FIEBRE AFTOSA

Rurales | 23 Sep Con el sacrificio mediante disparos de rifle, con apoyo de las Fuerzas Armadas, Paraguay inició en la víspera la implementación del rifle sanitario para sacrificar 820 cabezas de ganado del establecimiento Santa Helena, administrada por Silfrido Baumgarten, titular de la Asociación Rural del Paraguay, regional San Pedro.
La actividad se inició al mediodía, tras culminar la tasación de todos los animales. El procedimiento se efectuó en presencia de veedores internacionales, entre ellos Isabel Sánchez, representante de la OPS-OMS, y Hernán Chiriboga, del Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura.
Cinco militares colaboran como tiradores en las tareas mientras otros 18 resguardan el perímetro para evitar el acceso de terceros, publicó en la víspera diario ABC de Paraguay. En principio eran 819 animales a sacrificar, pero en el transcurso del día nació un ternero.
Los animales sacrificados son depositados en una fosa, donde serán cubiertos con cal y enterrados. El lugar continuará custodiado por unos días para asegurar que la carne no sea utilizada o comercializada.
Paraguay debe cumplir con el rifle sanitario como parte del proceso para recuperar su estatus sanitario y lograr la reapertura de sus mercados de la carne. El país dejó de exportar el lunes debido a la detección de fiebre aftosa en 13 animales de la estancia Santa Helena.
Defensa
En nuestro país, la Federación Rural defendió las acciones desarrolladas por el Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca para prevenir el ingreso de la fiebre aftosa. “Uruguay es libre de hacer lo que sea para defenderse”, dijo su titular Miguel Sanguinetti.
En las últimas horas el presidente de la Asociación Rural del Paraguay, Juan Néstor Núñez, cuestionó el estatus sanitario uruguayo y criticó las acciones de fortalecimiento en las barreras sanitarias adoptadas por el Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca. Incluso acusó a Uruguay de hacer un simulacro de fiebre aftosa sin informar a los demás países, cuando en realidad no lo hubo.
En la última reunión de la Federación de Agremiaciones Rurales del Mercosur (FARM), celebrada el domingo en Montevideo, los ganaderos paraguayos negaron la existencia de una sospecha de fiebre aftosa en su país. Pero pocas horas después, su servicio veterinario confirmó el foco, luego de cinco años de ausencia de la enfermedad.
La visión de la rural paraguaya no cayó bien entre los ganaderos uruguayos. “Uruguay es libre de hacer lo que sea para defenderse de la fiebre aftosa y apoyamos al Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca en la defensa ante cualquier posibilidad del ingreso del virus de la enfermedad. Ya sufrimos la fiebre aftosa hace diez años y fue desastroso. Todo lo que haga Uruguay para defenderse de la aftosa es bienvenido”, dijo a El País el presidente de la institución, Miguel Sanguinetti Gallinal.
Si bien en Uruguay hoy el nivel inmunológico de la ganadería es muy diferente al de 2001, cuando se registró el último foco -en ese entonces no había cobertura de vacunación--, la Federación Rural exhorta a los productores a no dormirse. “Igual hay que levantar la mira, poner en alerta las barreras y controlar más estrictamente las vacunaciones, antes y después de haber inmunizado al ganado”, agregó el ruralista.
protegido
Uruguay “está muy bien protegido contra el virus de la fiebre aftosa, tiene su ganado bien inmunizado y obviamente hay que estar alerta, con barreras sanitarias y vigilancia epidemiológica que asegure esa situación”, dijo a El Observador el presidente de la Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE), el uruguayo Carlos Correa.
Mientras tanto, Argentina aumentó su blindaje sanitario frente al foco que apareció en Paraguay. Ayer dispuso la alerta sanitaria en todo el territorio y adelantó el segundo período de vacunación en las provincias de Salta, Formosa, Chaco, entre otras.