Para erradicar los “libres”

Locales | 25 Sep Seis empresas comerciales constructoras y vendedoras de caños de escapes para vehículos automotores recibieron una comunicación de la Dirección de Tránsito de la Intendencia para que “limiten” la fabricación y venta de escapes del tipo “libre” por encontrarse fuera de las normas vigentes, pues su uso provoca contaminación acústica.
“El gran escape”, “Juaro motos”, “Bertinat repuestos”, “Super bike repuestos”, “Margaleff repuestos” y “Motos RB” recibieron una carta de la División de Movilidad Urbana de la Dirección de Tránsito en la que se pide “la colaboración de vuestra firma en cuanto a la limitación en la venta y construcción de escapes que superen los límites de sonoridad permitidos por ley, destinados a colocarse en rodados que circulen en la vía pública. Esta División se encuentra abocada a un control estricto de vehículos que superen estos límites, procediendo a su retiro de circulación y confiscando los referidos escapes”, agrega el documento, que espera que “con el esfuerzo de todos podremos lograr un tránsito en nuestra ciudad más ordenado y seguro”.
El nivel de ruido producido por un caño de escape se mide de acuerdo a lo establecido en la norma ISO 5130, que se refiere al conocido como método estático.
Consiste en medir el ruido del escape y del motor con el vehículo detenido, en condiciones especificadas de potencia, con el sonómetro a cuarenta y cinco grados del eje del escape y a medio metro de la salida de gases, a cielo abierto y sin obstáculos a dos metros del vehículo. Este método puede aplicarse en la vía pública para mediciones rápidas.
A nivel nacional fue aprobada el 10 de diciembre de 2004 la ley 17.852 de Contaminación Acústica, pero la normativa aún no ha sido reglamentada, por lo que las prohibiciones no son tales y los objetivos no se cumplen. En Paysandú, en tanto, no existe una normativa de Contaminación Sonora, aunque se han enviado proyectos a la Junta Departamental, organismo que hasta ahora no los ha aprobado.
En el caso de un caño de escape, la normativa propuesta establece como límite máximo 75 decibeles. A nivel comparativo, 70 decibeles es el nivel de sonido producido por una aspiradora; 75 el producido por un lavaplatos y 78 por un lavarropas.