Sector automotriz

Nacionales | 23 Sep La empresa Effa Motors, cuya planta está ubicada en San José, confirmó el envío de sus 395 funcionarios al seguro de paro desde el lunes, ante el aumento en un 30% del impuesto a vehículos importados en Brasil. El gobierno inició gestiones ante Brasil para atenuar o mitigar el impacto de las medidas proteccionistas en el sector automotriz.
Effa Motors confirmó en conferencia de prensa en la Intendencia en San José el rumor de paralización de las actividades de la empresa automotriz, inaugurada el año pasado. Los representantes de la firma y el intendente José Falero pidieron el apoyo del gobierno para que el problema se solucione a la brevedad. La situación de la empresa del sector automotriz es producto del incremento impositivo del 30% que sufrieron sus exportaciones, ante las medidas aplicadas por el gobierno de Brasil para proteger a su propia industria. Esta medida se aplica a industrias armadoras, por lo que también se ven afectadas Nordex y Chery, que derivan buena parte de su producción al mercado del país norteño.
El dirigente sindical Claudio Torres confirmó que el lunes se reunirán con la empresa en el Ministerio de Trabajo para presentar algunas alternativas de seguros de paro rotativos. Mientras que el dirigente de la Unión Nacional de Trabajadores del Metal y Rama Afines (Untmra), Marcelo Abdala, dijo a El Observador que el sindicato no tiene ninguna notificación formal del cierre temporal de la empresa.
En tanto, el ministro de Trabajo, Eduardo Brenta, no había recibido ayer ninguna comunicación formal sobre el eventual envío a seguro de paro de los empleados. “Todavía carecemos de una comunicación formal por parte de la empresa” sobre el eventual envío a seguro de paro de los empleados, advirtió Brenta al mismo matutino, aunque reconoció que estaba al tanto de la situación de la empresa.
Por su parte, el gobierno inició gestiones ante Brasil para atenuar o mitigar el impacto de las medidas. El vicecanciller Roberto Conde explicó que el régimen automotriz no está negociado en Mercosur, por lo tanto está sometido permanentemente a tratativas entre los países. Señaló que no se está ante la violación de las normas del Mercosur y que por eso se comenzó a gestionar ante Brasil. “Hemos informado al canciller Almagro para que haga los contactos internacionales”, dijo.
Sin embargo, el presidente José Mujica dijo que deberá “replantearse” la relación con el Mercosur si no prosperan las negociaciones con su par brasileña para excluir al país del alza de 30% del impuesto a vehículos importados. “Nosotros vamos a jugar la carta de hablar con Dilma (Rousseff), pero sabemos que la coyuntura es difícil. Le vamos a pedir a los presidentes de la región que si bien tienen la obligación de pensar con cabeza nacional (...) al mismo tiempo deben pensar con cabeza de Mercosur”, dijo al semanario Búsqueda.
Mujica señaló que en estos temas es “donde se prueban los logros de la integración. Porque si somos igual que cualquier otro país que no está en el Mercosur, hay que replantearse algunas cosas” sobre la integración regional. Confirmó que la próxima semana tendrá contactos con sus pares de Argentina y Brasil, Cristina Fernández y Dilma Rousseff, para negociar sobre las trabas comerciales implementadas por ambos países que repercuten negativamente en las exportaciones de Uruguay.
La Unión de Exportadores de Uruguay, por su parte, espera que las gestiones del gobierno solucionen las trabas comerciales impuestas por Brasil y Argentina. La representante del gremio de exportadores, Teresa Aishemberg, dijo a Canal 12 que las exportaciones de Uruguay a Brasil son el 1% del total de las exportaciones del mundo a Brasil, “o sea que es nada”, y lo mismo hacia Argentina. “Debe haber un diálogo más profundo de lo que significa el Mercosur para Brasil y Argentina y que sus problemas no impacten a Uruguay”, agregó.
Las exportaciones del sector automotriz uruguayo, al que Brasil impuso la semana pasada un nuevo tributo a las importaciones, alcanzaron los 331 millones de dólares anuales y las de autopartes a 228 millones de dólares, según Uruguay XXI. Al nuevo gravamen impuesto por Brasil se agrega la aplicación de un régimen de licencias no automáticas de importación impuestas por Argentina, que ha despertado la preocupación de los exportadores uruguayos.