Paysandú, Miércoles 28 de Septiembre de 2011
Rurales | 24 Sep La mezcla de crisis financiera en Europa, conflicto sanitario en Rusia y escasez de ganado en la región está provocando olas cada vez más altas que golpean las acciones de los frigoríficos brasileños, que poco tiempo atrás compraban empresas de los países sudamericanos a velocidad de vértigo. Con la crisis, el dinero ya no fluye hacia los gigantes de la industria frigorífica. Los créditos escasean, el ganado también y el negocio se vuelve cada vez más difícil.
En particular la noticia que sacudió a San Pablo esta semana fue la venta por parte de Marfrig de Keystone, pero no por la operación individual en sí, una transacción de mediano porte para los números globales, a través de la cual la empresa de Marcos Molina consigue U$S 400 millones frescos. Lo importante es que parece marcar el final de una etapa y el comienzo de otra. Culminó la etapa de compras de la empresa; ahora debe empezar a hacer frente a la deuda y para eso inicia una fase de ventas.
Un informe publicado esta semana por el diario O Estado de São Paulo fue particularmente crítico respecto a la situación de la empresa. Según este, a partir de “fuentes del mercado”, los bancos de Brasil, Itaú, Bradesco y Santander tienen juntos 5.000 millones de reales puestos en Marfrig, que se suman a los 3.500 millones de reales que aportó el oficial Banco Nacional de Desarrollo (Bndes). La crisis financiera golpea duro porque los bancos ya no están dispuestos a prestar dinero que no tienen certeza de recuperar y necesitan recuperar lo ya prestado. Por eso, según O Estado, “cerraron las canillas”.
En descenso
Las acciones de Marfrig están en descenso. Han perdido la mitad de su valor en lo que va del año, un comportamiento bastante peor que el del promedio de las acciones del Bovespa que ha caído 18%. Según el informe del diario paulista, basado en datos de Bloomberg, “los títulos de deuda de Marfrig pagan una tasa de interés 11% superior a los bonos del Tesoro de Estados Unidos, la tasa más alta de las empresas brasileñas que cotizan en bolsa. Eso empieza a generar un drenaje de dinero para cubrir el servicio de deuda que amenaza con devorarse cualquier eventual ganancia”.
La venta de Keystone no cambió la perspectiva del mercado, las accciones bajaron 4,4% el lunes. Bloomberg estima que los bonos a 2020 de la empresa están pagando actualmente 14,7% anual. En el segundo trimestre del año reportó pérdidas por 93 millones de reales, su peor resultado en los últimos cuatro años.
En Uruguay, la empresa es la principal por su volumen de faena. Pero casi nunca ha podido usar los cuatro frigoríficos que compró. Actualmente tiene dos plantas funcionando; cerró esta semana su planta en Colonia con motivo de las licencias anuales, mientras permanece cerrada la de Tacuarembó por el incendio que dañó sus instalaciones el 18 de julio pasado.
La situación es difícil para todos los frigoríficos. JBS Friboi también ha cerrado plantas en Brasil ante la falta de materia prima y la necesidad de bajar costos.
paraguay
Es en ese marco que aparece la aftosa en Paraguay. Allí están los tres grandes brasileños Marfrig, Friboi y Minerva. Para los frigoríficos brasileños que apostaban a una performance regional, el país tenía un papel importante dentro de un portafolio. Los problemas que pudieran surgir en un país podrían ser compensados por otro. Por eso era importante Paraguay: era el único lugar del Mercosur con cierta disponibilidad de ganado. Ahora con un bloqueo de exportaciones que persistirá hasta diciembre y con una cuota mayor de incertidumbre, una pieza estratégica de la faena ha quedado en suspenso. El uso de la capacidad instalada vuelve a depender exclusivamente de Brasil, Argentina y Uruguay, donde la escasez de ganado es aguda.
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