por $ 1.600.000, Pintos dijo que “hay un artículo del Tocaf que dice que la verdura y los productos frescos y perecederos pueden estar excentos de llamado a licitación. Es obvio que no se puede licitar lechuga, tomate, manzana o banana por seis meses, porque los cambios de precios son permanentes. Era un sistema de compras semanales llamando a precios directamente a más de tres productores de la zona cuando había productos y lográbamos un 50% de ahorro en los precios. Eso se usaba para los comedores, como el de Ancap, que teníamos un convenio que le cocinábamos a los empleados de Ancap, el comedor 52 de Inda, los cinco comedores municipales de Paysandú y los cuatro del Interior. Allí comían alrededor de 500 personas por día, lo que significa 150.000 comidas al año, lo que da un costo de 10 pesos por comida. Esa cifra que parece tan grande, es razonable para tantas personas.
Compra de equipos
En cuanto a la compra directa de equipamiento de oficina, el ex intendente dijo que “la Intendencia estaba manejando 30 proyectos extrapresupuestales entre proyectos de cooperación (con países o instituciones europeas), con el Mides y con otras instituciones”.
“Esos proyectos no pueden comprar por licitación, compran lo que está en el proyecto en forma directa y presentan la boleta. Cuando dicen que compramos mesas, sillas y equipos de computación directamente, es por eso. Por ejemplo el proyecto del Mercado Municipal compró lo que necesitaba y se presentó la boleta a los españoles, lo mismo el de Presupuesto Participativo o el de Convivencia Ciudadana. Cada proyecto compra su equipamiento”.
“Los centros CAIF compraban su papelería, cuadernos y lápices y pasaban la boleta a la Intendencia”.
También recordó que “lo que es muy importante, es que al final de la gestión tuvimos la inundación (por la creciente del río Uruguay) y tuvimos que comprar por medio del Comité de Emergencia un montón de cosas (chapas, comida, pintura) por el sistema de urgencia. Y eso es lo que hay que considerar”.
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