Opinion | 01 Oct A través de numerosas actividades que se extenderán hasta mañana, se está desarrollando en Paysandú, como en el resto del país, la XX Semana del Corazón, a través de una coordinación interinstitucional que pretende involucrar a los ciudadanos en una concientización que apunta a cambios de hábito y la adopción de medidas sencillas que nos traerán grandes beneficios para nuestra salud, y no solo cardiovascular.
El Ministerio de Salud Pública, la Intendencia Departamental, el Ministerio de Turismo y Deporte, Comepa y organizaciones sociales se han unido en lo que a esta altura es una verdadera cruzada por una alimentación sana y la adopción de prácticas rutinarias de actividades físicas muy sencillas, pero que encaradas en forma sistemática y como parte indisoluble de nuestra rutina nos traerán grandes beneficios.
Es cierto, durante la juventud suele pensarse que estamos ante una problemática que jamás llegará o que ya habrá tiempo para cuidar la salud con el paso de los años, en tanto también es común que muchos piensen “a mí no me va a pasar”, como ocurre también con los accidentes de tránsito; y así nos va.
Ocurre que la inclinación al consumo de la denominada “comida chatarra”, así como el sedentarismo, las horas sentados ante una computadora o una pantalla de televisión, son factores de riesgo que van conformando una masa crítica que estalla en el momento menos pensado, y no solo cuando se llega a determinada etapa de la vida. Las estadísticas indican que es creciente el porcentaje de adultos jóvenes que padecen afecciones originadas o exacerbadas por hábitos perniciosos, como el alcoholismo y el tabaquismo, que se agregan al consumo excesivo de grasas y dulces y la falta de ejercicio rutinario que van minando el buen funcionamiento del aparato circulatorio, entre otras consecuencias.
Por lo tanto es destacable que se realicen campañas de concientización y de detección precoz de factores de riesgo, como es el propósito de la XX Semana del Corazón, que debe ser parte además de una tarea sistemática en favor de la salud de la población durante todo el año, como se está haciendo en varias áreas. Es que además del aspecto humano se trata de una inversión, al fin de cuentas, para las instituciones involucradas y por ende todo recurso que se vuelque con este fin retorna con creces, evitando a la vez situaciones traumáticas y mejorando calidad de vida.