Rurales | 05 Oct Comienza la siembra de maíz y sorgo y sin tener en cuenta las amenazas climáticas, están dadas las condiciones para que sea una muy buena zafra. Los semilleristas coinciden en que hay una mayor demanda de semilla en relación al año pasado y una mayor intención de siembra, tanto de maíz como de sorgo.
El ingeniero agrónomo José Luis Inciarte, coordinador técnico comercial de Syngenta Uruguay, recordó que el año pasado se pensaba que se llegaba a las 100.000 hectáreas de maíz y finalmente, según DIEA, se sembraron poco más de 80.000. “Para este año, según muchos análisis públicos y privados, y considerando principalmente la importación de semilla, se está estimando en torno a 130.000 hectáreas de maíz”.
“Esto es lo que se espera, que se cumpla dependerá por supuesto de las condiciones climáticas que se den y de la ocurrencia de lluvias”, expresó.
Hasta la siembra pasada en Uruguay sólo estaban autorizados dos eventos transgénicos para maíz que otorgan resistencia a insectos lepidópteros: el MON 810 a partir de 2003 y el Bt11 de 2004.
Este año se aprobaron cinco eventos transgénicos que, como principales innovaciones, confieren resistencia a herbicidas (glifosato y/o glufosinato de amonio) o combinan tolerancia a insectos y herbicidas.
El gerente de la Cámara Uruguaya de Semillas, ingeniero agrónomo Daniel Bayce, indicó a Conexión Tecnológica de Blasina y Asociados, que en maíz además de los eventos Bt --que otorgan resistencia a insectos lepidópteros-- que ya se venían utilizando --Bt 11 y MON 810-- hoy están disponibles: un Bt nuevo que es el TC 1507 o Herculex ® que tiene mayor especificidad para cogollera, y que es un desarrollo conjunto de Dow AgroSciences y Pioneer Hi Bred, que en Uruguay comercializan Rutilan y Agrosan; dos eventos resistentes a glifosato (RR, de Roundup Ready) que son el NK 603 y el GA 21, de Monsanto y Syngenta, respectivamente; y los combinados Bt-RR, que son el NK 603 con el MON 810, y el GA 21 con el Bt11, de Monsanto y Syngenta respectivamente.
Por su parte, Inciarte aclaró que “es independiente el evento tecnológico del híbrido que tiene sus cualidades específicas y al que se le inserta un evento que le confiere --por ejemplo-- resistencia a glifosato, como se le podría integrar a otros híbridos. En tal sentido, el NK 900 es un material genético de punta que nuclea dos eventos transgénicos que son la resistencia a glifosato y a insectos (GA21 y Bt11). Creo que va a ser el híbrido más plantado en Uruguay, porque además de combinar los dos eventos, es un material excelente con un potencial de rendimiento altísimo”. También se lo llama TDTG (tolerante a Diatraea y tolerante a glifosato), agregó.
Nueva herramienta
En INIA La Estanzuela, un equipo de investigadores integrado por Alberto Fassio, Wilfredo Ibáñez, Marcelo J. Rodríguez, Ariel Cesán y Ernesto Restaino desarrolló una nueva herramienta de gestión y análisis, que permite, según la fecha de siembra del cultivo, predecir cuándo se darán los diferentes estadios fenológicos de maíz, girasol y de sorgo granífero, forrajero, dulce y silero. Según se explica, para el desarrollo del modelo se reunió información de la fenología de los cultivos de girasol, maíz y diferentes tipos de sorgo, que junto con las bases de datos meteorológicos de INIA La Estanzuela e INIA Salto Grande, aportaron la información necesaria para generar modelos de predicción. Dichos modelos estiman ciclos fenológicos a partir de la fecha y zona de la siembra (norte o sur del país). Los trabajos de La Estanzuela que dan sustento a los modelos incluyen siembras a partir del 1º de setiembre hasta fines de enero, a intervalos de 10 días aproximadamente.
Definieron 15 épocas de siembra utilizando cultivares de ciclo medio en su mayoría.
De acuerdo con las escalas fenológicas de varios autores, se registraron los eventos fenológicos de cada especie: emergencia, estadios vegetativos y reproductivos. El último estadio fenológico que los modelos predicen es madurez fisiológica, ya que el momento de cosecha no se estima porque se entiende que depende de otros factores. Para cada especie se calcularon las sumas térmicas en grados días, definidas como la sumatoria de las diferencias de la temperatura media diaria del suelo (para emergencia) o del aire (para cualquier estadio tanto vegetativo como reproductivo) y una temperatura base específica para suelo y aire, ponderadas por el fotoperíodo.