Paysandú, Sábado 24 de Septiembre de 2011
Opinion | 22 Sep En pocos días, contrariamente a lo que suele suceder con las “ideas” en el aire que a veces lanza el presidente José Mujica sobre la mesa a través de los medios de comunicación, ha cobrado más o menos forma de anteproyecto el reclamo presidencial respecto a suplir las carencias de médicos en las zonas rurales.
Este déficit forma parte de una serie de falencias en servicios que afecta desde el fondo de la historia a los habitantes de áreas rurales, del interior profundo, y que ha sido señalado frecuentemente a través de las páginas de EL TELEGRAFO, entre otros canales de expresión ciudadana.
Pero en este caso el movimiento generado por inquietud del mandatario no ha caído en saco roto, desde que en las últimas horas se informó que el Ministerio de Salud Pública apostará a los estudiantes de Medicina para por lo menos empezar a paliar el déficit de médicos en zonas rurales.
Esta secretaría de Estado diseñó un borrador con algunas de las respuestas al problema, según acciones presentadas por el subsecretario de Salud Pública, Leonel Briozzo, que se suman al Plan de Salud Rural bosquejado desde el inicio de esta administración y que ha sido señalado reiteradamente como una de las prioridades de la cartera.
Según da cuenta El País, una de las iniciativas para empezar a poblar el interior profundo con médicos es la de impulsar tres de los doce meses del internado (que se hacen en último año de la carrera) en zonas rurales. Y si bien ya es obligatorio que se curse un trimestre en el interior del país, la idea es que ahora se desarrolle “específicamente en el medio rural” y no en las zonas urbanas del Interior.
A juicio de Briozzo, esta innovación “desde el punto de vista de la formación de los recursos humanos sería sumamente productiva para su formación académica”, aunque aclaró que esta propuesta será planteada a la Facultad de Medicina. El Poder Ejecutivo pretende que los internos vayan a lugares donde sean vigilados por docentes de la Facultad, y de acuerdo a lo manifestado por el subsecretario de Salud Pública el sistema de trimestres en el Interior se ha “degenerado” y actualmente “muchas veces los estudiantes van uno o dos días a hacer las guardias al Interior y después vuelven a la capital”.
Empero, el presidente del Sindicato Médico del Uruguay (SMU), Martín Rebella, aclaró que si esto ocurre es por responsabilidad exclusiva de la Administración de Servicios de Salud del Estado (ASSE) que necesita “cubrir las guardias” en Montevideo y que “si hay respaldo académico, no habría problemas” en aceptar la propuesta de internado rural.
De todas formas, la idea manejada por el jerarca del MSP incluye proponer a la Comisión de Internado de la Facultad de Medicina “que establezca un trimestre obligatorio y que tenga la prioridad el medio rural, para así habilitar puestos y policlínicas rurales donde se puedan desarrollar prácticas tutoreadas por docentes a cargo”.
Por otra parte, y como forma de estimular el afincamiento de los profesionales en el interior profundo, se estudia la posibilidad de crear determinados posgrados que apuntarán a especializar médicos en aspectos vinculados con la salud de los habitantes de determinados lugares, en tanto aclaró el subsecretario que no se debe pensar en el “afincamiento como algo permanente, sino como una situación transitoria por períodos de cinco a 10 años”. También se está pensando en incentivos económicos para los médicos que se integren al Plan de Salud Rural, a definirse en el Consejo de Salarios. En estos conceptos coincidimos plenamente, en lo que de hecho hemos propuesto desde esta página editorial en más de una oportunidad. Incluso creemos que sería doblemente beneficioso para el novel galeno y el país, puesto que los médicos egresados tras haber convivido con la realidad de interior profundo, seguramente tenderán a ser más humanos, sensibles y hasta quizás en el largo plazo comience a verse un giro hacia la prioridad del paciente, en lugar de sus propios intereses personales, algo que lamentablemente se da más de lo aconsejable en estos tiempos.
Por este motivo seguimos pensando que la propuesta inicial del Presidente --en cuanto a de alguna manera obligar a los nuevos médicos a ejercer uno, dos o tres años en la campaña de forma de devolver a la sociedad parte de lo que ésta le brindó en la Universidad que todos pagamos--, era incluso más adecuada. Se argumentó negativamente al respecto que los médicos, a diferencia de los maestros que antiguamente tenían un régimen de este tipo, deben adquirir experiencia junto a profesionales con trayectoria. Si bien este planteo es atendible, creemos que la mejor experiencia es golpearse con la realidad del país, que no es solo la de las capitales y dista cientos de kilómetros –y de recursos-- de la del Hospital de Clínicas y su área metropolitana. Es parte de su responsabilidad con la sociedad, esa que pagó sus estudios y que muchas veces debe trasladarse kilómetros por caminos destrozados de campaña para recibir una atención básica, la misma que en las ciudades resulta tan sencillo como ir al almacén.
Por todo lo expuesto, bienvenida sea la propuesta del Presidente.
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